Durante una temporada muy larga me quedé sin caminar debido a un accidente grave que cambió totalmente mi vida. Durante la convalecencia eché de menos cosas como caminar, pasear, ver una puesta de sol, escuchar la brisa marina, salir con amigos y personas queridas.

Cuando todo eso pasó, mi deseo fue volver a disfrutar de lo pequeño, que es lo grande en la vida. De hecho, la mayoría de las cosas maravillosas de la vida son gratis: caminar, sentir, compartir, amar y agradecer. Y había perdido todo eso.

El problema de dar la alegría por descontada

Después de aquel bache, cuando la alegría desapareció debido al dolor físico que sufría, la necesitaba y aspiraba a reconquistarla, valorándola mucho más: la vida todavía me parecía más hermosa.

Esto es lo que explico a mis pacientes en mi consulta presencial y online y transmito a mis lectores en mi nuevo libro Tu Cerebro Emocional. Saca partido de lo que sientes y transforma tu vida (RBA Libros).

La palabra alegría viene del latín alacer, que significa «vivaz». Es una emoción que nos da bienestar y placer. De hecho, experimentamos alegría cuando ganamos algo que nos hace sentir bien: puede ser un placer social, afectivo, material o moral. Sentimos alegría cuando obtenemos un reconocimiento profesional, nos enamoramos, tenemos un hijo, comemos algo muy sabroso, recordamos momentos buenos, etc.

La cosa más absurda que hacemos es lo que en psicología llamamos la adaptación hedónica, que significa que empezamos a dar por descontado algo que ya tenemos, restándole importancia.

Darte realmente cuenta de que solo tienes una vida

Solo cuando te das cuenta de que tienes solo una vida, puedes vivir plenamente cada momento presente. Cuando interiorizamos esta sabiduría, podemos darle la justa importancia a las cosas buenas que nos dan placer y volver a sentir un sentido de maravilla, reconocimiento y apreciación.

Fue lo que me pasó cuando volví a caminar después de un año y medio. Lloré de alegría y volví a nacer literalmente sorprendiéndome por todo, tal como lo hacen los niños. Empecé a cultivar mi jardín interior, así como decía Voltaire. Por tanto, elaboré una lista de actividades que quería hacer a diario para cultivar la alegría.

Dar las gracias fue la primera tarea de mi lista

Lo primero que puse en la lista fue el agradecer poder caminar y estar viva. El milagro de la vida se repetía cada día con la consciencia de que sin salud no somos nada.

El agradecimiento me llenaba de alegría y, cada paso que conseguía dar, me devolvía la sorpresa que tienen los niños cuando pasan de gatear a caminar. Según los estudios de Sonya Liubomirsky, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de California en Riverside, aprender a agradecer nos genera buen humor y nos permite vivir el presente y el futuro con entusiasmo.

Restablecer este contacto con el agradecimiento por las pequeñas grandes alegrías de la vida nos genera ilusión y nos permite sentirnos satisfechos. Obviamente en la lista puse muchas más actividades, que llevé a cabo en el viaje que cambió mi vida y la de mis pacientes.

Aprender a valorar las cosas buenas de la vida y cultivar la alegría de manera activa es posible a través de hábitos que favorecen el desarrollo de esta emoción. Entonces, ¿qué esperas para sorprenderte y cultivar la alegría interior? ¿Quieres saber cómo hacerlo?

Cultivarse a uno mismo y disfrutar de los pequeños placeres

El paso previo para cultivar la alegría es cultivarte adentro, saber cuáles son las cosas pequeñas que te dan placer. El placer no da la felicidad, pero hace la vida más fácil. Aunque no dé la felicidad, nos permite estar mejor y nos da bienestar psicológico y físico.

La felicidad es un estado de satisfacción interior, un sentimiento de paz, equilibrio y tranquilidad interior más duradero en el tiempo. Y cultivar la alegría es tu superpoder para lograr esta sensación de satisfacción a diario. Puedes practicar una afición, cocinar algo que te guste, pasear por la naturaleza, contemplar un paisaje, recordar momentos bonitos de tu vida, etc.

En la sociedad 3.0 en que vivimos se ha extraviado el concepto epicúreo de la felicidad, según el cual se daba por un estado de paz y serenidad interior que no depende de cosas materiales. La búsqueda hoy en día es a través de cosas materiales como la tecnología, la bebida, el sexo inmediato en aplicaciones de citas… Esos placeres y alegrías son efímeros.

La mayoría de las maravillas de la vida son sencillas. La sencillez es una actitud mental y nos da serenidad interior.

