El puerro es originario de Eurasia. Los primeros registros de su cultivo fueron hallados en el papiro Anastasi IV, 1200 años A.C. Los romanos, que lo llamaban «ajo de Oriente», consumían los puerros especialmente en sopas o acompañados de rábanos, coles y nabos. Durante la Edad Media, su cultivo se extendió gradualmente por toda Europa.

En España, el agrónomo Abu Zacaria Laia lo difundió y, en uno de sus libros, detalla que se cultivaban tres tipos de puerros: hortenses, silvestres y nabateos. Los dos primeros tipos de puerros los cultivaban por su uso gastronómico, y los puerros nabateos, por su interés medicinal.

Planta del puerro

El puerro es una herbácea que alcanza los 50 cm. La raíz es fasciculada, densa, y penetra en el suelo unos 20 cm.

Posee un bulbo membranoso y alargado con muchas raicillas. Las hojas, encintadas, forman un falso tallo llamado fuste, cuyo grosor viene determinado por el número de hojas: cuantas más hojas tenga el puerro, más robusto será el fuste.

Plantar puerros: la elección perfecta para principiantes

El puerro es perfecto si recién te inicias con tu huerto, pues siguiendo unas pocas pautas tendrás excelentes cosechas.

Es un cultivo propio de temporadas frescas y de zonas frías y húmedas. Los puerros no toleran bien el exceso de calor, por lo que su desarrollo se ve beneficiado en otoño, invierno y comienzos de primavera.

Si les reservas un sitio algo sombrío, podrás cultivar puerros también en verano. Crecen bien con el compost sobrante de los cultivos de verano precedentes.

Cómo sembrar puerros

De julio a septiembre, puedes sembrar puerros en semillero o en línea directamente en tierra. Febrero es otro mes indicado para comenzar con la siembra y así cosechar los puerros antes de los meses más cálidos. Siembra a una profundidad de 1 - 2 cm y cubre con tierra.

  • Si has sembrado los puerros en semillero, al alcanzar los planteles entre 15 – 20 cm, trasplántalos en el bancal a una distancia de 10 cm entre puerro y puerro y a 25 cm entre las líneas de cultivo.
  • Pero si lo has hecho en tierra y están a muy alta densidad, al alcanzar el grosor y la altura de un lápiz, arranca los puerros con cuidado. Corta las raíces, dejando solo 1 cm.

Para equilibrar el plantel y evitar su deshidratación, corta 1/3 de las hojas de cada puerro. Haz un hoyo y trasplanta luego el puerro a 5 cm de profundidad. Riega las plantas generosamente para asegurar el enraizado.

Cómo obtener Semillas del puerro

Si quieres obtener semillas del puerro, debes dejar florecer 3 o 4 plantas.

Las inflorescencias del puerro forman una esfera blanca o rosada muy atractiva para las abejas. Produce abundantes semillas planas y de color negro.

Plagas del puerro

Las principales plagas que atacan al puerro son los trips de la cebolla (Thrips tabaci) y la roya (Puccinia allii), que verás como pústulas anaranjadas en las hojas cuando no hay buena ventilación o su hay un exceso de humedad.

Puerro ornamental

Las hojas encintadas y de color verde azulado de las plantas engalanan cualquier huerto. De hehco, lo más frecuente es plantar puerros en líneas, pero puedes probar a hacerlo al tresbolillo, formando triángulos equiláteros, lo que dará aún un aspecto más decorativo.

Si tienes bancales elevados, puedes plantar puerros en las pendientes laterales y ahorrar espacio.

Cuidados del puerro

Estas son las claves para que tus puerros crezcan sanos:

  • Suelo. Al puerro le gusta el suelo mullido, trabajado y rico en humus.
  • Luz. Las plantas de puerro se adaptan a todas las exposiciones. En verano, resérvales un lugar algo sombreado para evitar que florezcan prematuramente.
  • Riego. El puerro quiere un riego frecuente y regular, en especial después del trasplante. No riegues las hojas para evitar hongos.
  • Asociaciones. Una buena idea es plantar los puerros cerca de zanahorias, coles en general, espinacas, caléndulas y lechugas.

Cómo obtener puerros más blancos

Para obtener puerros más blancos, cubre la base con paja y asegúrala con hilos. Los tubos de cartón de los rollos de papel son un excelente sucedáneo. Ponlo sin dañar las hojas.

Ambas estrategias impedirán que ese sector del fuste fotosintetice y, por tanto, que se ponga verde, lo que hará que sean puerros más aprovechables, con una proporción mayor de tallo tierno y dulce.