Mi hermana empujó una vez a un hombre que le sacaba un par de cabezas de altura. Siempre que me cuenta la historia se me ponen los pelos de punta. El receptor del empellón y un amigo estaban molestando a una chica en una fiesta. Ella no la conocía. Pero la miró. Se cruzaron sus ojos y bastó un instante para que algo, no sabe decir el qué, se apoderada de ella y se enfrentara a los dos hombres. Escuchando a Isabel Allende en su última rueda de prensa, el relato se me viene a la cabeza. “Las mujeres juntas somos invencibles”, dice la escritora chilena, “pero solas somos muy vulnerables. Traten de tener amigas”.
Isabel Allende es una de las grandes voces de nuestros tiempos. La escritora de habla hispana más leída del mundo, y como ella misma aclaró en la que fue su primera intervención en España por primera vez en años, “también más leída que muchos hombres”.
Y es que Allende no es solo la escritora que conquistó el corazón de millones de lectores, es una ferviente activista por los derechos de las mujeres, defensora de la igualdad y la libertad. Sus palabras resuenan con más eco que nunca mientras sus lectores nos acercamos a su nueva novela, Mi nombre es Emilia del Valle, un relato que hace eco de ese sutil consejo que comparte con toda mujer que quiera escucharla. Juntas siempre somos más fuertes.
Un consejo para todas las mujeres
Desde sus comienzos, Isabel Allende ha dado vida a cientos de personajes femeninos de los que difícilmente podemos olvidarnos. Desde La Casa de los Espíritus a su última publicación, Mi nombre es Emilia del Valle, Allende nos ha dejado clara una cosa: cree en el poder de las mujeres.
Sin embargo, también sabe que este poder no es individual, como muchas veces nos hace creer esta sociedad tan individualista. Es un poder colectivo.
En la rueda de prensa que concedió con motivo de su nuevo libro, reconocía “yo no sé dar consejos, lo único que puedo decir es mi propia experiencia”. Una experiencia que pocas personas tienen en el mundo, y que le han dejado claro que “todo lo bueno que a mí me ha pasado, los momentos que he superado, ha sido porque me han ayudado otras mujeres”.
Un mundo de hombres
Pese a que las cosas ya no son como en aquel 1870 en el que nos ubica Allende en su nuevo libro, este sigue siendo un mundo de hombres. “Hay que echarle adelante, porque el objetivo final es reemplazar el patriarcado, que lleva miles de años instalado”, decía la escritora.
Para eso, la más eficaz de las estrategias es permanecer unidas. Ella misma lo vivió en sus carnes cuando quiso publicar su primera novela. “Nadie quería leer el manuscrito de La casa de los espíritus”, confiesa la escritora haciendo referencia a una novela que ha vendido más de 70 millones de copias. Allende decidió finalmente enviarlo por correo a Carmen Balcells, y recuerda que fue ella quien le dio la oportunidad de convertirse en lo que es hoy en día. “Y como eso me ha pasado, he tenido editoras, mujeres, he tenido compañeras”.
Juntas somos más fuertes
Su testimonio personal se une al de cientos de sus historias. En el mismo libro que nos ocupa, Emilia del Valle, su protagonista, se presenta como una “mujer mala”, que se achanta ante los requerimientos sociales de la época, que busca destacar en el mundo del periodismo en un tiempo en el que firmar con su propio nombre parecía algo descabellado. Ella, su protagonista, está inspirada en muchas de las mujeres que rodean a Allende en su día a día.
“Yo tengo una fundación que trabaja fundamentalmente con mujeres”, explicaba la escritora en referencia a su equipo, que lucha por los derechos reproductivos y de las mujeres migrantes, entre otras tantas áreas conflictivas, en los Estados Unidos. “Y esas mujeres que están en la primera línea, arriesgando muchísimo, arriesgándose a que las detengan y las hagan presas, están tratando de defender a otras mujeres. Esas son como Emilia. En otro tiempo, en otra circunstancia. Pero estoy rodeada de esas mujeres, no tengo que inventarlas”.
De esta y otras tantas lecciones de vida, la escritora saca su gran conclusión, que ha repetido en esta y otras muchas ocasiones: “Una mujer sola es muy vulnerable, pero juntas podemos hacer cualquier cosa, somos invencibles”.
Una nueva mirada al feminismo
No es sorpresa para nadie que vivimos en una época de crisis en el movimiento feminista. Estamos divididas, hay incluso mujeres que reniegan del movimiento, y así lo recuerda Allende, cuando comenta que hay “muchachas jóvenes que me dicen que no son feministas porque no es sexy”.
Su mensaje para ellas apunta en la misma dirección, porque frente a la experiencia no hay ideologías que valgan. “No importa, llámense cómo quieran, pero tengan amigas. Estén conectadas, informadas. Juntas pueden hacer lo que quieran”, defiende a Allende con su fortaleza habitual.
Pese a la mayor, su opinión sobre el feminismo es firme. “El movimiento de liberación femenina es una revolución, y como toda revolución comete errores. A veces va para atrás, no hay mapa, no hay un manual, se hace como se puede. Se hace con la energía de todos. El objetivo final es reemplazar al patriarcado, y eso va a costar varias generaciones. No se hace de un día para otro, pero ya lo que se ha obtenido es mucho”, dice la escritora.
Y es que independientemente de lo que pensemos, de cómo creamos que deben resolverse los problemas que atañen a las mujeres, una cosa es segura. Nos necesitamos las unas a las otras para mantenernos al frente en un mundo que no es fácil para nadie. “Las amigas duran para toda la vida. Los amantes, los maridos, incluso los hijos, vienen y se van. Las amigas se quedan. Y las mujeres juntas, son invencibles”, concluía Allende en otra entrevista con Patricia Fernández. Ese es el objetivo. Remar juntas, hacia donde queramos, pero unidas.
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