Al igual que cuidamos nuestro corazón haciendo ejercicio o comiendo sano, el cerebro también necesita que le nutramos para estar en forma y sano, durmiendo lo suficiente o con pensamientos positivos.

Sobre ello, hemos conversado con Nicole Vignola, neurocientífica, que ha escrito su primer libro Neurohábitos (Ed. Diana). La investigadora habla sobre la neuroplasticidad en su ópera prima, con un mensaje divulgativo y esperanzador: podemos reorganizar nuestro cerebro aprendiendo cosas nuevas y desaprendiendo conductas no deseadas.

cómo cambiar el mapa neuronal

-Cómo definirías la neuroplasticidad de forma sencilla y para todos los públicos?
Es el estudio de lo que sucede en el cerebro. Nos fijamos en sus áreas para ver cómo se comunican y de qué manera las conexiones neuronales se activan bajo determinadas situaciones o condiciones.

-Según la visión de la neuroplasticidad, ¿todos los cerebros son maleables y adaptables o unos lo son más que otros?
Todos son capaces de cambiar. Podemos mejorar nuestra capacidad de hacerlo, por ejemplo, a través del ejercicio o con un sueño de calidad. Pero, en el caso de la gente con estrés crónico, le va a costar más hacerlo que a quien tiene menos ansiedad, porque sus recursos cerebrales se reducen debido a esa situación.

-¿Cuál es el hábito o patrón que más le cuesta cambiar al cerebro?
Normalmente es el autosabotaje y las historias negativas que nos contamos a nosotros mismos. Parece que, a veces, nos tenemos que disculpar por el éxito que conseguimos. Solemos decir: "No me gusta presumir, pero he conseguido esto o aquello". Pedimos perdón por nuestros éxitos. Creo que hay una línea muy fina entre la arrogancia y la humildad, pero vivimos en una sociedad en la que ser amable con uno mismo es casi una rebelión.

elige en qué centras tu atención

-Hablando de esos pensamientos negativos que a veces nos invaden, ¿qué señales indicarían que nuestro cerebro está en esa dinámica?
Cuando tenemos pensamientos catastrofistas y solo destacamos o damos importancia a las cosas negativas. Si cotilleamos o criticamos y cambiamos la historia para que sea más negativa de lo que es en realidad. También, cuando prestamos atención a todo lo malo que ocurrió durante el día, aunque, en realidad, hayamos tenido pequeñas victorias durante la jornada, pero solo nos centramos en las derrotas.

-Cuando el cerebro enferma, como en el caso de la demencia, ¿se puede reajustar gracias a la neuroplasticidad?
En la actualidad se está estudiando la neuroplasticidad en entornos clínicos como una herramienta práctica para tratar la enfermedad de alzhéimer y la demencia, pero todavía no sabemos hasta qué punto influye. Aunque parece que sí se puede mitigar la neurodegeneración, no sé si podremos curarla. Pero, probablemente, podemos retrasar su desarrollo antes de que se produzcan los efectos de la enfermedad, a través de trabajar la neuroplasticidad, ya que cumple el papel de mantener el cerebro en forma, como si fuera al gimnasio.  

-¿El cerebro puede estar por encima de nuestra genética, de la predisposición a sufrir enfermedades mentales?
Sí. Tenemos mucho más control sobre nuestra genética de lo que pensábamos. Nos puede predisponer a una determinada enfermedad, pero tenemos la capacidad de controlarlo bastante con la dieta, el ejercicio, evitando la contaminación y a través de la neuroplasticidad. Eso no quiere decir que si se desarrolla una enfermedad sea culpa de la persona, pero sí podemos manipular las situaciones, o tener más control del que pensábamos, con cambios de  hábitos y del estilo de vida. Todavía estamos aprendiendo mucho sobre ello. Podemos tener una predisposición a algunas enfermedades y que una situación de estrés haga que empeore. Pero, también, tenemos cierta capacidad para prevenir que se produzcan.

la inteligencia emocional

-Los científicos hace tiempo que hablan sobre la importancia de desarrollar una adecuada inteligencia emocional, pero los niños en la escuela no ven ni rastro sobre ella. Si se implementara, ¿qué crees que cambiaría?
Creo que los niños gestionarían mucho mejor las emociones. La inteligencia emocional es uno de los factores que determina el éxito en la vida. La gente que alcanza sus objetivos no es especialmente inteligente, sino que tiene este tipo de habilidad para conocer sus emociones y gestionarlas. Si todos pudiéramos hacerlo desde edad temprana, la sociedad sería mucho mejor.

