En los últimos años, han proliferado (especialmente entre los deportistas) un nuevo tipo de auriculares que no cubren o se introducen en el oído y en lugar de transmitir el sonido por el aire lo hacen a través de vibraciones.

Los auriculares de conducción ósea tienen fama de ser completamente seguros, pero ¿es cierto o hay que tomar precauciones al usarlos?

¿Qué son los auriculares de conducción ósea?

Los auriculares de conducción ósea son un tipo de auriculares que se apoyan sobre los pómulos y transmiten ondas sonoras a través de los huesos del cráneo en lugar de a través del canal auditivo como hacen los auriculares convencionales.

De este modo, las vibraciones de la conducción ósea pasan a través de los huesos de la mandíbula y el cráneo y van directamente a la cóclea, que envía los sonidos al cerebro. Ello significa que el sonido no pasa por el tímpano.

Al no tapar el canal auditivo, mientras los usas puedes oír lo que sucede a tu alrededor además de escuchar la música (o radio, podcasts…) de los auriculares.

¿Son seguros los auriculares de conducción ósea?

Existe la idea de que les auriculares de conducción ósea, al no transmitir el sonido directamente por el canal auditivo, son completamente seguros (más que los de botón o casco convencionales), pero lo cierto es que también pueden ser peligrosos si no se usan bien.

Hay que recordar que el uso de los auriculares convencionales se ha vinculado a problemas auditivos y pérdida de audición. De acuerdo con un estudio de 2021, el 1,7% de la población mundial sufre pérdida de audición provocada por el ruido y el número de adolescentes con esta problema está aumentando. Los adolescentes que usan auriculares en ambientes ruidosos tienen un riesgo 4,5 veces mayor de pérdida auditiva que aquellos que no usan auriculares.

Los ruidos fuertes son perjudiciales para la cóclea y pueden dañar sus células y membranas y provocar pérdida de audición. Es por ello que los auriculares de conducción ósea, que transmiten el sonido directamente a la cóclea, también pueden resultar dañinos si se excede el volumen recomendado, que suele ser el 70% del volumen máximo del dispositivo, aunque puede variar de uno a otro y conviene leer las instrucciones detenidamente. Tampoco conviene usarlos por periodos de tiempo prolongados.

Cuando se usan con frecuencia, pueden causar irritación la piel de encima de las orejas donde se apoyan o presión en las sienes y algunas personas se quejan de dolor de cabeza.

Por otro lado, como no aíslan a la persona de su entorno, su uso se considera más seguro en entornos en los que conviene estar alerta de los posibles peligros de alrededor (por ejemplo, el tráfico).

Para quién están indicados los auriculares de conducción ósea

Los auriculares de conducción ósea utilizan una tecnología que hace mucho tiempo que se emplea en las personas que tienen determinados problemas de audición.

Resultan especialmente interesantes para las personas con determinados problemas en los tímpanos, ya que la vibración de conducción ósea no actúa en este canal. Además, pueden permitir que personas con algunos tipos de sordera en un un solo oído disfrutar de un sonido estéreo, cosa que no ocurre con los auriculares internos tradicionales.

También son una buena opción para quienes usan audífonos, porque con ellos no ocurren las interferencias o ruidos que sí suceden con el uso de muchos auriculares (de casco o internos) convencionales.

Una de sus mayores ventajas, como hemos comentado, es que no impiden oír lo que pasa alrededor, lo que los hace útiles para las personas que realizan deporte o actividades al aire libre y que deben prestar atención a aquello que sucede en su entorno (el sonido de los coches, si alguien los llama, etc.).

En cambio, probablemente no son una buena opción para aquellas personas que buscan aislarse del mundo mientras escuchan música. Tampoco para aquellos que valoran mucho la calidad del sonido pues no es el fuerte de estos dispositivos.