Los ácaros del polvo doméstico se alimentan principalmente de las escamas de la piel y, por tanto, los colchones, edredones y almohadas son su habitat natural.

Estos animales se multiplican muy rápido en un ambiente cálido y húmedo. Como no se ven esto no sería un problema, pero algunos de los ácaros que se encuentran en casa provocan reacciones alérgicas en muchas personas.

Los síntomas de alergia a los ácaros incluyen estornudos, nariz tapada, mocos, ojos llorosos y con picazón o párpados hinchados. Si la alergia a los ácaros del polvo doméstico no se trata, puede llegar desarrollarse asma en los afectados.

 

1. Aceite de árbol de té

El aceite de árbol de té es un remedio casero muy conocido para las espinillas, imperfecciones, hongos en las uñas y otras dolencias físicas. Pero no solo sirve para eso, además el aceite es un remedio fantástico contra los ácaros del polvo doméstico.

El árbol de té crece en áreas plagadas de muchas cantidades de insectos, por eso desarrolla olores que ahuyentan a los ácaros, las garrapatas, etc. Para protegerte de los ácaros, llena una botella con pulverizador con agua y agrega unas gotas de aceite de árbol de té. Luego agítala bien y rocía los textiles en el dormitorio y, si es necesario, el resto de la casa.

2. Luz solar

Para combatir los ácaros interesa reducir la humedad y la temperatura (por debajo de los 20 ºC) y, si es posible, aprovechar las propiedades de los rayos solares.

Por ello, conviene dejar la ropa de cama al sol con la mayor frecuencia posible. Déjala allí durante al menos tres horas y los ácaros morirán.

3. Lavar la ropa de cama con regularidad

Lo más importante para frenar el crecimiento de los ácaros del polvo doméstico es el lavado regular de la ropa de cama y las fundas nórdicas.

Lo ideal es que lo hagamos cada dos o tres semanas como máximo. Aparte de eso, debes ventilar el colchón regularmente. Como el colchón es más difícil de limpiar, es recomendable utilizar una funda que se pueda lavar junto con la ropa de cama.

4. Congela las almohadas

Si tienes un congelador grande también puedes congelar la almohada. Déjala en el congelador durante 24 horas y los ácaros morirán.

Si luego lavas la almohada al menos a 60 ºC, también eliminarás los excrementos de ácaros de la tela. Repita este proceso cada pocas semanas.

5. Elimina el polvo

Si deseas controlar la plaga de ácaros, debes eliminar el polvo regularmente. Presta especial atención a las áreas de difícil acceso, como debajo de la cama, en los zócalos o detrás de los armarios.

Además, debes deshacerte de los colectores de polvo, como las alfombras del dormitorio. Los armarios abiertos pueden parecer modernos y minimalistas, pero la ropa tiende a acumular polvo y ácaros, así que mejor apuesta por armarios cerrados y cómodas.

Debajo de la cama es mejor pasar la aspiradora que la escoba porque con la escoba es difícil acceder a todos lo rincones. Después de aspirar, no te olvides de fregar los suelos para acabar de eliminar cualquier pequeña cantidad de polvo que se haya quedado en el suelo.

6. Fundas especiales antiácaros

Existen unas fundas especiales las personas que sufren alergias. Las hay para almohadas, edredones y colchones.

Estas fundas tienen la característica especial de estar tejidas de una manera tan densa que los ácaros del polvo doméstico no pueden asentarse y, por otro lado, las heces ya excretadas no pueden salir al exterior.

7. Reducir la humedad

Dado que los ácaros prosperan en climas cálidos y húmedos, también se debe reducir la humedad en el dormitorio. Para ello puedes usar un higrómetro, para averiguar cuál es el nivel de humedad en tu dormitorio, que no debe ser más del 55%.

Si el valor está por encima de eso, debes tomar medidas para reducirlo. La ventilación regular es la mejor aliada. Si no es suficiente, puedes recurrir a un deshumidificador eléctrico.

Si tienes que secar tu colada en el interior, no debes hacerlo en el dormitorio para evitar que la humedad se asiente.