Vivimos en ambientes tóxicos –las calles de las ciudades, por ejemplo– y hay un exceso de toxinas que se introducen en el cuerpo a diario. Por esta razón es necesario seguir una dieta para limpiar el hígado y ayudarle en sus funciones de desintoxicación y eliminación de compuestos potencialmente nocivos para la salud.

El primero que está en riesgo es, por supuesto, el propio hígado. Si no nos ocupamos regularmente de desintoxicar el hígado, este puede llegar a sufrir las consecuencias de una dieta inadecuada y del exceso de sustancias extrañas.

¿Por qué limpiar el hígado?

El hígado puede pesar entre 1.100 y 2.500 gramos. Es uno de los órganos más grandes y más importantes del cuerpo porque desarrolla hasta 500 funciones. La función de limpieza y desintoxicación es quizá la más conocida pero tiene muchas otras y de su buen funcionamiento depende claramente nuestra salud.

Ayudando al hígado para evitar que se sobrecargue vamos a ayudarle en funciones como:

  • Sintetizar sustancias imprescindibles para el funcionamiento del organismo, como enzimas digestivas, colesterol, hormonas, ácidos grasos y proteínas. Si el hígado no puede, por ejemplo, producir bilis suficiente para digerir las grasas, se puede provocar una mala absorción de vitaminas liposolubles y omega 3.
  • Destruir o desactivar toxinas que llegan con la sangre al hígado. Puede tratarse tanto de productos de la digestión como de aditivos, fármacos o contaminantes ambientales, que después de ser transformados o descompuestos en partes inofensivas son eliminadas por las heces o por la orina. La función depuradora del hígado evita que el sistema inmunitario tenga que luchar contra todos los elementos extraños que entran en el organismo.
  • Eliminar el exceso de estrógenos es otra de las funciones del hígado. Si está sobrecargado no lo podrá hacer bien y como consecuencia puede desarrollarse un desequilibrio hormonal que favorece la tendencia al cáncer de mama y otros problemas.
  • Almacenar vitaminas liposolubles (son la A, la D, la E y la K) y glucógeno, reserva de energía de la que se puede disponer cuando resulte necesario.

Síntomas de hígado sobrecargado

Entre los síntomas de que tenemos el hígado sobrecargado están migrañas y dolores de cabeza, sensación de digestiones pesadas y lentas, gases y flatulencias, mal aliento, tendencia al estreñimiento, heces pastosas con muy mal olor y mala recuperación muscular tras los esfuerzos físicos.

También son señal de que necesitamos una limpieza de hígado los dolores menstruales, dolor en los pechos, alteración del ánimo antes de la menstruación o aparición de coágulos.

La apatía y falta de energía son otros síntomas típicos de las afeccciones hepáticas. También lo son la facilidad para enfadarse y la dificultad para tomar decisiones, según la medicina tradicional china. Todos estos problemas se pueden tratar mediante cambios en la dieta.

¿Qué comer para limpiar el hígado?

Dada su importancia, la evolución le ha regalado un don especial al hígado: es el único órgano capaz de regenerarse a sí mismo casi por completo. Pero no conviene abusar de su resistencia.

La medicina natural recomienda realizar curas depurativas periódicas o estacionales, que pueden venir muy bien si se realizan correctamente. Sin embargo, las dietas depurativas no son la única solución. Resulta todavía más beneficioso tener siempre presente, todos los días del año, el cuidado del hígado a través de la alimentación y el estilo de vida. Son recomendables las siguientes medidas:

