Dime cómo llevas el bolso, y te diré quien eres. Los que conocen los entresijos del lenguaje no verbal, saben ver tras cada pequeño gesto una ventana hacia la verdadera personalidad. Y es que los gestos inconscientes son los que nos conectan con lo que de verdad se esconde tras la máscara que todos llevamos cuando estamos frente a los demás, sea en menor o en mayor medida.

Una de estas grandes expertas en destruir las barreras de la fachada y analizar en los pequeños gestos la verdadera personalidad es la Dra. Kathlyn Hendricks, que ha escrito más de una docena de libros sobre el tema, y se gana la vida descifrando estos mensajes ocultos en la forma en la que nos movemos, hablamos, nos vestimos y hasta en como llevamos el bolso. Porque sí, esta prenda eminentemente femenina que no falta en ningún outfit que se precie, puede decir mucho de ti, aunque no lo creas.

Sobre el hombro y cerca del cuerpo

Para Hendricks, las personas que llevan el bolso cerca del cuerpo, sobre el hombro, son las más prácticas. Toman decisiones en función de la utilidad, y por eso esta postura es la que más cómoda les resulta.

La experta aseguraba en una entrevista con Glamour que esta forma de llevar el bolso “indica que quien la lleva prioriza su libertad de movimientos sobre elementos de exhibición”. Esta posición, el bolso no luce demasiado, y además puede tapar parte del conjunto elegido. Pero si llevas el bolso así, explica la psicóloga, es porque “no te pavoneas, sencillamente haces lo que hay que hacer”.

Su apreciación se extiende a todo tipo de bolsos, siempre que sea posible llevarlos en esta posición. Aunque asegura que es especialmente significativo cuando el bolso es pequeño.

Balanceándose libremente sobre el hombro

Otra manera de llevar el bolso, algo más despreocupada, es colgando sobre el hombro, pero sin sujetarlo cerca del cuerpo. Es decir, dejando que se balancee tranquilamente, sin restricciones.

En estos casos, explica la experta, la manera en la que se balancea el bolso indica que la persona “prioriza la comodidad y la funcionalidad sobre la presentación”. Puede que no sea la manera más elegante de lucirlo, pero es lo más cómodo.

Y es que, tal como señala Hendricks, “mantenerlo cerrado y situado en la parte delantera podría permitir que los transeúntes apreciaran mejor la marca, la forma, la tela y el color. Pero no sería tan práctico”.

Cruzado delante del cuerpo

Para la Dra. Kathlyn Hendricks llevar el bolso cruzado frente al cuerpo es “casi una forma de armamento”. Las personas que lo utilizan de esta forma suelen tener “una personalidad más cautelosa, reticente o tímida”, explica la psicóloga.

Al gesto del bolso cruzado se le suelen añadir otras señales de timidez, como la mirada baja o la postura ligeramente encorvada, que “sugieren una personalidad ligeramente defensiva”.

Esta posición añade la experta, es también muy habitual en las famosas, como medio de “evitar el contacto con los paparazzi” cuando las vemos caminar por las calles.

Cruzado por detrás

Si cruzar el bolso y llevarlo por delante era una forma de protegernos del mundo, esta es quizá su contraposición ofensiva. Para la Dra. Kathlyn Hendricks, esta manera de usar el bolso nos convierte en “guerreras urbanas con un objetivo claro”.

Con esta posición dejamos claro que “el bolso es secundario”, porque lo que esgrimimos con la postura es una “imagen de independencia”. El complemento es, sencillamente, un accesorio funcional. Un medio para un fin.

Aquí, desde luego, no hay espacio para la coquetería, porque ni siquiera dejamos espacio para apreciar su estilo o su marca.

En el pliegue del codo

Determinados tipos de bolso incitan de forma natural a esta postura, que como señala la Dra. Kathlyn Hendricks, revelan en quien los lleva “una prioridad de estatus y posición”.

Desde su perspectiva de experta, con esta postura, básicamente, “estás deshabilitando uno de tus brazos para llevar algo de gran tamaño, diciéndoles a todos que no necesitas usar ambos para moverte por el mundo”.

La posición, erguida y elegante, recuerda a la experta “a la época en que se les llevaban paquetes a las mujeres”. Además, en esta posición es fácil realzar las mejores características del bolso, destacando su marca, su color, su estilo. Es una forma, claramente, de presentar el estatus.

Sujeto con la mano

Siguiendo con el mismo tipo de bolsos que en el caso anterior, nos encontramos con otra manera de llevarlos: en la mano. La experta nos explica que, si “un bolso es tan pesado que necesita ajustar su peso para llevarlo en la mano”, nos recuerda a otro tipo de equipaje: el maletín. Es por eso por lo que, para ella, esta postura revela “la importancia del trabajo de una mujer”.

Con esta postura comunicamos que somos algo más que una imagen, una marca o un estilo. Valemos por lo que hacemos, y no por lo que lucimos.

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