Existe una gran variedad de plantas con flor resistentes al sol y al frío, pero si hay unas plantas especialmente diseñadas por la naturaleza para resistir condiciones adversas, como suelos pobres en nutrientes, poca humedad y exposición total al sol, son las plantas para rocallas.

Lejos de ser simples supervivientes, muchas de estas especies son auténticos tesoros visuales que aportan color, textura y perfume a cualquier jardín. 

Entre sus principales ventajas destaca su bajo mantenimiento. Una vez asentadas, la mayoría de estas plantas requieren poco riego y prácticamente ningún cuidado, lo que las convierte en aliadas ideales para quienes quieren un jardín bonito sin invertir demasiado tiempo o esfuerzo.

5 plantas para rocallas ideales

1. Flox musgoso (Phlox subulata)

phlox subulata
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Conocido como flox musgoso, el Phlox subulata es una de las plantas más espectaculares para rocallas. 

Forma una densa cobertura vegetal que, en primavera, se cubre completamente de flores que van del blanco al violeta, pasando por el rosa y el azul. En Norteamérica los nativos llamaron Luna rosa a la Luna de abril por esta planta, que al florecer reflejaba el color de sus flores rosadas sobre la superficie lunar.

Se adapta muy bien a suelos pobres, siempre que estén bien drenados, y necesita pleno sol para florecer con intensidad.

Además, tolera la sequía, lo que lo convierte en un candidato ideal para zonas calurosas o con lluvias escasas.

2. Pie de gato (Antennaria dioica)

ANTENNARIA DIOICA
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El pie de gato o Antennaria dioica debe su nombre a sus inflorescencias pequeñas y aterciopeladas que recuerdan a las almohadillas de un felino.

Esta planta perenne de bajo crecimiento forma un manto grisáceo de follaje que contrasta de forma encantadora con sus flores rosadas o blancas.

Es perfecta para zonas soleadas con suelos secos y pobres, y apenas necesita mantenimiento. Además, su carácter tapizante ayuda a cubrir espacios desnudos del jardín con un toque silvestre y delicado.

3. Arábide (Arabis alpina)

ARABIS ALPINA
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También conocida como canastilla de plata, esta planta es una joya de los jardines de rocalla. Con sus flores blancas (en algunas variedades también rosadas), que brotan desde principios de la primavera, transforma cualquier rincón rocoso en un espectáculo visual.

Tolera el frío con facilidad y puede crecer entre grietas de piedras, bordes de escaleras o muros de jardín. Es resistente, vivaz y se autosiembra con facilidad, volviendo a crecer año tras año sin necesidad de replantar.

4. Aubrieta (Aubrieta deltoidea)

AUBRIETA DELTOIDEA
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La aubrieta es una de las plantas más apreciadas para cubrir muros bajos o llenar los huecos entre piedras.

Sus flores de verano, en tonos de azul, púrpura, rosa o rojo, forman una alfombra viva que destaca sobre los tonos grises de las rocas.

Necesita exposición solar directa y un suelo bien drenado, pero no exige más cuidados. Durante la temporada cálida, se convierte en un verdadero manto de color.

Además, es resistente al frío, lo que permite disfrutar de su follaje incluso en invierno.

5. Pampajarito (Sedum acre)

SEDUM ACRE
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El pampajarito es una planta suculenta que ofrece un contraste brillante con sus pequeñas flores amarillas y su follaje verde intenso.

Es extremadamente resistente y puede soportar temperaturas de hasta -20 °C,además de largos periodos de sequía.

Se adapta a casi cualquier tipo de suelo, incluso los más arenosos o pedregosos, y crece con soltura en las zonas más difíciles del jardín. Su aspecto acolchado y compacto es ideal para cubrir grandes áreas con muy poco mantenimiento.

Cómo combinarlas y cuándo plantarlas

El secreto de una rocalla atractiva y funcional está en la combinación de especies con distintos colores, alturas y texturas.

Alternar flores vistosas como el flox con otras más sobrias como el pampajarito permite crear contrastes visuales todo el año.

Además, muchas de estas plantas son perennes o se autosiembran, garantizando un jardín siempre vivo.

La mejor época para plantar estas especies es la primavera o el otoño, cuando el clima es más suave y el suelo puede trabajarse fácilmente.

Así, las raíces tienen tiempo suficiente para establecerse antes del calor extremo o las heladas del invierno.

Un jardín bello sin esfuerzo

Las plantas de rocalla son una excelente elección para quienes buscan un jardín bonito, resistente y fácil de mantener.

Con estas cinco especies podrás transformar cualquier rincón pedregoso en una composición armoniosa, colorida y duradera.

No hace falta ser un experto ni dedicarle horas, la naturaleza se encarga del resto. Solo hay que elegir bien, plantar en el momento adecuado y dejar que el tiempo haga su magia.

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