-Comentas que uno de los mejores restauradores o reparadores del cerebro es el sueño. ¿Tiene el mismo efecto cuando se duerme a base de somníferos?
En función del tipo que sean estos medicamentos, no nos envían a un estado de sueño profundo. Solemos centrarnos en el número de horas que dormimos, pero no se suele pensar en la calidad del descanso. Cuando entramos en estado de sueño profundo, es cuando generamos la hormona de crecimiento para las células. Así que, con pastillas no nos habremos recuperado del todo. El sueño es como una habilidad. Hay que practicarla y tomar somníferos es hacer trampa y el cerebro lo sabe.

-En el libro insistes a menudo en que las neuronas que se activan juntas permanecen unidas. ¿Podríamos decir que tienen cierto sentido de comunidad o solidaridad entre ellas?
Cuando observamos cómo migran las neuronas, vemos que se escogen las unas a las otras. Tienen distintas células de comunicación, que provoca que ciertas sinapsis se atraigan. No sé si tienen consciencia, pero sí algún tipo de habilidad de comunicarse de forma eficaz con respecto a si se quieren unir o reforzarse las unas a las otras.

el vínculo con el alma

-Para entender el cerebro y darle lo que necesita, ¿debemos tener cubiertas las necesidades básicas, no estar en estado de supervivencia?
En modo supervivencia es difícil, aunque no imposible, realizar cambios. Pero las cosas de mayor nivel, como ajustar y gestionar nuestros pensamientos o comer más sano, van a complicarse si no cubrimos las necesidades básicas, como la alimentación o solventar los problemas económicos. Estas situaciones pueden dificultar que las personas hagan cambios en su vida, porque están estresadas todo el tiempo.  

-¿Qué vínculo crees que existe entre el alma y el cerebro?
No estoy del todo segura, pero creo que el alma está conectada con el subconsciente, que tiene la memoria de todo lo que hemos experimentado. Por ejemplo, puede que no seas capaz de acordarte de todo, pero, a veces, hueles algo que te recuerda a tu abuela cuando tenías 8 años y, de repente, te das cuenta de que llevabas 20 años sin tener ese recuerdo, aunque estaba ahí. Ese es el vínculo con el alma. Sería como la parte intuitiva del cerebro, que sabe lo que es mejor para nosotros. En este sentido, los sueños tienen que ver, porque nos conectan más con el alma que con la lógica y la rutina diaria. Los sueños son muy interesantes, porque, básicamente, son predicciones de lo que haríamos en un escenario concreto. A veces, soñamos cosas muy extrañas, pero es porque el cerebro está intentando encontrar distintas soluciones a diferentes problemas, en caso de que alguna vez los lleguemos a tener y, quizás, todo esto sí que tiene mucho que ver con el alma.

-Curiosamente, algunas sociedades que económicamente tienen lo justo son más felices que otras en las que sobran los recursos, pero donde hay menos salud mental. ¿Qué opinas?
Es cierto. Nos hemos vuelto un poco mimados. No pensamos en las cosas sencillas de la vida. Tenemos programado el cerebro para priorizar la gratificación inmediata, sin valorar lo que ya tenemos. Cuando empezamos a sentir gratitud por los privilegios que disfrutamos, como, por ejemplo, las necesidades básicas cubiertas, es cuando podemos cambiar nuestra forma de vivir y de pensar. Pero, por desgracia, esto no se enseña en el colegio.

-¿Un cerebro está sano cuando hay una buena conexión entre cuerpo, mente y alma?
Hay una parte del cerebro que se ocupa de manejar nuestras sensaciones internas (interacepción). Por ejemplo, cómo se expanden los pulmones al respirar. Si reforzamos estas sensaciones, se puede conectar mejor el cuerpo con la mente. Esto se puede hacer también con ejercicios de equilibrio (yoga) y puede ser un buen comienzo para fusionar esos tres pilares.

-Conquistar el cerebro o conocerlo. ¿Crees que se precisa toda la vida? 
El viaje va a ser interminable, hasta cierto punto. Pero sí podemos conquistar cómo nos sentimos en el mundo antes de morir. Siempre seguimos aprendiendo. En la vida, nunca se deja de hacerlo. 

Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre estilo de vida saludable, únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.

Descarga gratis el eBook "Cómo ganar autoestima", un contenido exclusivo creado por los expertos de la revista Cuerpomente que te descubre las claves para potenciar este motor de confianza.