Pocas recetas hay tan tradicionales como las croquetas. No sé a ti, pero a mí me transportan directamente a mi infancia, además de que están tan ricas con cualquier cosa que no me canso de probar nuevos ingredientes. Así, he hecho jugosas croquetas de calçots, saludables croquetas de brócoli (triunfo total), sabrosas croquetas de boletus y originales croquetas de calabaza, queso y nueces, entre otras.
¿Cuál es la cara B de las croquetas? Que son fáciles pero bastante laboriosas, todo sea dicho. Y eso teniendo en cuenta que en las croquetas más saludables evitamos hacer la besamel, con el ahorro de tiempo que eso conlleva. Pero aún así, desde que empiezas a prepararlas hasta que las das por concluidas (o sea, hasta que van a la mesa) pasa un buen rato. ¿Y eso por qué? Pues en primer lugar porque tienes que formarlas, pasarlas por huevo y pan rallado (hay quien también lo hace por harina) y por último freírlas y dejar que templen.
Quizá este sea uno de los motivos por los que son muchas las personas que terminan optando por comprarlas congeladas o en el lineal de platos preparados. Y es una pena porque, entre otras cosas, unas son ultraprocesadas y las otras no son especialmente económicas. ¿Quieres que te cuente un secreto con el quete ahorrarás un montón de tiempo y volverás a disfrutar de ellas a menudo? Pues toma nota porque aquí va.
El truco para formar las croquetas rápidamente
Si sueles hacer croquetas, o si las has visto hacer en casa, formarlas tiene su intríngulis. Para que no se te "descuajeringuen" a la primera de cambio tendrás que tener una masa compacta con la que sea fácil trabajar, pero que tampoco resulte un mazacote poco apetecible y duro como una piedra . En este punto tienes tres opciones: formarlas a mano, hacerlo con ayuda de dos cucharas u optar por utensilios que compres en establecimientos especializados.

No dejes de hacer croquetas ¡son deliciosas!
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Descartamos la tercera opción de golpe para evitar otro cachivache en la cocina. Descartamos también formarlas a mano por ser un pringue considerable y, en cuanto a las cucharas, para mí es una gran opción porque es la que me enseñó mi madre y las he hecho así toda la vida. Sin embargo, es verdad que lleva su tiempo. La idea es darles su característica forma ovalada haciendo una quenelle con dos cucharas, lo que resulta entretenido (además de lo que cuesta cogerle el truquillo).
Así que cuando quiero ir a la velocidad del rayo, lo que hago es dejar que temple la masa. A continuación cojo una manga pastelera desechable o una bolsa zip grande de las más resistentes, la relleno con la masa, aprieto bien para que no haya aire en ella, corto la esquina y voy presionando para que salga la masa. Evidentemente quedan más cilíndricas y no tan ovaladas, pero están igual de ricas y me sirve para comer casero pero sin estar todo la mañana o la tarde en la cocina. ¡Buen provecho!
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