A veces, después de comer, podemos sentir el vientre hinchado y muchas ganas de eructar. Cuando esto sucede con cierta frecuencia, conviene indagar en las posibles causas de esa distensión abdominal y eructos continuos.

Por qué se producen los eructos y la distensión abdominal

Una de las principales causas de los eructos que se producen con frecuencia después de comer es la falta de ácido clorhídrico en el estómago, lo que se puede comprobar con una simple prueba con bicarbonato, que puedes ver en este vídeo.

Para funcionar de forma óptima, nuestro estómago necesita tener un pH muy bajo, es decir, debe tener un ambiente muy ácido, y eso se consigue gracias a una suficiente producción de ácido clorhídrico. De hecho, aunque parezca paradójico, las personas que sufren acidez o ardor de estómago no suelen producir suficientes ácidos estomacales.

Tener suficiente ácido en el estómago ayuda a asimilar bien los nutrientes, como el hierro, el zinc, el calcio y vitaminas como la B12 o el ácido fólico. También garantiza la digestión de las proteínas, que a falta de ácido clorhídrico cuestan más de digerir.

A su vez, la presencia de ácido clorhídrico en el estómago limita la entrada de bacterias y parásitos en el sistema digestivo, y evita que las bacterias presentes en el intestino migren hacia el estómago.

Sin embargo, el estómago puede perder la capacidad de producir suficiente ácido clorhídrico por factores como el estrés, comer demasiado rápido, por la toma de ciertas medicaciones o incluso por la falta de descanso.

Los eructos después de comer indican que las bacterias están fermentando los alimentos ingeridos. Al faltar ácido clorhídrico, algunas bacterias sobreviven en el ambiente menos ácido del estómago, con lo que pueden fermentar los alimentos y generar gases. Estos gases estomacales son los que hacen que se eructe mucho.

Si horas después de comer, se tiende a eructar mucho y se nota en la boca el sabor de algún alimento, significa que la comida aún está en el estómago, cuando ya debería haber llegado al intestino. Este es un indicador de mala digestión y también de baja formación de ácido clorhídrico en el estómago.

La distensión abdominal después de comer puede deberse a un sobrecrecimiento bacteriano en el estómago o en el intestino delgado, un trastorno que se conoce también como SIBO. Al haber poco ácido, hay bacterias en lugares en los que no deberían estar y los alimentos permanecen más tiempo en contacto con ellas, con lo que fermentan y se generan gases e hinchazón.

Remedios naturales para mejorar el problema

Para mejorar ambas situaciones puede ayudar tomar un poco de agua tibia con el zumo de medio limón o con zumo de mandarina antes de las tres comidas principales, pues ayudar a acidificar el pH del estómago.

También es importante dedicar al menos 30 minutos a cada comida y comer en un ambiente tranquilo, de forma relajada. Puedes hacer un par de respiraciones profundas antes de comer , poniendo toda tu atención en el aire que entra y sale por la nariz, para activar el sistema parasimpático y reducir tus niveles de estrés.

Masticar bien es otro hábito imprescindible. Necesitamos masticar bien para activar todos los mecanismos de una buena digestión: nos ayuda a bien ensalivar los alimentos y a facilitar el trabajo al estómago. Podemos, por ejemplo, seguir los consejos de la Medicina Tradicional China, que recomienda masticar hasta 200 veces cada bocado. El meridiano de estómago pasa por el maxilar inferior, por lo que al masticar bien los alimentos facilitamos la función de este órgano.

Si además de sufres eructos tienes mucha distensión abdominal y compruebas que tienes sobrecrecimiento bacteriano, lo recomendable es acudir al médico y a un nutricionista integrativo para añadir una terapia antibiótica a todas estas medidas.