Lavar las fresas siempre es importante, pero estos días el interés por hacerlo correctamente se ha vuelto a disparar a raíz de una nueva alerta sanitaria similar a la que ya vivimos a principios de marzo.  La Comisión Europa ha emitido una nueva notificación alertando de que se han vuelto a detectar fresas importadas de Marruecos contaminadas con el virus de la hepatitis A. 

De lo que no se ha hablado tanto desde que se produjo ya la primera alerta es de que las fresas y también muchas otras frutas y verduras habituales se ven muy afectadas por el uso de pesticidas en agricultura. De hecho, la presencia de pesticidas en verduras y frutas como las fresas ha provocado que distintos equipos de investigación científica hayan buscado la mejor fórmula para lavarlas y reducir la exposición a estos químicos tóxicos.  Algunos de esos estudios se han hecho específicamente en fresas.

Hace solo un año, en marzo de 2023, investigadores del Instituto de Toxicología de Corea del Sur publicaron un estudio en la revista científica Foods donde concretaban el mejor método para lavar esta fruta de primavera, y es que las fresas son una de las frutas que aparecen en las listas de los alimentos más contaminados, encabezándolas.

Aquí veremos cómo lavar bien las fresas tanto para reducir pesticidas como para contribuir a la desinfección y evitar contaminarse con posibles virus y bacterias que pueda haber en la superficie. Veamos primero lo que dicen los estudios más recientes sobre qué sustancias son más efectivas para hacerlo.

 

La mejor fórmula científica para lavar las fresas

El objetivo de los investigadores coreanos que se centraron en cómo lavar las fresas de forma efectiva fue reducir la contaminación de esta fruta con pesticidas como el clorfenapir, cel ienopirafeno, el indoxacarb y el espirotetramato.  De todos estos productos químicos, el clorfenapir es el más resistente al lavado. 

Los científicos concluyeron que el mejor método para lavar las fresas consiste en una dilución de agua y vinagre al 3% (esto es, por ejemplo, 90 ml de vinagre en 3 litros de agua).  Este método consigue la eliminación de 48,7% de los residuos de pesticidas. 

El equipo coreano probó otros dos métodos: 

  • Una dilución al 3% de sal consiguió una eliminación del 45.7%.
  • Una dilución al 3% de té verde logró una reducción del 38,9%. 

Los tres métodos, con vinagre, sal o té verde, fueron mucho más eficaces que el simple lavado con agua, que solo consigue una reducción del 24,6%.

Alerta sanitaria por fresas contaminadas por el virus de la hepatitis A

La notificación sanitaria europea por las fresas contaminadas procedentes de Marruecos ha generado mucha alarma, y no sin motivo, pues se había detectado el virus de la hepatitis A, aunque al parecer las fresas contaminadas fueron detectadas antes de que llegaran a los comercios. Otra notificación europea similar afecta a bayas procedentes de Polonia. 

En cualquier caso, si se adquieren fresas u otras bayas, siempre es necesario lavarlas adecuadamente para reducir riesgos

Es también una medida imprescindible para reducir los niveles de pesticidas, que se usan tanto en España como en los países desde donde se importan las fresas y siempre representan un riesgo para la salud. La única manera de asegurarse de que esquivas los pesticidas, es optar por fresas procedentes de cultivos ecológicos.

Cómo lavar las fresas paso a paso

Para lavar las fresas correctamente y eliminar pesticidas y posibles microorganismos patógenos, lo ideal es ser meticuloso siguiendo estos pasos:

1. Quita las hojitas verdes después de lavar las fresas, ¡nunca antes!

Si no vas a procesar las fresas para preparar una mermelada o hacer una macedonia, hay una manera de conservar su frescura: ponlas en un baño de agua y vinagre. 

¿Siempre quitas primero las hojas verdes de las fresas y luego enjuagas las frutas ? Pues es un error fatal: al arrancar las hojitas, la fresa puede absorber el agua y los contaminantes que se encuentren en esta. Además, el agua, aunque sea limpia, diluye su sabor.

Por eso, lávalas bien con las hojitas y arráncalas cuando las vayas a consumir. 

