El tomate es una hortaliza popular que tiene su temporada alta en verano, que es cuando son más aromáticos y nutritivos. Aunque estamos acostumbrados a consumir tomates durante todo el año, la temporada natural de los tomates va de junio a octubre, siendo los meses de julio, agosto y septiembre los mejores.

A menudo se oyen quejas de los que tomates ya no son tan sabrosos como antes, pero lo que ocurre es que se consumen fuera de su temporada natural, y eso tiene consecuencias. También hay una abundancia de tomate de invernadero, con menos concentración de sustancias aromáticas y nutritivas que un tomate ecológico. Por tanto, si quieres sabor, consume tomate de temporada y ecológico.

Los tomates pertenecen a la familia de las solanáceas y están compuestos en un 94% por agua. Esto significa que son extremadamente bajos en calorías (17 kcal por cada 100 g). Es rico en vitamina C, fibra y potasio. También tiene fitoquímicos como el potente antioxidante licopeno que protege contra las enfermedades cardiovasculares y colabora con el sistema inmunitario

Con un almacenamiento óptimo, es posible conservar los tomates hasta 14 días. Sin embargo, es mejor si se consumen en el plazo de una semana.

1. ¿Dónde guardar los tomates?

No metas los tomates maduros en una bolsa, táper o similar. Guárdalos en un cesto, en un lugar aireado y oscuro. Los tomates necesitan oxígeno para desarrollar todo su aroma.

Si es posible, no coloques los tomates uno encima del otro, sino uno al lado del otro sobre una superficie forrada con papel de cocina; de esta manera, estas hortalizas frágiles no se magullarán.

Una temperatura de 12 a 16 ºC es ideal para los tomates. A los pequeños y dulces tomates en rama les gusta una temperatura un poco más cálida: se sienten más cómodos entre los 15 y los 18 grados. El frigorífico no es un buen lugar para ellos.

En caso de comprar los tomates con tallos y flores no los quites al llegar a casa, ya que así se mantendrán frescos durante más tiempo. Lava los tomates justo antes de comerlos.

2. ¿Se pueden comer los tomates verdes?

No debes comer tomates verdes sin madurar. Contienen solanina venenosa que, aunque solo en grandes cantidades, puede provocar síntomas de intoxicación.

Los signos de demasiada solanina incluyen problemas respiratorios, dolor de garganta, malestar estomacal, diarrea y dolores corporales.

Puedes envolver los tomates verdes en papel de periódico y luego dejarlos a temperatura ambiente. Un alféizar soleado también es un buen lugar para dejar madurar los tomates.

3. ¿Se pueden guardar los tomates con otras hortalizas?

Los tomates emiten etileno, un gas que induce la maduración. Por lo tanto, si no quieres que los tomates acorten la vida de otros productos frescos, guárdalos por separado.

Por supuesto, puedes aprovechar el efecto del etileno si lo que quieres es acelerar la maduración de las manzanas, los plátanos, los pepinos o los pimientos que estén un poco verde.

4. ¿Pueden meterse los tomates en la nevera?

¿Tiene sentido guardar los tomates en la nevera para prolongar su vida? La respuesta a la pregunta es claramente no. Los tomates son sensibles al frío y no deben estar en el refrigerador.

En la nevera, los tomates pierden rápidamente su aroma, su pulpa se vuelve harinosa y comienzan a enmohecerse temprano.

En los días más calurosos del verano, es mejor guardar los tomates en el sótano fresco o en una galería a la sombra y bien aireada.

5. ¿Se pueden congelar los tomates?

Sí, puedes congelar tomates fácilmente. Sin embargo, debido a su alto contenido en agua, se vuelven muy blandos después de haber si congelados con lo que solo podrás utilizarlos para hacer salsas o sopas.

6. ¿Qué se puede hacer con los tomates muy maduros?

Cuando los tomates tienen una piel suave y blanda, es una señal de que han pasado su mejor momento. Los tomates muy maduros ya no son ideales para platos como el tomate con mozzarella, pero son perfectos para conservarlos.

Los tomates también son saludables cuando se cocinan o se procesan. De hecho, los pigmentos antioxidantes se absorben mejor cuando han sido cocinados.

Si aparece moho en el tomate, ya no debes comerlo. Debido a la consistencia acuosa, las esporas de moho se propagan rápidamente por toda la fruta. Las toxinas del moho son un peligro para la salud.