Al pasar por la calle y levantar la mirada para ver la ventana de tu casa, ¿te has sorprendido alguna vez al ver lo sucia que está la persiana? Limpiarla por la parte de dentro es sencillo, pero hacerlo por fuera resulta prácticamente imposible… hasta ahora.

Hay un truco que no solo ayuda a que la persiana se vea limpia desde fuera, también tiene otras ventajas más importantes de lo que piensas. Lo ha desvelado en sus redes sociales la experta en orden y limpieza Estela Moreno y no puedes dejar de hacerlo.

¿Por qué es importante limpiar la persiana?

Aunque puedas pensar que los únicos motivos para limpiar las persianas de casa (por dentro y por fuera) sean la higiene y la estética, lo cierto es que más allá de esto hacerlo con regularidad puede ahorrarnos problemas importantes en su funcionamiento.

Tal y como explica Estela Moreno, las persianas “muchas veces se quedan atascadas por exceso de polvo y suciedad”. Limpiarlas garantiza un funcionamiento suave del mecanismo, tanto en el caso de las persianas eléctricas como en las mecánicas, al evitar que los residuos interfieran con su movimiento.

Por otro lado, la acumulación de polvo empeora la calidad del aire que entra en tu casa, algo especialmente preocupante en caso de que tú o alguien de tu familia tenga alergia

Además, la suciedad, el polvo y los contaminantes ambientales pueden provocar desgaste, corrosión o manchas permanentes en las persianas y mantenerlas limpias ayudará a alargar su vida útil (y con ello también a ahorrar).

Cómo limpiar la persiana con el truco de la tapa

Limpiar la parte exterior de las persianas no tiene por qué ser un ejercicio de contorsionismo en el que alargamos la mano por fuera mientras mantenemos la persiana bajada para llegar lo más arriba posible. Hay una forma muy sencilla de hacerlo que consiste simplemente en abrir la tapa o cajón que oculta la persiana enrollada.

Esa tapa que a veces no nos atrevemos a abrir no sirve solo para arreglar una persiana rota o cambiar la cinta: también es una ayuda para limpiarla bien sin que resulte pesado ni complicado. Así es cómo lo hace la experta en limpieza  Estela Moreno:

Hay tapas que van a presión y otras que están atornilladas, ambas se pueden abrir fácilmente, aunque conviene hacerlo con cuidado para no romperlas. Dentro está la persiana enrollada y lo que verás son las lamas que dan al exterior, justo las que tienes que limpiar.

Cómo y con qué limpiar la persiana

Una vez abierta la tapa, es hora de ponerse manos a la obra para limpiar a fondo la persiana. Para ello, Moreno recomienda usar un producto multiusos disuelto en agua, aunque también puedes optar por otras soluciones, por ejemplo:

  • Vinagre de limpieza, un producto natural todoterreno en el hogar. Solo tienes que disolverlo en un poco de agua.
  • Jabón lavavajillas, muy eficaz si hay mucha suciedad. Disuelve unas gotas en un poco de agua.

Baja la persiana por completo, empapa una bayeta con el producto de tu elección y frota a lo largo de la persiana enrollada. "Hay que darle muy bien porque suele haber bastante suciedad" asegura la experta.  

Tendrás que ir subiendo muy poco a poco la persiana para ir limpiando cada vez una sección pequeña de las lamas y al final dejar toda la persiana completamente limpia de polvo y suciedad, así como el cajón. 

Cada cuánto hay que limpiar las persianas

No hay un número exacto de veces que haya que limpiar así las persianas, dependerá del entorno, pero se suele recomendar que se haga como mínimo un par de veces al año, con más frecuencia si hay mucho polvo o contaminación en el ambiente o si hay una persona alérgica en casa. 

Después de limpiar la persiana de esta forma, puedes aprovechar para engrasar también los mecanismos. “Así las mantendremos nuevas durante mucho más tiempo”; asegura Moreno. Ya solo te queda cerrar la tapa con cuidado y listo. 

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