Joseph Clark, gran jardinero y divulgador en redes sociales, lanza una advertencia clara en uno de sus últimos vídeos: “Regar desde arriba puede hacer más mal que bien si no se hace correctamente”.
Según explica, muchas personas riegan sus plantas en macetas de forma automática, sin prestar atención a cómo el agua se distribuye realmente en el sustrato. Hay algunos casos en los que regar de esta forma puede ser un problema, porque el agua no llega bien a las raíces de la planta.
Por qué puedes estar regando mal

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El problema surge cuando se forma un pequeño hueco entre la tierra y la pared interior de la maceta, algo muy común, especialmente en macetas de plástico.
El agua, siguiendo el camino de menor resistencia, tiende a escurrirse por ese hueco hacia el fondo, saliendo por los orificios de drenaje sin empapar bien el centro del cepellón. “Esto puede dejar la parte central de las raíces completamente seca, aunque nos parezca que hemos regado suficiente”, comenta Clark en su cuenta Joes Garden de Instagram: @joesgarden.official. La solución no está necesariamente en cambiar la maceta, sino en cambiar el método de riego.
La solución está en la inmersión

El riego por inmersión es el más adecuado para la orquídea.
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Para evitar este problema, Joseph Clark recomienda una técnica que no todos los aficionados conocen, el riego por inmersión o desde abajo.
Esta técnica consiste en colocar las macetas en una bandeja con agua, de modo que el sustrato absorba la humedad desde los orificios inferiores. “Así te aseguras de que el agua llega de forma uniforme a toda la masa de tierra”, dice.
Este método, denominado riego por inmersión, es especialmente útil en plantas pequeñas, como las que se cultivan en bandejas de semillas o en tiestos reducidos. En estos casos, la absorción es más rápida y eficaz.
Clark añade que para facilitar el proceso, él utiliza grandes bandejas metálicas que le permiten regar varias macetas a la vez: “Así puedo regar 20 o 30 plantas sin perder tiempo”.
¿Y si la maceta es grande?
El riego desde abajo puede no ser lo más práctico en macetas grandes. Para estos casos, Clark propone una alternativa creativa, enterrar una maceta más pequeña, con agujeros de drenaje, en el centro del recipiente, cerca del tallo. Puedes dejar el borde fuera, para verla bien.
De este modo, se puede verter el agua directamente dentro de esa maceta enterrada, que actúa como un embudo hacia las raíces. “Es una forma sencilla de llevar el agua justo donde se necesita, sin desperdiciarla”, explica.
Este sistema, además, favorece un crecimiento más profundo de las raíces, que buscarán la humedad hacia el interior de la maceta, haciéndolas más resistentes al estrés hídrico.
En cualquier caso, recuerda que siempre hay que evitar el encharcamiento colocando en el fondo de la maceta un relleno de grava o perlita que permita un buen drenaje.
Regar desde arriba también, pero con atención
Clark no descarta el riego tradicional desde arriba, pero advierte que debe hacerse con cuidado: “Todos lo hacemos, yo también, y está bien. Solo asegúrate de que el agua va a donde realmente la necesitas”.
Para comprobarlo, recomienda introducir un dedo en la tierra y verificar que está húmeda a unos cuantos centímetros de profundidad. Si está seca, es señal de que el agua no ha llegado a las raíces. Si te gustan las plantas, seguro que has oído hablar de la prueba del dedo para saber si has de regar tus plantas; aquí se trataría, pues, de hacer lo contrario, de introducir el dedo una vez que has regado para comprobar que el agua se ha repartido bien y no te ha quedado el cepellón seco.
El truco para que el agua llegue bien a las raíces está en regar despacio, dejando que el agua penetre sin escaparse por los lados.Esto requiere algo más de tiempo y atención, pero garantiza un riego más efectivo.
Consejos para regar con éxito
El riego es uno de los aspectos más críticos en el cuidado de las plantas en maceta. Un exceso o una falta de agua pueden tener consecuencias desastrosas. Con estos consejos, Joseph Clark ayuda a evitar errores comunes:
- Riega cuando el sustrato lo necesite, no por rutina.
- Comprueba la humedad con el dedo o un medidor antes de regar.
- Evita los riegos superficiales que solo mojan la capa superior.
- Si puedes, alterna entre riego superior y riego por inmersión.
Un pequeño cambio, grandes resultados
Como concluye Clark en su vídeo, “regar bien no es solo dar agua, es entender cómo la planta la absorbe”.
Este enfoque más consciente del riego puede suponer la diferencia entre una planta débil y una llena de vida, especialmente en espacios reducidos donde las raíces tienen poco margen de maniobra.
Cambiar la manera de regar es sencillo y no requiere grandes recursos. Solo hace falta observar, entender y aplicar técnicas como las que propone Clark.A veces, mejorar tus plantas de interior, balcón o jardín empieza por darle una vuelta a lo que creías que ya sabías hacer bien.
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