El lichi es una fruta tropical que, aunque no es muy habitual en nuestros mercados, es muy probable que hayas visto al acercarse fechas especiales en las que aumenta la oferta de frutas exóticas y vistosas con las que sorprender en las celebraciones.

Su elevado contenido en vitamina C y antioxidantes convierte a esta pequeña fruta tropical, con aroma a rosas y un sabor que recuerda a la uva, en una deliciosa joya nutritiva.

Qué es el lichi, a qué sabe y cuándo está de temporada

El lichi es una fruta tropical originaria del sudeste asiático, en concreto de las provincias de Guangdong y Fujian de China, aunque también está presente en diversos países de la zona.

En España, el lichi se cultiva a pequeña escala en la provincia de Alicante y en algunas zonas de Andalucía y de Canarias. Sin embargo, la mayoría de los lichis que encontramos en nuestros mercados provienen de países como Sudáfrica, Madagascar o Tailandia.

La temporada del lichi en España suele ser desde mayo o principios de junio hasta julio, aunque depende de las zonas y el clima. En otros países, la temporada puede variar: por ejemplo, en China, su país de origen, la temporada va de mayo a junio, mientras que en Sudáfrica se extiende de noviembre a marzo.

Aunque está cubierto por una piel escamosa de color rojizo, por dentro su pulpa es blanca y algo translúcida, muy aromática (con un olor que recuerda al de las rosas) y algo crujiente. Es dulce, pero con un toque ácido, con un sabor que podría recordar al de la uva moscatel.

Propiedades del lichi y para qué sirve

El lichi es especialmente rico en vitamina Cun solo lichi aporta el 9% de la cantidad diaria recomendada.

La vitamina C fortalece el sistema inmunitario y ayuda a protegerse, por ejemplo, frente a infecciones respiratorias como la gripe y el resfriado. También es una vitamina esencial para la salud de la piel y ayuda a absorber mejor el hierro.

Además de la vitamina C, los lichis contienen otros antioxidantes que ayudan a combatir el estrés oxidativo, reducir la inflamación y pueden ayudar a proteger frente a diversas enfermedades crónicas.

También tiene un contenido interesante en minerales, especialmente en potasio y cobre, dos nutrientes esenciales para la salud del corazón

  • El potasio ayuda a controlar la frecuencia cardiaca y la presión arterial.
  • El cobre, por su parte, contribuye a prevenir la arterioesclerosis y la hipertensión, porque mejora la elasticidad de los vasos sanguíneos.

Asimismo, el lichi es una buena fuente de fibra, que promueve la salud digestiva y ayuda a prevenir o combatir el estreñimiento. Además, al ser bajo en calorías (100 gramos de esta fruta solo aportan 66 kcal) y rico en agua, el lichi es una buena opción para incluir en dietas para controlar o bajar de peso.

No obstante, hay que tener en cuenta que los lichis también contienen azúcares, por lo que conviene consumirlos con moderación y dentro de una dieta equilibrada, especialmente las personas con diabetes o que deben controlan su consumo de azúcar.

Cómo se come el lichi

Los lichis son excelentes tomados frescos, como postre o snack. Solo tienes que pelarlos (con las manos o haciendo un pequeño corte con un cuchillo) y quitar la semilla negra que tienen en medio.

Conviene elegirlos maduros, con la piel fina de color rosado o rojizo. Ten en cuenta que, cuando ya han envejecido demasiado, su piel se vuelve marrón y más dura. Compra solo los que vayas a consumir en breve, pues se secan pronto: se conservan hasta una semana en el interior de la nevera.

Su delicado sabor combina muy bien con otras frutas, en macedonias, y se pueden usar también para preparar deliciosas recetas de postres, helados o mermeladas.

Si quieres incluirlo en recetas saladas, puedes usarlo en ensaladas, con arroz o con pescado, por ejemplo, para crear deliciosos platos exóticos.  

Encontrar lichis frescos no siempre es fácil en España, más allá de épocas como la Navidad, pues su temporada es relativamente corta. Puedes encontrarlos más fácilmente en almíbar, aunque sus propiedades saludables no son las mismas. Conviene, siempre que sea posible, optar por la fruta fresca.