A nadie se le escapa que alimentación e higiene van siempre de la mano, y por eso es importante no bajar la guardia desde el instante en el que los alimentos entran en casa hasta el mismo momento de su consumo. Como te imaginarás, entre los alimentos más sensibles en este aspecto se encuentran los huevos. Buena prueba de ello es que a estas alturas estamos muy concienciados de la importancia de consumirlos bien cocinados y conservarlos en las condiciones adecuadas para evitar bacterias como la Salmonella.

Siempre me ha llamado la atención que en el supermercado los huevos no están refrigerados pero, sin embargo, al llegar a casa lo primero que hacemos es meterlos en la nevera. Lo solía hacer por inercia hasta que empecé a indagar sobre el tema y descubrí cosas muy interesantes con el objetivo común de conservarlos lo mejor posible. 

Cómo guardar los huevos 

Si te fijas en los envases de los huevos, en todos aparece la recomendación de que deben conservarse refrigerados después de su compra. Y es que la temperatura a la que están nuestras cocinas es un dato importante a tener en cuenta (y más si en invierno tienes la calefacción puesta), con lo que la nevera es su sitio ideal.

Punto 2: aquí viene el quid de la cuestión. ¿Qué hacemos con el cartón? Hay que quitarlo SIEMPRE ya que en los cartones puede haber suciedad, bichitos y huevos de cucaracha y demás insectos que no queremos ni ver en pintura, así que ni se te ocurra meterlo en la nevera. Si tienes la huevera prácticamente llena y no te caben los que acabas de comprar, sácalos con cuidado y ponlos en un táper, tal como recomienda @cobardesygallinas.

Y ya que estamos, seguro que estás muy concienciado con la importancia de reciclar, pero ojo con reutilizar el cartón de los huevos, sobre todo en manualidades infantiles. ¿Por qué? Porque los huevos solo se limpian ligeramente antes de envasarlos, con lo que las cajas pueden contaminarse con gérmenes patógenos que pueden estar adheridos a ellos.

Por otro lado, la mayoría de nosotros los guardamos en la huevera de la puerta ya que, parece evidente que si hay un sitio específico para ello, sea la opción perfecta. Sin embargo, esto tiene un pequeño inconveniente y es el siguiente: la puerta de la nevera se abre y cierra con frecuencia, con lo que los huevos sufren cambios de temperatura, y más todavía si eres de los que deja la puerta abierta mientras estás cogiendo cosas.  

¿Entonces cómo y dónde guardamos los huevos? Pues en un recipiente cerrado dentro de la nevera y no en la puerta. De hecho, existen modelos de nevera que ya cuentan con un espacio reservado para los huevos en la zona central. Ahora que ya tienes claro dónde y cómo guardarlos, te animo a que eches un vistazo a estas 3 cenas con huevo que te ayudarán a dormir bien.

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