La albahaca es la reina de las plantas aromáticas estivales. Su sabor característico y su aroma inconfundible la convierten en un imprescindible de la cocina mediterránea. Además, cultivarla en casa es mucho más fácil de lo que parece.

Aunque se puede sembrar en semillero a partir de marzo o abril, si quieres disfrutar de ella durante todo el verano sin comprar más semillas ni plantas, lo ideal es aprovechar el truco del vaso de agua para multiplicarla. Así, tendrás albahaca fresca a mano para aromatizar ensaladas, pesto o incluso cócteles.

Antes algunos consejos sobre cómo cuidar la albahaca

Antes de ver el truco, conviene recordar algunos puntos clave para que tu albahaca crezca sana y vigorosa. Esta planta es muy sensible al frío y a la humedad excesiva.

Para evitar problemas, espera a trasplantar tus plantitas a partir de mediados de mayo, cuando la temperatura supere los 20 °C de forma estable.

Elige una maceta con buen drenaje añadiendo en el fondo grava o arcilla expandida. El sustrato debe ser rico en materia orgánica y suelto.

Riega cuando veas que la capa superficial se seca, pero sin encharcar ni mojar las hojas, para prevenir hongos y otras enfermedades.

El secreto del vaso de agua: cómo multiplicar tu albahaca

Ahora sí, vamos con el truco que te permitirá llenar tu cocina y balcón de albahaca sin gastar ni un céntimo. Solo necesitas un vaso de agua y un tallo sano de unos 10 cm de largo.

  1. Corta un tallo vigoroso y quita las hojas de la parte baja, dejando solo las de la parte superior.
  2. Llena un vaso con agua limpia y coloca la ramita dentro, procurando que las hojas no toquen el agua para que no se pudran.
  3. Cambia el agua cada dos días. En unos 7-10 días verás aparecer pequeñas raíces blancas en la base del tallo.
  4. Espera a que las raíces alcancen unos 5 cm y entonces planta la nueva plantita en una maceta con tierra húmeda.

Este método, también conocido como “hidroponía casera”, permite a la albahaca propagarse sin necesidad de tierra en el primer paso. Es una forma económica y eficaz de multiplicar tus plantas todo el verano.

Cuidados y consejos tras el trasplante

Una vez que hayas plantado las nuevas plántulas en macetas, mantenlas en un lugar cálido y bien iluminado, pero sin sol directo en las horas más intensas del día. La albahaca adora la luz, pero el exceso de calor puede quemar las hojas tiernas.

Para estimular el crecimiento y evitar que se espigue demasiado rápido, pinza regularmente las puntas de las ramas.

Esto ayudará a que la planta ramifique y se haga más frondosa. Durante la época de crecimiento, puedes aportar un fertilizante orgánico cada dos semanas para tener hojas más verdes y sabrosas.

Cómo y cuándo cosechar la albahaca

Aceite de albahaca
iStock

Podrás empezar a cosechar tu albahaca cuando las plantas tengan al menos 15 o 20 cm de altura. Lo ideal es cortar por encima de un nudo o de un par de hojas, para que la planta siga creciendo con fuerza.

Si ves que empiezan a aparecer flores, elimínalas rápidamente. Las flores debilitan la planta y hacen que las hojas pierdan su sabor característico. Recuerda que la albahaca es más rica antes de florecer.

Cómo conservar la albahaca fresca por más tiempo

Cuando cortes tus ramas de albahaca, colócalas como si fueran flores en un vaso con agua, cambiando el agua cada dos días.

Evita guardarla en la nevera, ya que el frío puede ennegrecer las hojas. Si quieres conservarla por más tiempo, puedes picarla y congelarla en cubitos con un poco de aceite de oliva, o preparar un delicioso pesto casero.

Un verano lleno de sabor

Gracias a este sencillo truco del vaso de agua, podrás disfrutar de albahaca fresca todo el verano sin apenas esfuerzo ni gasto.

Además de llenar tu casa de verdor, tendrás siempre a mano esta hierba aromática tan versátil y deliciosa.

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