Esta hortaliza es una variedad de rábano muy singular, de piel entre marrón oscura y negra. Su carne blanca es un poco más compacta y picante que la del rábano común. Los estudios avalan sus propiedades antioxidantes, depurativas y estimulantes de la función hepática, entre otras.

¿Cómo podemos utilizar el rábano negro en cocina?

Lo más habitual es utilizarlo crudo, como un ingrediente de lujo en ensaladas o a rodajas muy finas en bocadillos, pero también vale si lo incluyes en zumos (con zanahoria, manzana o hinojo) o en bocaditos y entrantes, para beneficiarte de sus propiedades aperitivas.

1. Cremas

Es ideal para preparar cremas con cebolla, puerro, coliflor, nabos o zanahoria (un poquito de zumo de limón le va bien). La cocción suaviza su sabor picante pero es mejor no cocerlo demasiado para no matar su fragancia.

2. En wok

También lo puedes saltear en un wok junto con otras verduras como col o nabo (añade unas gotas de vinagre de manzana).

3. Crudo

Cuando lo emplees en crudo puedes suavizar su intenso sabor picante retirándole parte de la piel, aunque, si es de cultivo biológico y lo toleras bien, es mejor dejarlo sin pelar para disfrutar de todos sus matices de sabor y sus beneficiosos antioxidantes. Solo hay que tener presente que puede ser un poco difícil de digerir para algunas personas.

Su sabor también casa muy bien con espárragos, manzana verde, maíz, jengibre o rúcula.