Hacer leches vegetales en casa permite disfrutar de productos sanos y vivificantes. Son muy fáciles de hacer, requieren pocos utensilios y los ingredientes (cereales, frutos secos, semillas, endulzantes...) se encuentran en la mayoría de establecimientos de alimentación.

Una de las grandes ventajas es la posibilidad de crear bebidas originales que se adapten a nuestros gustos y necesidades. Aunque la oferta comercial de leches vegetales de hoy día es muy amplia, nunca podrá superar el abanico de posibilidades que ofrece la preparación en casa.

Bebidas vegetales caseras hechas a tu gusto

A la hora de hacer leches vegetales en casa, no siempre es preciso ceñirse de forma rígida a las recetas. Lo importante es conocer el proceso y las pautas generales.

Una vez tengamos cierta experiencia, es posible experimentar con diferentes grados de espesor y molienda, distintos edulcorantes y, sobre todo, combinar ingredientes básicos –como por ejemplo sésamo con alpiste o arroz con almendras– en busca de sabores únicos.

Las bebidas vegetales que hagamos en casa pueden sustituir culinariamente a la leche de vaca. Pueden disfrutarse como una bebida refrescante o emplearse como base para preparar batidos, salsas, helados más ligeros y multitud de recetas libres de lactosa –el azúcar de la leche–, que suele provocar problemas digestivos a muchas personas.

Qué utensilios se necesitan

Aunque la técnica de preparación puede variar de una leche a otra, el material que necesitas es siempre el mismo:

  • Una batidora de vaso o un brazo batidor y un colador chino.
  • Ciertas semillas requieren una cocción previa, para la que se precisa una cazuela.
  • Un vaso medidor o una balanza de cocina permiten afinar las cantidades. También se puede hacer uso de las tazas (250 ml) y recurrir a las tablas de equivalencias que ofrecen algunos libros de cocina.
  • El mercado ofrece electrodomésticos especialmente concebidos para la elaboración de este tipo de bebidas. Su diseño y funcionamiento facilitan la tarea, pues realiza de forma automática todas las fases del proceso de preparación.

Cómo hacer leches vegetales: las 3 fases del proceso

El procedimiento para preparar una leche vegetal consta básicamente de tres fases.

1. Hidratar, escaldar y pelar

En la primera se hidrata el ingrediente base (cereales, semillas, frutos secos) para que pueda ser manipulado y libere el máximo de nutrientes.

Cuando se prepara leche de alpiste, de anacardos o de lino, por ejemplo, esta hidratación inicial se puede realizar en frío, simplemente dejando las semillas en remojo durante un periodo de tiempo que puede oscilar de unas pocas horas a toda la noche.

Pero en el caso de bebidas de cereales (arroz, cebada, avena...), de quinoa o de legumbres como la soja, es necesario someterlas a una cocción más o menos prolongada. Hay que tener en cuenta que, debido a la evaporación, será preciso utilizar una cantidad de agua bastante superior a la cantidad de leche deseada.

2. Triturar y disolver

El siguiente paso es la trituración, que debe ser lo más fina posible a fin de extraer el máximo de sabor y nutrientes. Para ello es idónea una licuadora de vaso, por su potencia y porque su jarra, que se acompaña de una tapa, facilita mezclar y verter la leche sobre el filtro evitando las salpicaduras.

3. Filtrar y endulzar

La mezcla triturada se filtra a continuación con un colador chino, o bien con un lienzo o tela si se quiere que quede más fina. Los residuos pueden enriquecer masas o rellenos. Si se pretende que conserve toda su fibra –la textura cambiará– no hace falta colarla.

Puede endulzarsesirope de agave o estevia, que no provocan subidas de glucemia.

Al tratarse de un producto casero, libre de conservantes, conviene consumirlo el mismo día de la preparación, o conservarlo en la nevera, en un recipiente herméticamente cerrado, durante un máximo de tres días.

Receta de leche de almendras casera

Para que tengas un ejemplo, a continuación te damos la receta de cómo hacer una bebida de almendras casera que te sorprenderá:

1. Primer paso: remojo y escaldado de las almendras

  • Se cubren las almendras con agua y se dejan en remojo toda una noche. Al día siguiente se escurren.
  • Se pone un cazo de agua a calentar y cuando rompe a hervir se agregan las almendras.
  • Se escaldan unos 30 segundos, se vuelven a escurrir y, una vez frías, se pelan con las manos.

2. Segundo paso: triturado con agua y reposo

  • Las almendras ya peladas se introducen en el vaso de la trituradora y se muelen, procurando obtener una pasta bien fina.
  • Se añade agua mineral natural, en una proporción de cuatro partes de agua en peso por una de almendras.
  • Se mezcla a fondo y se deja reposar media hora.

​3. Tercer paso: filtrar y endulzar al gusto

  • La mezcla se filtra con un colador chino, ayudados por su mazo cónico de madera o el de un mortero. O bien se filtra con una tela, uniendo los cuatro picos y estrujando la pulpa varias veces para extraer todo su jugo (la pulpa sirve luego para hacer patés vegetales).
  • Se endulza ligeramente.
  • La leche de almendras, al igual que otras muchas leches vegetales, se puede enriquecer con un poquito de aceite para hacerla más sustanciosa y obtener además una mejor emulsión. Lo ideal es emplear un buen aceite prensado en frío como los de sésamo, lino, colza o incluso oliva.

La bebida obtenida permite preparar una salsa bechamel sin productos lácteos.