2. No laves las fresas bajo el grifo

¿Qué haces a la hora de lavar las fresas?  Una práctica muy habitual es ponerlas en el colador y pasarlas por agua del grifo, colocándolas directamente bajo el chorro de agua.  Suena algo lógico y cómodo, pero no es una buena idea.

La fresa es una fruta delicada y no soporta bien la fuerza con la que sale el chorro de agua del grifo. La presión puede magullarla lo que acelera su deterioro y afecta a su sabor.  

Para lavar las fresas correctamente sin recurrir al chorro de agua del grifo, puedes seguir los siguientes pasos: 

  • Llena un cuenco u otro recipiente suficientemente hondo con agua tibia y añade un 3 % de vinagre (por ejemplo, 90 ml de vinagre en 3 litros de agua). Se recomienda que el agua esté tibia porque esto aumenta su capacidad de limpiar el polvo, los pesticidas y otras sustancias. Deja las fresas en remojo en el agua durante por lo menos dos minutos. 
  • Ahora repasa suavemente las fresas con las yemas de los dedos. Nunca dejes las fresas en el bol durante mucho tiempo, porque eso haría que absorban demasiada agua y pierdan sabor. Y, cuidado, antes de nada, cuando vayas a ponerte a manipular las fresas asegúrate de lavarte bien las manos con agua y jabón. 
  • Luego pon las fresas en un colador y deja que escurran el agua.
  • Finalmente sécalas suavemente con un papel absorbente o un paño de cocina limpio.

Ten presente que, con este lavado, eliminas una parte de los pesticidas, pero no todos. Una parte de los pesticidas habrá sido inevitablemente absorbida por la fresa y se encuentra ya en la pulpa, con lo que no podrás librarte de ellos.

Siempre la mejor forma de evitar los pesticidas es optando por el cultivo ecológico, aunque esta es solo una de las ventajas de comprar fresas ecológicas. Reducir la exposición a estos residuos siempre merece el esfuerzo, porque su efecto en el organismo depende de la dosis y la acumulación.   

3. Evita poner las fresas lavadas y cortadas en el frigorífico

Si normalmente guardas enseguida todo lo que no te comes en el frigorífico, estás haciendo lo que es más habitual y lo que parece más lógico, pero probablemente ya habrás empezado a intuir que con las fresas esa tampoco es la mejor idea.

Lo más aconsejable es que entre que las compras, las lavas y las comes pase mínimo tiempo posible.  

¿Se deben lavar las fresas con lejía?

Es cierto que la la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) recomienda utilizar la lejía para lavar las frutas y verduras que se van a comer con piel, como es el caso de las fresas. En concreto, indica que se tienen que dejar unos cinco minutos en agua potable y lejía (en una proporción de 4,5 ml de lejía por cada tres litros de agua). Ahora bien, no se puede emplear cualquier lejía; debe ser una lejía apta para la desinfección de agua de bebida.

Si te da reparo usar un químico como la lejía, que no esta exento de riesgos, la alternativa es elegir fresas de producción ecológica y de proximidad, aunque también estas debes lavarlas bien. Otra opción es cultivar tus propias fresas, que también deberás lavar, pero seguramente te sentirás mucho más seguro si tú controlas todo el proceso. 

cómo saber de dónde vienen las fresas 

Según las normativas española y europea, es obligatorio declarar el país real de origen de las fresas. No es cierto que un distribuidor español pueda comprar fresas en Marruecos u otro país y luego venderlas como si fueran españolas. Esto sería ilegal. Por otra parte, es verdad que esta declaración no es obligatoria en todos los alimentos, pero sí en las fresas y otras frutas y verduras.

La etiqueta debe informar del país de origen o procedencia (estos términos son sinónimos para la ley (Reglamento UE 1169/2011). Si no aparece porque las fresas se encuentran en una cesta sin etiqueta, se puede preguntar al comerciante, que está obligado a ofrecer esa información. 

Por otra parte, si no se ve en la etiqueta cuál es el país de origen, porque por alguna razón queda borroso o oculto, se puede mirar el código de barras. El código lleva un número y las dos primeras cifras indican el país de procedencia. Las fresas españolas llevan los números 84 y, por ejemplo, las de Marruecos, 611.