Schema: Receta

 

 

Las infusiones de jengibre pueden sorprender al principio por ese toque picante, intenso, que tiene esta especia, pero con el tiempo siempre acaban conquistando. El mismo calor que se nota en la boca cuando te tomas una infusión de jengibre, solo o con otras plantas o especias, se transforma después en una agradable sensación de calor interno que reconforta y recompone.

No es extraño que el jengibre, tanto como especia como en infusión, haya ganado cada vez más adeptos. Pero es que, además, el jengibre no solo resulta agradable. También aporta beneficios para la salud que lo hacen muy recomendable. Una infusión o té de jengibre después de comer te ayudará a hacer la digestión, contribuirá a combatir la inflamación en tu organismo y te ayudará a sentirte mejor si acusas un resfriado.

Veamos ahora cuáles son las propiedades del jengibre y los beneficios de tomarlo en infusión.

Después te contaremos todos los trucos para hacer bien una infusión de jengibre y te daremos varias recetas de infusión de jengibre con otras plantas, para que tengas diferentes opciones de sabores que combinan, según el beneficio que quieras potenciar. En este vídeo puede ver un adelanto de la receta básica, que te servirá para hacer cualquier combinación:

Propiedades del jengibre

El jengibre debe su potencial medicinal básicamente a los componentes volátiles del aceite esencial que contiene, como el zingibereno, pero también a sus sustancias picantes u oleorresinas, en especial gingeroles y shogaroles.

Se le atribuyen propiedades como estimulante de la digestión, expectorante, antiinflamatorio y antiespasmódico. También actúa como antipirético, bajando la fiebre; hipolipemiante, reduciendo el colesterol y los triglicéricos; y también como antiemético, calmando las náuseas.

En los herbolarios, y también en muchas farmacias, recomiendan el jengibre para aliviar problemas digestivos, como malestar estomacal, digestiones pesadas, indigestiones o dispepsias, gastroenteritis y estreñimiento puntual. Tiene la facultad de restaurar y tonificar la musculatura gastrointestinal dañada. Una forma muy práctica de aprovechar estas propiedades es tomar una infusión de jengibre después de comer.

El jengibre constituye asimismo un remedio típico de herbolario para combatir la urgencia del vómito y para tratar los vértigos y el mareo en los viajes.

No es menos útil para aliviar procesos gripales, con tos y congestión en las vías respiratorias, para reducir las décimas de fiebre y activar la sudoración. Tomar infusión de jengibre no solo nos ayudará así a combatir la infección sino que, además, nos reconfortará y contribuirá a mantenernos hidratados.

El jengibre se ha indicado también para mitigar los síntomas de las alergias, como rinitis y picor de garganta.

Cómo hacer infusión de jengibre paso a paso

Para hacer nuestras infusiones de jengibre utilizaremos el rizoma o tallo subterráneo, fresco o ya seco, troceado o en polvo. Lo puedes encontrar fresco en la mayoría de tiendas de alimentación, aunque es preferible elegirlo de cultivo ecológico, como lo venden en las tiendas especializadas en alimentación ecolóica. El seco, troceado o en polvo, también lo encontrarás en muchas de estas tiendas especializadas y en los herbolarios.

La forma clásica de preparar una infusión de jengibre es haciendo una infusión de jengibre y limón, pero a partir de aquí las variaciones pueden ser numerosas. El jengibre casa de maravilla con otras especias y también con diferentes tipos de té, de modo que la infusión de jengibre se presta mucho a experimentar con deliciosas combinaciones.

Combina muy bien con cúrcuma, con canela, con azafrán, con té negro, té verde o té oolong, con clavo y también con algunas plantas medicinales como el malvavisco, la menta, la hierbaluisa y la regaliz.

1. jengibre con limón: receta

Esta infusión de jengibre es un clásico, muy sencilla de hacer pero deliciosa. El limón equilibra el jengibre y ¡no se necesita nada más! Aquí la hemos endulzado, pero puedes prescindir del endulzante si lo prefieres, o usar una alternativa.

  1. Corta el jengibre a rodajas. Hay quien prefiere siempre pelar el rizoma y hay quien opta por no hacerlo, pues no es imprescindible. Hazlo como prefieras.
  2. En un cazo de agua, caliéntalo a fuego lento e incorpora una corteza de limón.
  3. En cuanto arranque a hervir, retíralo del fuego.
  4. Añádele azúcar integral de caña u otro endulzante saludable al gusto y remueve bien.
  5. Deja que repose unos 8 a 10 minutos, tapado.
  6. Cuélalo y sirve. Si lo deseas, le puedes añadir el zumo de un limón.

Puedes hacer las variaciones que quieras. Por ejemplo, en lugar de zumo de limón, puedes usar corteza y zumo de lima, con la que el jengibre se aviene muy bien. Entre los endulzantes, puedes optar por miel, sirope de ágave o de arce o incluso sirope de arroz marrón.

2. Infusión de jengibre, cúrcuma y canela

La cúrcuma es otro rizoma de propiedades antiinflamatorias y combina muy bien con el jengibre. La canela aporta sus antioxidantes y aporta un matiz dulzón, aunque puedes añadir algún endulzante si lo deseas.

Para preparar la infusión de jengibre con canela y cúrcuma, sigue estos pasos:

  1. Pon ¼ litro de agua a hervir en un cazo.
  2. Pela el jengibre y la cúrcuma (aunque no es imprescindible) y separa dos rodajas de cada.
  3. Vierte las plantas en el cazo y manténlas unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando.
  4. Una vez transcurrido ese tiempo, apaga el fuego y deja que reposen 5 minutos más, tapado.
  5. Cuela y, de manera opcional, le añades el zumo de un limón.

Si quieres endulzar esta infusión de cúrcuma y jengibre, te quedará muy bien con sirope de ágave.

Si te resulta más cómodo, puedes usar también el jengibre y la cúrcuma en polvo, una cucharadita de postre de cada.

3. Infusión de jengibre con hierbas digestivas

Para elaborar una tisana digestiva con jengibre te proponemos combinarlo con malvavisco, regaliz, condurango y hierbaluisa, que encontrarás en tu herbolario de confianza. Puedes hacerte, por ejemplo, con 15 gramos de cada planta (del malvavisco y el regaliz, la raíz) y mezclarlas a partes iguales.

Esta receta es para una taza de agua (si vas a preparar para más personas, multiplica las cantidades):

  1. Separa 5 gramos de tu mezcla de rizoma de jengibre, raíz de malvavisco y de regaliz, condurango y hierbaluisa.
  2. Hierve la mezcla en una taza de agua durante 5 minutos.
  3. Retira del fuego y deja reposar 10 minutos más.
  4. Cuelas bien y ya la tienes lista para tomar.

Esta tisana se puede conservar en la nevera un par o tres de días si es preciso. No necesita endulzante, pues las plantas que acompañan al jengibre equilibran muy bien el sabor.

jengibre Contraindicaciones

Al jengibre se le atribuyen muchos beneficios para la salud, pero también algunas contraindicaciones que no debes perder de vista.

Dado su alto contenido en aceite esencial, el jengibre, en todas sus formas, debe ser consumido con mucha prudencia o simplemente evitado durante el embarazo y el periodo de lactancia. También en caso de colon irritable y úlcera gastroduodenal y en determinadas enfermedades neurológicas.

También es preciso advertir que, en algunas personas sensibles, su consumo puede ocasionar diarrea, molestias estomacales e insomnio, y que no debiera consumirse si se están tomando medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios.