Las bolsas de cultivo son una alternativa a las macetas para la producción de diferentes hortalizas, aromáticas y flores. Son livianas y fácilmente transportables para que las sitúes en lugares dónde las plantas reciban las horas de sol necesarias.
Su flexibilidad y adaptabilidad te permitirá formar conjuntos de plantas que se beneficiarán mutuamente. Por ejemplo, ante el calor estival las bolsas cuentan con muy buena resistencia térmica. Las más externas del grupo recibirán de lleno el sol más fuerte, pero las centrales estarán más frescas. Son duraderas, reutilizables y resistentes a las caídas o impactos.
Bolsas de cultivo comerciales para tu huerto urbano
Las bolsas de cultivo comerciales son plásticas o de geotextil, una tela transpirable que destaca por su capacidad de drenaje y aireación. Este material genera el fenómeno de “poda por aire” de las raíces.
Al llegar las raíces a las paredes de la bolsa, en lugar de enrularse, se produce esta poda que incrementa el número de raíces secundarias, aumentando la capacidad de absorción de agua y en consecuencia de los nutrientes disueltos en ella. Con raíces sanas, se acelera el crecimiento vegetal.
¿Bolsas de cultivo de plástico o de tela?
Las bolsas de cultivo de tela destacan por ser resistentes, contar con buena aireación del sustrato y tener correas que facilitan su traslado cuando éste sea necesario. Están fabricadas con materiales reciclados y se pueden reutilizar en varios ciclos de cultivo. Luego de finalizada la recogida de todos los frutos o las plantas, se vacían completamente y pueden lavarse, secarse y volver a utilizarse.
Las bolsas de cultivo de plástico, por su lado, suelen ser de mayor tamaño y soportar mejor los cambios ambientales. Al ser impermeables, se pierde menor volumen de agua de riego. En verano es una ventaja, pero en la temporada de otoño – invierno, puede promover el ataque de enfermedades en los cultivos. En esta categoría también entran las bolsas de cultivo plásticas reutilizadas como son las de piensos para mascotas.
Cómo llenar las bolsas de cultivo
La mezcla de sustratos debe ser muy porosa. No es recomendable que rellenes las bolsas con tierra, ya que las arcillas presentes harán que se transforme en una masa compacta, perjudicando a las raíces más pequeñas. Una mezcla posible es un tercio de fibra de coco, un tercio de compost maduro y el último tercio de perlita o de vermiculita.
En las bolsas de cultivo de tela, no es necesario colocar en la base una capa de grava o arlita para favorecer el drenaje al momento del trasplante, sino que hay que llenarlas directamente con el sustrato. En este orden: sustrato, plantel y más sustrato. Luego riega hasta que veas drenar en agua por los agujeros de la base. Recuerda que exigen mayor frecuencia de riegos ya que el agua se evapora por la pared de tela.
Las mezclas comerciales preparadas, ya vienen equilibradas y bien aireadas. Recuerda que en este caso también es muy importante el abonado natural complementario en forma de purines o fertilizantes orgánicos.
El riego del cultivo en bolsas para huerto urbano
Las bolsas de cultivo de tela transpirable demandan mayor frecuencia de riego y de aporte de agua que las macetas de cualquier otro material. Las bolsas de cultivo plásticas, al retener más la humedad, tienes que regarlas igual que las macetas de otros materiales. Las bolsas de arpillera o tela de saco reutilizadas, también pierden humedad con facilidad al ser muy porosas, por lo que exigen riegos más seguidos. Mojar estas bolsas en verano, además de regar las plantas, ayudará a mantener el medio húmedo.
El “autorriego”, que consiste en colocar un recipiente con agua en la base, permite que las raíces vayan absorbiendo agua a medida que la necesitan. Esta es una buena opción para ambos tipos de bolsa en los períodos de mayor temperatura.
Qué recomiendo cultivar en bolsas
Los cultivos que mejor prosperan en bolsas son los que tienen raíces poco profundas como tomates, pepinos, pimientos, berenjenas, judías, lechugas, mini zanahorias, alquequenjes, patatas, berries, flores y plantas aromáticas.
Opciones comerciales
Puedes encontrarlas disponibles en 5 tamaños y escogerlas dependiendo de tu espacio disponible y de lo que quieras cultivar. En las bolsas de cultivo de 20 litros o más puedes llegar a cosechar tomates, berenjenas, pimientos, alquequenjes, pepinos.
Las bolsas para fresas están conformadas por un saco central comunicado con otros sacos más pequeños en forma de “bolsillos”. En cada uno de estos bolsillos se trasplanta un plantel de fresa. También puedes cultivar en ellas aromáticas o flores.
Se fabrican bolsas de tela de hasta de 60 litros de capacidad. Estas, al estar llenas de sustrato, son demasiado pesadas para un balcón, pero son ideales para complementar los bancales del huerto o para trasplantar algún cítrico pequeño.
Patatas embolsadas
Las patatas, por su forma de crecimiento, han sido uno de los primeros cultivos en bolsas. Si recurres a una bolsa plástica, sigue estos pasos para llegar a cosechar hasta 10 kg:
- Coloca en la bolsa, con los bordes doblados hacia abajo y en que previamente has hecho unos cortes en la base para facilitar el drenaje, una capa de 20 cm del sustrato recomendado.
- Sobre esta capa, pon las patatas brotadas, 4 o 5 serán suficientes.
- Cubre con unas pocas paladas de sustrato, el suficiente para dejar las yemas expuestas al aire y el sol. Riega.
- A medida que vayan creciendo los tallos, ve desdoblando los bordes de la bolsa y colocando más sustrato. Verás cómo se desarrolla, poco a poco, una hermosa planta de patata y entenderás porque al llegar a Europa, se la consideraba una planta ornamental por su follaje y floración.
Las patatas que cosecharás son en realidad tallos reservantes que crecen simultáneamente con los tallos de sostén. Para acompañar este crecimiento, desdobla la bolsa e incorpora más sustrato hasta llegar a la boca. La planta crecerá, florecerá y luego comenzará a marchitarse. En ese momento, ya estarán formadas las patatas. Vacía la bolsa y cosecha.
A escala comercial se venden bolsas de tela geotextil para cultivar patatas que tienen una “ventana lateral” que al levantarla permite ver cómo van creciendo los tubérculos. Cuando la planta se marchite y veas las patatas entre el sustrato, vacíala y cosecha.