  • Aumentar el consumo de verduras, sobre todo crucíferas, que ayudan a eliminar tóxicos mediante la depuración hepática.
  • Evitar la exposición a toxinas y procurar hacer preparaciones culinarias sencillas, sin quemar los alimentos y usando utensilios sin tóxicos. El alcohol es uno de los agentes tóxicos que se deben rechazar por el bien del hígado.
  • Reducir el consumo de azúcares, dulces y bollería de cualquier tipo, productos elaborados con harinas refinadas, etc. También se deben evitar todos los productos ricos en fructosa, como el sirope de agave. Como norma, el consumo de hidratos de carbono debe ser moderado.
  • Consumir alimentos ricos en glutatión, antioxidante esencial en los procesos depurativos que tienen lugar en el hígado. Algunos alimentos que abundan en glutatión son las coles, la cebolla, el ajo, los puerros, las espinacas, los espárragos y los aguacates. Si se toma un suplemento de glutatión es imprescindible que se halle en forma liposomada.
  • Permanecer en ayunas más de 12 horas (entre la cena y el desayuno) favorece que el hígado use la grasa que tiene acumulada.
  • Garantizar un aporte suficiente de agua y mantenerse activo física y mentalmente completa un cuidado integral del hígado.

Dieta para el hígado graso

Además de tener en cuenta los consejos anteriores, hay que tener muy presente que una mala alimentación puede favorecer el desarrollo del hígado graso.

El hígado graso es un problema que se puede tratar mediante la dieta. Es importante hacerlo, porque si no se hace, puede desembocar en cirrosis no alcohólica, una enfermedad mucho más grave.

Un 25% de los casos de cirrosis no alcohólica se debe al exceso de fructosa en la dieta. El problema puede ser el consumo de productos como el jarabe de maíz, que se utiliza para endulzar muchos ultraprocesados y que favorecen que se acumule grasa en el hígado.

El riesgo de desarrollar estos problemas hepáticos aumenta si además se sufren deficiencias de nutrientes esenciales como la colina o la metionina.

  • Colina: Es un nutriente esencial (se suele clasificar entre las vitaminas del grupo B) que ayuda a eliminar la grasa del hígado, entre otras importantes funciones en el organismo. Entre los alimentos especialmente ricos en colina están los huevos ecológicos, las setas shiitake, el tofu y otros derivados de la soja, los garbanzos, la levadura nutricional, el brócoli y la quinoa.
  • Metionina: Es un aminoácido necesario para formar glutatión, uno de los antioxidantes endógenos más potentes. Se halla en las pipas de girasol, la avena y otros cereales integrales, las nueces de Brasil y las semillas de cáñamo.

4 remedios naturales para el hígado

Además de hacer regularmente alguna dieta depurativa y cuidar la alimentación de todo el año, podemos potenciar la limpieza del hígado con plantas medicinales y suplementos de propiedades desintoxicantes y hepatoprotectoras. Estos son algunos ejemplos de los más eficaces:

  • Cardo mariano: Tomarlo en infusión ayuda a regenerar los hepatocitos (células del hígado). También puedes tomar su principal principio activo, la silimarina, en suplementaci��n.
  • Schisandra: Las bayas de Schisandra chinensis mejoran el funcionamiento del hígado. De hecho, existe un protocolo en combinación con cardo mariano para tratar la hepatitis C, bajo control médico. Se puede tomar en polvo, en extracto o tintura.
  • Ácido alfa lipoico: Aunque puede producirlo el propio cuerpo, se encuentra en coles y otras verduras verdes y en tomates. Protege las células del hígado frente a los metales pesados y otros tóxicos. Se puede tomar en suplemento.
  • Tisana digestiva: Algunas plantas favorecen el metabolismo de las grasas. Puedes mezclar a partes iguales boldo, artemisa, menta, regaliz y romero y preparar una infusión con una cucharadita. Se toma después de comer o cenar.

Descarga el menú semanal para desintoxicar el hígado

El hígado quiere que lo cuidemos a diario, algo sencillo si introducimos en los menús más alimentos buenos para el hígado que favorezcan su funcionamiento.

Esto es lo que te proponemos en este menú semanal descargable para el cuidado del hígado, un menú especialmente pensado para depurarse cada día y, sobre todo, prevenir la sobrecarga del hígado.