El jabón potásico es uno de aquellos productos que no pueden faltarte si eres un amante de la jardinería, en especial si quieres cuidar tu jardín sin productos químicos agresivos.
Se usa especialmente para combatir plagas e insectos y es biodegradable y seguro para el medioambiente, siempre que se aplique de la forma correcta. Te explicamos cómo utilizarlo para que sea realmente efectivo.
¿Qué es el jabón potásico?
También conocido como potasa, el jabón potásico es un tipo de jabón suave que se obtiene mediante la saponificación de aceites vegetales con hidróxido de potasio (potasa cáustica) en lugar de hidróxido de sodio que es como se hace normalmente.
Su proceso de elaboración produce sales de potasio de ácidos grasos, que lo convierten en un producto más soluble en agua que los jabones tradicionales a base de sodio, que funciona muy bien en aguas duras (e incluso en el agua salada).
Entre sus principales ventajas está el hecho de que es biodegradable y no resulta tóxico ni para las personas, ni para los animales domésticos ni para el medioambiente, si se usa de forma correcta. Todo ello lo convierte en un producto muy interesante tanto para el huerto y el jardín como para la limpieza natural del hogar.
Propiedades y usos del jabón potásico en el huerto y jardín
El jabón potásico es una herramienta muy útil (y versátil) en la jardinería y agricultura orgánicas gracias a su efectividad y su respeto por el medio ambiente.

iStock Photo.Aleksandr Rybalko
Estos son sus principales propiedades:
- Es un insecticida natural que resulta especialmente eficaz contra plagas de cuerpo blando como los pulgones (como el pulgón blanco), la mosca blanca, las cochinillas, los trips y los ácaros. Actúa por contacto, ablandando o rompiendo la cutícula protectora de los insectos y provocando su deshidratación y posterior muerte. No obstante, no resulta dañino para insectos beneficiosos como las abejas, las avispas, los abejorros o las mariposas.
- Tiene propiedades fungicidas y es especialmente eficaz contra ciertos tipos de hongos como el oídio y la fumagina. Actúa limpiando las plantas y eliminando los residuos pegajosos (como la melaza de las plagas) que favorecen el crecimiento de los hongos.
- Tiene un ligero efecto fertilizante: cuando se descompone, el jabón potásico libera carbonato de potasio, que proporciona potasio a las raíces de las plantas y puede favorecer su crecimiento saludable.
Sus propiedades limpiadoras y detergentes son también útiles para limpiar de polvo y otras partículas las hojas, así como para higienizar las herramientas de jardinería o las macetas sin dañarlas.
Cómo usar el jabón potásico
El jabón potásico se comercializa en distintas formas (y también se puede preparar en casa), pero lo más habitual es encontrarlo en forma líquida concentrada. Para aplicarlo hay que seguir las instrucciones del fabricante, aunque por lo general habrá que disolverlo en agua a una proporción de unos 10 ml de jabón potásico por litro de agua (preferentemente tibia).
Puede usarse tanto para acabar con las plagas, ante la primera señal de infestación, o como preventivo para evitar plagas comunes. Su facilidad para disolverse en el agua facilita su aplicación como aerosol. Hay que pulverizarlo en las plantas afectadas por plagas, centrándose en el envés de las hojas y los brotes jóvenes.
Su suavidad y el hecho de que no deje residuos nocivos en los tejidos vegetales lo convierten en una buena opción incluso en los cultivos comestibles y en las plantas ornamentales.
Como decíamos antes, el jabón potásico actúa principalmente por contacto con los insectos. No penetra en los tejidos vegetales, por lo que puede usarse de forma repetida (aunque no excesiva, para no saturar la tierra) y no hay que esperar un plazo de seguridad antes de cosechar la hortaliza o la fruta.
Qué precauciones tomar al usar jabón potásico
Lo principal que hay que tener en cuenta al usar jabón potásico en el huerto o jardín es diluirlo bien en agua (de acuerdo con las indicaciones del fabricante). Usar una dosis demasiado alta de jabón potásico puede tener efectos dañinos en la planta: quemar las hojas, causar decoloración o incluso la muerte de la planta.
Conviene aplicarlo por la mañana temprano o al final de la tarde, para que el sol no lo evapore demasiado rápido y para evitar que la combinación del jabón y la luz solar intensa provoque quemaduras en las hojas.
Aunque puede usarse de forma repetida para acabar con las plagas, no conviene pasarse pues el residuo que deja en el suelo si es excesivo puede provocar desequilibrios nutricionales y perjudicar tanto a las plantas como a los insectos beneficiosos del entorno.
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