Para qué sirve la colina

La colina, técnicamente una vitamina del grupo B, puede ser sintetizada por el cuerpo humano, pero no en cantidades suficientes para cubrir las necesidades metabólicas, por lo que es un nutriente esencial de la dieta.

Es necesaria para producir fosfolípidos de membrana esenciales para la síntesis de neurotransmisores; es un precursor de la biosíntesis del neurotransmisor acetilcolina, de los fosfolípidos y de la betaina. El cerebro y el sistema nervioso la necesitan para regular la memoria y el estado de ánimo y el control muscular.

La fosfatidilcolina es un fosfolípido que, junto con las sales biliares, ayuda a solubilizar los ácidos biliares en la bilis. Recientemente se relaciona su carencia con la enfermedad hepática, trastornos neurológicos y aterosclerosis.

Ayuda en la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.

Durante el embarazo y la lactancia la demanda de colina es alta; las concentraciones de colina en la gestante son un 45 % mayores respecto a la mujer no embarazada. Durante el desarrollo fetal, importantes cantidades de fosfolípidos derivados de la colina, como la fosfatidilcolina y la esfingomielina, son imprescindibles para la división celular acelerada, el crecimiento y la mielinización.

Posibles síntomas de deficiencia

Hígado graso no alcohólico, falta de memoria, agotamiento mental, estrés.

Alimentos con colina

Además de carne, pescado y huevos, se encuentra en la soja, cereales integrales, verduras, frutas, grasas y aceites.

Necesidades diarias: en las personas mayores de 18 años de ambos sexos: 400 mg/day