Haz tu propia lista de cosas sencillas para hacer

Para empezar a conectar con la alegría, escribe un diario de actividades pequeñas que te gustaría hacer y apúntalas en orden de importancia para ti. Elige al menos las primeras tres y ponte un tiempo realista para llevarlas a cabo.

Una vez que las hayas realizado, escribe tu nivel de alegría y bienestar y puntúala del 1 al 10, donde 10 indica la alegría máxima. Sigue así durante 21 días. El cerebro es neuroplástico, necesita 21 días para crear un nuevo hábito y crear nuevas conexiones neuronales. Después, necesita 66 días para integrarlo. Al integrarlo no podrás estar sin ello y te sentirás mucho mejor contigo.

De hecho, habrás activado los cuatro acordes de la felicidad, que son la serotonina, la dopamina, la oxitocina y las endorfinas, y son responsables del bienestar, de la satisfacción y del placer. Si cultivas este nuevo hábito con constancia, dará los primeros pasos para cuidar tu jardín interior. Te sorprenderás de cómo cambiará tu humor en solo 21 días.

También puedes hacer una lista de las personas que te aportan y te restan energía. A menudo se olvida que el jardín interior y la alegría no es solo personal sino compartida. Hay que cultivar las dos para tener bienestar y salud mental.

En una sociedad solipsista en que estamos absortos delante de las pantallas, compartir vínculos afectivos sanos es un gran antídoto frente a la depresión y la ansiedad que destacan como los trastornos del siglo.

EL AMOR Y LA BONDAD SON INGREDIENTES CLAVES

Según los estudios del doctor Richard Davidson, cuando meditamos e imaginamos que practicamos la amabilidad y la bondad cada día un minuto durante ocho días, cambia toda la estructura de nuestro cerebro, rebajando el cortisol tóxico que causa el estrés, aumentando la serotonina, que es el regulador del estado de ánimo, y aumentando la oxitocina, la hormona del amor y del apego.

El amor te hace sentir placer y alegría y se basa en la reciprocidad. Ayuda a algún amigo cuando lo necesita, queda con él y agradece cuando está a tu lado en momentos difíciles. Rodéate de personas «vitamina S» (solar), con las que sientes bienestar al verlas, te dan refuerzos positivos, te hacen reír y sentir más feliz. Elige bien con quién quieres hacer el camino, sean amigos, familia o pareja.

Recuerda que cuidarte y cultivar la alegría es saber con quién hacer el camino. Tú decides tu actitud de hoy. Y tu actitud crea tu presente y tu mejor versión.

OTRAS IDEAS PARA ACTIVAR LOS 4 ACORDES DE LA FELICIDAD

Estas ideas te ayudan también a mejorar tu vida, afrontar las adversidades y cultivar el optimismo y una actitud alegre:

  • Cítate con la risa: Reír beneficia la salud, baja el cortisol, se relajan los músculos del cuerpo, se activa el sistema inmunológico y se fabrican hormonas de la felicidad. Escribe de 5 a 10 actividades que hagan reír y ponte en marcha para tu cita diaria con la risa.
  • Tu playlist de vitamina "S": Escuchar música es terapéutico: nos cambia el ánimo y ayuda a recuperarnos de situaciones difíciles. Crea tu propia playlist vitamina "S", de "sonido", para empezar bien el día. Tómate de 15 a 20 minutos al día para saborear tu momento de alegría y tranquilidad.
  • Vive en "modo parasimpático": Aprender a parar y practicar Il dolce far niente, te va a aportar serenidad y alegría en tu vida y combatir estados estresantes o ansiosodepresivos. Este estado de relax y tranquilidad es lo que activa el modo parasimpático, baja el cortisol y las tensiones.
  • Muévete, haz deporte: Empezar el día con el ejercicio activa la serotonina, el neurotransmisor regulador del humor y factor protector de trastornos del estado de ánimo. Inclúyelo en tu agenda, te sentirás mejor, más alegre, y ganarás salud.
  • Regálate sorpresas: Tómate el tiempo de cultivar la sorpresa, como caminar por tu ciudad y contemplar en los hermosos edificios que quizás no te habías fijado antes. Se trata de un buen ejercicio para maravillarte y ser un turista en tu ciudad. No hace falta ir muy lejos.
  • Practica el detox digital: Desconectar de la tecnología recarga la energía, ayuda a conectar con uno mismo, entender hacia dónde quieres ir en la vida. A partir de las 19:00 horas desconecta de las redes sociales. Puedes meditar, leer y disfruta de tiempo de calidad.