Alrededor de los cinco o seis meses, los bebés empiezan a necesita algo más que leche materna. Cuando la familia está sentada a la mesa del comedor, los pequeños a esta edad lo dejan inequívocamente claro: "yo también quiero comer algo diferente".

Inicialmente, las cantidades que terminan en el estómago del bebé son pequeñas. Eso es perfectamente normal. Los bebés primero tienen que acostumbrarse al sabor y la consistencia de la comida sólida y a la cuchara.

Por lo tanto, es importante que en las primeras comidas no ofrezcas a tu hijo demasiados tipos diferentes de frutas y verduras. Los bebés y los niños pequeños prefieren probar y experimentar. De esta manera, introduciendo los alimentos de uno en uno se pueden descubrir alergias o intolerancias.

Por lo tanto, es mejor comenzar con una papilla de verduras al mediodía, en el segundo paso puedes ofrecerle a tu hijo una papilla de leche y cereales por la noche y, finalmente, agregar una papilla de cereales y frutas por la tarde.

¿Comprar potitos o prepararlos tú misma?

La selección de potitos preparados es enorme, pero algunos ingredientes dejan que desear. Algunos contienen demasiado azúcar o sal, e incluso pueden contener restos de moho que suele aparecer en el cereal almacenado.

La mejor manera de asegurarte de la la calidad de la comida de tú bebé es prepararla tú misma. No es difícil, incluso para los padres a los que no les gusta cocinar.

Lo mejor es utilizar siempre ingredientes regionales y de temporada, preferiblemente ecológicos. De esta manera, proteges el medio ambiente y te aseguras de que los ingredientes no contengan sustancias nocivas y tantas vitaminas y nutrientes como sea posible.

Por otra parte, piensa que la papilla solo es un plato más para tu bebé, complementario con la leche materna y con los trocitos de comida blanda que puede ir comiendo. La propuesta de baby-led weaning (se podría traducir como alimentación complementaria a demanda"), de hecho, apuesta por saltarse la etapa de las papillas ofreciendo alimentos adecuados a trozos y permitiendo que sea el niño el que elija, agarre y pruebe, en lugar de encontrarse con la cuchara en la boca.

1. Papilla de verduras y patatas

Como primera papilla, es buena idea darles a los pequeños una papilla a base de vegetales para el almuerzo.

Ingredientes:

  • 100 g de verduras de tu elección (lo mejor es empezar con zanahoria o chirivía)
  • 50 gramos de patatas
  • 80 ml de agua
  • 1 cucharadita de aceite oliva virgen extra

Elaboración:

  1. Pela las patatas y las verduras de tu elección y córtalas en trozos pequeños.
  2. Lleva las verduras a ebullición con un poco de agua y cocina a fuego lento durante unos diez a 15 minutos. Comprueba después de diez minutos si está blanda.
  3. Haz puré de verduras con la batidora de mano.
  4. Finalmente agrega el aceite.

Si tu bebé aún es pequeño, el puré de verduras debe quedar finamente triturado y sin trocitos. Si tu bebé ha estado comiendo alimentos complementarios durante un tiempo, el puré de verduras también puede volverse grumoso. Entonces ya no tienes que hacer puré las verduras, puedes triturarlas con un tenedor.

2. Papilla de cereales y leche materna

Una papilla de cereales y leche es la papilla clásica para la noche. En lugar de una leche de fórmula, se puede preparar con leche materna.

Ingredientes:

  • 200 ml de leche materna
  • 20 g de copos de cereales infantiles o copos de avena (si se usan copos de avena hay que hervirlos en agua hasta que estén blandos)
  • 20 g de puré de fruta sin azúcar (la mejor fruta para empezar es la manzana)

Elaboración:

  1. Lo mejor es empezar mezclando la papilla de leche y cereales con leche materna (la leche de vaca no debe intoducirse hasta el primer año de vida).
  2. Mezcla con el puré de frutas. Los copos de cereales contienen hierro, que se absorbe mejor con la ayuda de la vitamina C de la fruta.

3. Papilla de frutas y cereales

Esta es la típica papilla para dar a los pequeños a la hora de la merienda.

Ingredientes:

  • 100 ml de agua
  • 20 g de copos de cereales (mejor integrales, por ejemplo, copos de avena)
  • 100 gramos de fruta
  • 1 cucharadita de aceite vegetal

Elaboración:

  1. Lava bien la fruta y córtala en trozos pequeños.
  2. Hierve brevemente la fruta en un poco de agua y luego hazla puré.
  3. Hierva el agua y las hojuelas de cereal y deje que la papilla hierva durante tres o cuatro minutos.
  4. Finalmente mezcla la papilla con el puré de frutas y el aceite.

¿Qué fruta es adecuada para las papillas de bebé?

En principio, todos los tipos que tolere tu bebé son adecuados. Las manzanas, los plátanos y las peras maduras son frutas clásicas para bebés.

Las variedades de baja acidez como los albaricoques, los arándanos, el melón o el melocotón también son fácilmente digeribles. Las frutas muy ácidas, como los cítricos o los kiwis, pueden irritar el culete del pequeño. Hay que probar cuidadosamente las frutas que tolera tu bebé.

Cuando los bebés son propensos al estreñimiento, las ciruelas pueden ayudar. Si tu bebé tiene heces blandas, los plátanos son recomendables. Las manzanas ralladas también son un buen remedio para la diarrea.

¿Qué verduras son adecuadas para las papillas de bebé?

Las verduras suaves como la zanahoria, la calabaza, la chirivía o el calabacín son adecuadas incluso para los más pequeños.

Al principio, no se debe dar a los bebés verduras que sean difíciles de digerir, como berenjenas, alubias, pimientos o repollo.

¿Qué se debe tener en cuenta al comer comida vegetariana?

Si alimentas a tu bebé con comida puramente vegetariana, los nutrientes que normalmente se encuentran en la carne, como el hierro, deben ser aportados por otros alimentos vegetales, porque la deficiencia de este mineral no solo puede provocar anemia, sino también afectar el desarrollo psicomotor del bebé.

Por tanto, el plan de alimentación debe incluir alimentos ricos en hierro como cereales integrales (copos de avena, espelta...) y lentejas rojas en combinación con verduras y frutas ricas en vitamina C, que potencia la absorción del hierro vegetal.

Consejos para hacer tu propia comida para bebés

  • Agrega una cucharadita de aceite a cada porción de comida para bebés. Es necesario para que el sistema digestivo del bebé pueda descomponer y absorber las vitaminas liposolubles.
  • Puedes mezclar aceite de oliva virgen extra y un poco de aceite de lino, que aportará omega-3.