Durante los meses de verano, y especialmente durante las olas de calor, conciliar el sueño se convierte en un reto para muchas personas.

Las llamadas “noches tropicales”, en las que la temperatura no baja de los 20 °C, o incluso las “tórridas”, que superan los 25 °C, hacen que dormir bien sea casi imposible sin algún método para enfriar el dormitorio.

Aunque el ventilador es una opción accesible, muchos se quejan del ruido constante o de la sensación de aire directo sobre la piel.  El aire acondicionado, por su parte, refresca de manera eficaz, pero implica un alto consumo energético, costes económicos elevados y, a veces, molestias físicas,como sequedad o dolores de garganta.

Una alternativa silenciosa y sin coste energético

Frente a estas soluciones técnicas, existe una opción tan ingeniosa como sencilla, conocida desde hace años en países como Alemania: la botella de agua congelada. Es otro método que se suma al del truco del calcetín con arroz y al yutanpo japonés. 

El método, conocido como Flaschenkühlung en Alemania, se ha popularizado en los últimos veranos por su bajo coste, su facilidad de aplicación y su sorprendente eficacia, especialmente en dormitorios pequeños.

La preparación es simple:

  1. Solo necesitas una botella de plástico de gran tamaño, preferiblemente de un litro y medio o más.
  2. Se llena tres cuartas partes con agua, dejando un espacio para que el líquido pueda expandirse al congelarse, y se introduce en el congelador durante varias horas.

Cómo usar la botella para enfriar la habitación

Botellas de agua heladas
iStock Photo.Retouchman

Una vez congelada, la botella se coloca en un punto elevado del dormitorio, como una estantería, un armario o incluso una silla alta junto a la cama.

Lo importante es que esté lo suficientemente alta como para que el aire frío que desprende al derretirse pueda repartirse por la zona en la que duermes.

Es fundamental colocar debajo de la botella un recipiente, bandeja o cuenco que recoja la humedad y evite goteos. El hielo, al derretirse, desprende aire más fresco, lo que ayuda a reducir la sensación térmica en la habitación.

la ciencia detrás del Flaschenkühlung

Este truco resulta especialmente útil en habitaciones de tamaño reducido, donde la bajada de temperatura se percibe con más rapidez.

El principio físico es sencillo: el hielo, al derretirse, absorbe calor del ambiente en un proceso llamado calor latente de fusión, lo que enfría el aire circundante.

Estudios termográficos han demostrado que una sola botella congelada puede reducir la temperatura en su entorno inmediato entre 1 y 3 ºC, dependiendo del tamaño de la habitación y la temperatura inicial. Este efecto dura entre 3 y 5 horas aproximadamente.

Añádele un ventilador para potenciar el efecto

Colocar la botella frente a un ventilador potencia el efecto, ya que el aire pasa a través del hielo y se enfría antes de circular por la habitación. 

Aunque su radio de acción no es amplio, puede ofrecer un alivio suficiente para conciliar el sueño durante las primeras horas de la noche.

Varias botellas en lugares estratégicos

Para una mayor efectividad, se pueden usar varias botellas distribuidas en distintos puntos de la habitación. El método no enfría de manera homogénea, pero es ideal para crear un microclima más fresco en la zona cercana a la cama.

Trucos adicionales para potenciar el efecto

Además de la botella congelada, conviene aplicar ciertos hábitos que contribuyen a mantener el dormitorio más fresco.

Ventilar muy temprano por la mañana y cerrar ventanas y persianas durante el día ayuda a mantener fuera el aire caliente.

También es recomendable usar ropa de cama ligera, evitar dispositivos electrónicos encendidos en la habitación y dormir con pijamas de algodón o lino. Todo esto, combinado con el truco de la botella, puede marcar la diferencia en una noche de calor.

Una solución económica, ecológica y eficaz

En tiempos de conciencia energética y ahorro doméstico, este truco se presenta como una alternativa ideal, no consume electricidad, no genera ruido, no reseca el ambiente y puede reutilizarse cada noche simplemente volviendo a congelar la botella.

Aunque no sustituye por completo a un sistema de climatización, ofrece un alivio natural que permite descansar mejor sin recurrir a soluciones más costosas económica y ambientalmente. Es ideal para pisos sin aire acondicionado, habitaciones infantiles o casas de vacaciones.

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