El ajo es ya en la actualidad un ingrediente común y extendido por toda la geografía mundial. Su origen se atribuye en Asia, aunque la fama e importancia se la dio la cuenca mediterránea. Fue en esta zona donde hace ya miles de años se empezó a cultivar.
Las cultura griega y romana empezaron a descubrir y dejar por escrito algunas de sus propiedades gastronómicas y medicinales que le han dado fama. Tenemos además la suerte de que es una planta muy resistente y perenne. Eso significa que se cultiva en amplias zonas y que podemos tener ajos todo el año.
De todas formas, es un ingrediente tan versátil y tan utilizado en nuestra dieta, que hemos de asegurarnos que siempre haya una buena cantidad de ajos en casa. Por eso, conviene que lo tengamos en diferentes presentaciones y a punto para cocinar y consumir.
Razones para tener ajos siempre a mano
Se atribuye a la diseñadora y cantante Victoria Beckham, cuando su marido vino a jugar al Real Madrid, la frase: “España huele a ajo”. No hay pruebas de que realmente lo dijera o fue un rumor.
Da igual. Lejos de asumirlo como un insulto tendríamos que estar orgullosos. Quizá por ese motivo los vampiros nunca han arraigado en nuestras tierras.
Tiene un sabor y un olor intensos. No lo negaremos. Pero es un olor con multitud de matices que nos retrotraen a la base de la cocina mediterránea. Aporta personalidad a todos los platos, entre áspero, picante, y se suaviza al cocinarlo y ser más dulzón.
Potencia todo tipo de guisos. Nunca va a quedar mal acompañando salsas, las preparaciones de carnes y pescados. Si piensas en los platos que más nos identifican, como la paella o el gazpacho, el ajo es indispensable.
Miras a otras gastronomías y también encontrarás que lo han añadido a sus preparaciones. La cocina asiática, que tan buena reputación tiene ahora, como otra forma de comer sano, también lo utiliza con frecuencia.
Los beneficios para nuestra salud
Hay muchos estudios que han confirmado lo que ya indicaban los antiguos tratados médicos. El ajo tiene propiedades importantes para la salud. Son tan numerosas que solo te ponemos las más concluyentes:
- Antibiótico natural. El ajo contiene compuestos de azufre y otros que frenan el crecimiento de las bacterias. Refuerza la capacidad de nuestro cuerpo de enfrentarse a infecciones respiratorias y gastrointestinales provocadas por estos microorganismos.
- Antinflamatorio. Varios de sus componentes, sobre todo los flavonoides, tiene la capacidad de reducir la inflamación celular. Ayuda a prevenir o suavizar enfermedades crónicas, como la artritis, la inflamación de las articulaciones.
- Protector del corazón. Varios estudios apuntan que tiene beneficios en la reducción del colesterol, los triglicéridos y la presión arterial. Estos factores contribuyen a una mejor salud cardiovascular.
- Anticancerígeno. Consumir al menos 10 g de ajo al día (unos dos dientes) disminuye el riesgo de tumores.
- Antioxidante. Es un alimento rico en nutrientes que ayudan a proteger las células de los radicales libres. Estas sustancias se forman por acción de la contaminación o los rayos del sol y que aceleran el envejecimiento.
Cómo consigo que duren más tiempo
Al ser un ingrediente tan utilizado, también hay una amplia cultura respecto a la mejor manera de conservarlo. Estos son los 8 trucos que nos han facilitado los cocineros para tenerlo siempre a punto:
- Evita la humedad. Como la mayoría de productos, lo básico es tenerlo en un lugar fresco, ventilado y seco. Si vives en una zona húmeda, puedes ponerlo en la nevera. Si no, es mejor no hacerlo para que no se ablande y seque. En casa duran de media al menos tres meses.
- No los tengas en bolsas de plástico. La ventilación es crucial. En una bolsa cogen humedad.
- No separes los dientes. El bulbo entero se conserva mejor. Hasta seis meses.
- Elige sin brotes ni raíces. Selecciona los más pesados y duros, con los dientes apretados. Garantizas que sean recién recogidos.
- Los de color duran más. Los moraditos se conservan más tiempo que los tradicionales blancos.
Qué hago si ya he utilizado una parte
Si separas los dientes y utilizas una parte del ajo pero no toda, el resto va a durar unas semanas. Más tiempo ya no, pierde propiedades y se seca.
Si lo has picado y te sobra picada, su duración se reduce a unas 24 horas. Has de usarlo al día siguiente como tarde.
- Congélalo. Si ves que no lo usas, lo puedes congelar sin problemas, tanto la picada como el diente suelto. En este caso, has de pelarlo primero. No lo tengas más de dos meses, porque pierde sabor.
- Con aceite. Otro truco es pelar cada diente y meterlo en un bote de cristal cubiertos con aceite de oliva. Guardado en la nevera tendrás unos dientes encurtidos listos para comer en cualquier momento.
- En vino. Otra variante de conservación es utilizar vino tinto o blanco en lugar de aceite. Y para paladares fuertes, puede ser en vinagre.