La albahaca es una hierba aromática que aporta un delicioso aroma y un sabor característico a los platos. ¿Quién no ha mejorado con ella un plato de pasta o una pizza? Pero sus beneficios van mucho más allá. Tiene propiedades medicinales que puedes usar para aliviar molestias digestivas, como diurético, para calmar las jaquecas o para fortalecer el cabello, entre otros. 

Además, cuenta con la ventaja de que puedes cultivarla fácilmente en casa, ya sea en el jardín en la terraza o en una maceta, en el alféizar de la ventana, de forma que nunca falte albahaca fresca en tus platos. ¿A qué esperas para plantar tu albahaca?

Planta de Albahaca

La albahaca (Ocimum basilicum), aunque está muy vinculada a la cocina mediterránea, es originaria de la India y otras regiones tropicales del sudeste asiático y África y se cultiva desde hace miles de años. 

A Europa llegó de la mano de los griegos, pero como sucede con muchas palabras que empiezan por al-, su nombre en español proviene del árabe, en concreto de la partícula al- (el o la) y la palabra habaqa, el nombre que se le daba a las plantas aromáticas o medicinales.

Se trata de una planta con grandes hojas verdes de forma ovalada, con bordes lisos o ligeramente dentados (en función de la variedad). Tiene pequeñas flores que nacen en racimos y su color varía del blanco al rosa.

Existen distintas variedades, cada una con un sabor, aroma y propiedades características: albahaca dulce, albahaca tailandesa, albahaca de limón, albahaca sagrada… 

Cómo plantar albahaca

Puedes encontrar la albahaca en macetas en la mayoría de floristerías, pero también puedes sembrarla fácilmente tú mismo.

  1. Puedes sembrarla en una maceta o semillero o directamente en el suelo, que conviene que sea fértil, con buen drenaje y un pH de 6,0 a 7,0.
  2. Siembra las semillas a no más de medio centímetro de profundidad, para que no les cueste germinar.
  3. A continuación, riega de forma muy abundante, y posteriormente, cada cuatro o cinco días o siempre que veas que la superficie de la tierra está seca. Las semillas deberían germinar en un plazo de 5 a 7 días.

Al cabo de aproximadamente un mes, cuando las plantas ya tengan un buen tamaño, conviene trasplantarlas en macetas individuales (o en el suelo separadas) para que cada una de las plantas pueda crecer y desarrollarse bien.

También puedes plantar la albahaca a partir de plántulas, que encontrarás en la mayoría de viveros. Si plantas diversas en el suelo, deja una separación entre ellas de unos 30 centímetros para que crezcan bien.

¿Cuál es la temporada de la albahaca?

La albahaca no soporta las heladas, con lo que debe cultivarse pasado marzo, a finales de la primavera o principios del verano, una vez que las temperaturas estén constantemente por encima de los 15 °C.

cuidados de la albahaca: ¿qué necesita para crecer bien?

A la hora de dispensar a la albahaca los cuidados que necesita, ten en cuenta que:

  • A la albahaca le gusta estar a media sombra, aunque prefiere ratos largos de sol (unas 6 horas al día). Idealmente, la temperatura durante el día debería ser de hasta 25 °C. Deben evitarse las corrientes de aire y, sobre todo, las heladas.
  • El suelo en el que se cultiva albahaca debe estar suficientemente fertilizado con nitrógeno, fósforo y potasio, pues de lo contrario la planta tendrá problemas para producir compuestos aromáticos.
  • Conviene regarla con regularidad, especialmente si el clima es cálido, pero con cuidado de no “ahogarla”.
  • Si la cultivas para usar en la cocina, te interesan las hojas, con lo que conviene cortar los brotes superiores para evitar que florezca. Y es que, si la dejas florecer, la planta se secará y acabará muriéndose.
  • En otoño la planta morirá, por lo que, si quieres recoger las semillas para plantarlas de nuevo, conviene dejarla que florezca a finales del verano y corta las flores una vez hayan llegado a la espiga.
  • Cuando las hojas tengan el tamaño adecuado, puedes cosecharlas cortándolas con las manos, con cuidado para no estropear el resto de hojas.