El porridge o gachas de avena es una preparación que se ha puesto de moda en los últimos años como opción para el desayuno.

La verdad es que es una receta muy interesante, tanto por las variaciones que permite como por las formas de prepararlo.

Las gachas antiguamente se hacían cociendo harina (de almortas, de trigo, de avena, etc.) con leche hasta formar una pasta de consistencia media, se endulzaba con azúcar y se añadían toppings como trozos de pan tostado, que se aprovechaban de los sobrantes de otras comidas.

La preparación del porridge o gachas de avena es similar, pero utilizando copos finos de avena, y preferiblemente añadiendo frutas de temporada.

3 formas de preparar tu porridge de avena

Empecemos por las formas de prepararlas. Se pueden preparar de varias formas, con cocción o sin ella, según te gusten más o el tiempo del que dispongas:

1. Prepara las gachas de avena por la noche y tenlas listas por la mañana

Es lo que se conoce como overnight oats y consiste simplemente en mezclar los copos de avena y la bebida vegetal en un bol y dejarlo en la nevera hasta la mañana siguiente.

Durante este tiempo la avena absorberá el líquido y se pondrá blandita, a la vez que suelta almidones a la bebida vegetal haciendo todo el conjunto más cremoso.

Además, se pueden añadirtrocitos de fruta para que reposen y suelten jugo: fresas, frambuesas, plátano, etc.

Esta es la forma más rápida y sencilla de hacerlo.

No requiere cocción y se puede comer tal cual, pues si no quieres puedes consumirlas sin calentar.

2. Si las prefieres calentitas y en el momento

Podrás preparar unas gachas suaves o porridge propiamente. Para hacerlas solo necesitas bebida vegetal (la que quieras) o agua y la avena en copos.

Utiliza gachas finas, pues cuanto más fina sea la avena, más finas quedarán también las gachas. Y sigue estos pasos:

  1. Si no vas a hacer de más, elige en qué bol o tazón las vas a servir (aunque si haces de más siempre lo puedes guardar en la nevera).
  2. Por cada taza de bebida vegetal, prepara 4 cucharadas de avena en copos.
  3. Ponlo todo en una cacerola antiadherente a fuego medio-bajo y remueve de vez en cuando.
  4. Cuando hierva, ponlo al mínimo y sigue removiendo hasta que tenga la textura que te guste. Cuanto más tiempo esté, más denso te quedará.
  5. Sácalo y sírvelo.

3. Versión exprés del porridge de avena al microondas

En el microondas, como no podemos remover mientras se hace, tenemos que tener un poco de cuidado, pero es igualmente sencillo:

  1. Pon la bebida vegetal y avena en un bol más grande que el que vayas a utilizar para servir y remuévelo.
  2. Ponlo al microondas durante 2 minutos a potencia alta o máxima (600 W).
  3. Transcurridos esos 2 minutos, páralo y remueve.
  4. Vuelve a meterlo otros 2 minutos.
  5. Sácalo y remuévelo una vez más.
  6. Si te queda demasiado líquido, puedes meterlo 1-2 minutos más.

Pon un plus de textura a tu porridge de avena

La textura de las gachas de avena dependerá de la proporción de copos de avena por líquido, el tipo de copos, la clase de líquido y los toppings que pongamos.

El tipo de copo

Los copos de avena finos que venden en cualquier supermercado están muy bien para hacer porridge. Son copitos pequeños hechos con la avena entera, muy suaves.

También puedes encontrar copos de avena más gruesos y avena en copos, que es el grano entero aplastado. Estas opciones también sirven. Tienden a quedar más enteros y con más cuerpo.

Puedes mezclar diferentes tipos de avena en copos si quieres. Recuerda que cuanto más gruesos, más tardan en hidratarse y cocerse.

La proporción de líquido

Como líquido se puede utilizar agua, aunque te quedarán unas gachas un poco insulsas.

Mejor enriquecerlo todo con una bebida vegetal que te guste. Por ejemplo, puedes usar bebida de soja sin azucarar, que es alta en proteínas, o bebida de arroz, que es naturalmente dulce, o leche de coco, que es superdensa y sedosa.

Cuanto más aguada sea la bebida vegetal, más suelta queda la avena, y cuanto más densa, más cremosas las gachas.

Con leche de coco te quedarán unas gachas aromáticas y muy sedosas gracias a las grasas presentes en el coco.

Añádele yogur

Sobre todo si lo vas a tomar templado o frío. Añade, por ejemplo, medio yogur de soja sin azucarar (o uno entero) y mézclalo bien.

Le aportará sabor y textura super cremosa a tus gachas, además de los fermentos que lleva.

Purés de frutas

Las frutas carnosas como el plátano quedan estupendamente. En lugar de ponerlas en trocitos puedes batirlas con la batidora o aplastarlas con el tenedor, añadirlas a las gachas y remover bien. De esta forma las endulzas y les das sabor a la fruta elegida.

Prueba también con fresas, ciruelas, melocotón, nísperos, etc.

Modifica la textura con semillas

Las semillas de chía y las de lino tienen la peculiaridad de espesar el líquido en el que las dejemos al liberar carbohidratos de textura mucilaginosa.

En lugar de elegir entre porridge de avena o porridge de chía, puedes mezclar ambas cosas. Utiliza la cantidad habitual de avena y añade 1 cucharadita de semillas de chía. Cuanto más tiempo repose, mejor.

También se logra este efecto calentándolo, así que si haces tus gachas al fuego añade las semillas junto con la avena.

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Cremas de frutos secos

Mantequilla de cacahuete, tahini, crema de anacardos… Prueba a añadir 1 cucharada y mezclarlo bien.

La textura y el sabor cambian bastante y lo hacen mucho más rico, además de saciante. Con estas cremas combinan muy bien todo tipo de frutas, así que no tienes por qué elegir entre unas cosas y otras.

Termina con uno toppings

Una vez hechas tus gachas de avena, ponles por encima todo lo que te guste y te apetezca, o las texturas que te resulten agradables.

Por ejemplo, para un toque crujiente utiliza frutos secos como nueces, almendras, avellanas o pistachos. También puedes añadir unas semillas de sésamo tostadas.

Para dar más sabor y color, mezcla frutas de temporada en trocitos: fresas, frambuesas, moras, nísperos, manzanas, peras, plátanos… Pon la cantidad que te apetezca.

Si lo que quieres es endulzarlo, añade frutas muy dulces como los dátiles, higos, plátano maduro (con la cáscara amarronada), fresas bien maduras, etc. También puedes añadir frutas secas como pasas y orejones.

Para otros sabores utiliza cacao puro, canela, vainilla, cardamomo, anís estrellado… las especias como el cardamomo y el anís estrellado sueltan más sabor si las sumergimos en el líquido durante un rato y/o lo calentamos (son perfectas tanto para las gachas calientes como para las overnight oats). Solo recuerda sacarlos después.

La piel de limón y de naranja funcionan de manera similar a las especias. Saca unas lonchas de piel de limón con el pelador de verduras y sumérgelas en tus gachas; ¡quedará un aroma sorprendente!