Entrar en un bucle de pensamientos negativos es fácil. Para salir de ahí, primero es necesario reconocer que estamos en ese punto y, después, tratar de salir de ese bucle de negatividad. Las meditaciones guiadas son una herramienta a nuestro alcance para conseguir transformar esa negatividad.
¿Por qué entramos en un bucle de pensamientos negativos?
Una situación de tu día ha despertado cierta reacción emocional en ti y, de alguna manera, eso te ha llevado a sentirte totalmente agotada, inundada de tensión y con mucha sensación de ansiedad y alerta en el cuerpo que te ha afectado durante todo el día. ¿Te ha pasado alguna vez?
Puede que en esos momentos te preguntes: "¿Cómo he llegado a este punto si, objetivamente, no hay nada que sea de verdad amenazador en esa situación que estimuló la reacción emocional?".
Todas las experiencias emocionales dolorosas dejan cierto residuo en nuestro cuerpo y en nuestra mente, y ese residuo es estimulado por situaciones que tienen cierta resonancia con una experiencia vivida en el pasado, por muy mínima que esa resonancia sea.
Cuando ese dolor es estimulado, nuestra reacción emocional puede parecer exagerada.
Esto es porque no estamos realmente respondiendo a la situación presente, sino a una situación pasada. Inconsciente y repentinamente, estamos viviendo de nuevo el pasado.
Se genera así una dinámica en que esa reacción emocional dolorosa estimula pensamientos que se corresponden con esa misma energía negativa, lo cual estimula de forma más profunda la reacción emocional, que a su vez estimula más pensamientos en esta línea. Entramos así en un bucle que puede ser realmente dañino para nuestra salud emocional, física y espiritual.
¿Cómo podemos parar ese bucle de negatividad?
Cuando esa emoción aparece y nos arrastra hacia pensamientos alineados con esa misma energía, significa que nuestro inconsciente nos ha arrastrado y nos estamos identificando con él. Nos identificamos con nuestra mente y su flujo de pensamientos y nos identificamos con nuestras emociones, es decir, creemos que eso es lo que somos, sin darnos cuenta de que esa es una versión muy limitada de nuestro Ser.
Para salir del bucle necesitamos volver al momento presente, ya que muy probablemente nuestra mente y reacción emocional nos estén llevando a una situación pasada o a un futuro escenario imaginado. Para lograrlo, podemos recurrir a la meditación.
Al poner toda nuestra atención en las sensaciones que surgen en el cuerpo de esa reacción emocional, nos estamos situando en el momento presente. Al observarlas salimos de ellas para verlas desde fuera, lo que hace que rompamos nuestra identificación con ellas y pasemos a identificarnos con quien las observa, que es mucho más grande e ilimitado que todas nuestras dinámicas emocionales y mentales.
Nuestra mente, probablemente, tendrá la inercia de enganchar esas emociones con pensamientos en la misma línea. Ante ello nos mantenemos presentes en la mera sensación corporal, dejando la mente fuera de nuestro foco, de tal manera que nuestra emoción no se convierta en pensamiento. Así es como interrumpimos el bucle.
Tras unos instantes de presencia amable en tus sensaciones y de identificación con esa presencia, muy probablemente tu reacción emocional se disolverá.
Cómo meditar para transformar la negatividad
- Puedes empezar encontrando una postura cómoda para sentarte en la que puedas además mantenerte alerta.
- Cierra tus ojos, siente tu peso sobre la superficie en la que estás sentada y el contacto con ella.
- Toma 3 respiraciones largas y profundas.
- Siente tus manos, el latir de tu corazón y el aire rozando la entrada de tu nariz al respirar.
- Ahora puedes comenzar a observar las sensaciones de tu cuerpo relacionadas con tu reacción emocional presente.
- Obsérvalas tal y como son, con curiosidad y siente su energía.
- Dales el permiso para estar ahí, acogiéndolas con cariño.
- Date cuenta de que tú observas la sensación, por tanto tú eres la observadora y no la sensación. Toma conscientemente esa posición.
- Si notas que tu mente te lanza pensamientos, simplemente date cuenta y mantén tu atención en las sensaciones presentes de tu cuerpo. Dales toda tu atención.
- Sé el espacio amoroso en el que ocurre toda tu experiencia interior y desde él hazte consciente de cómo se mueven, transforman o disuelven las sensaciones.
- Puedes continuar la meditación todo el tiempo que necesites y, cuando lo sientas, puedes abrir tus ojos trayendo este nuevo estado en ti misma a tu día.