De norte a sur, siempre encontrarás una variedad de brócoli para disfrutar adaptada a tu suelo y clima. En España, su consumo ha dado un salto cuantitativo en pocos años. En 2010 se consumían 200 gramos per cápita; en 2020, había aumentado a 2 kg.
Lo que se cosecha del brócoli es una inflorescencia hipertrofiada y compacta que se llama «cabeza» o «pella», formada por una masa de botones florales y peciolos muy compactos.
Cómo cultivar el brócoli
En el huerto familiar hay dos momentos ideales para comenzar con cultivo del brócoli (Brassica oleracea var. Italica) : de abril a junio y de agosto a septiembre.
Para sembrar brócoli, necesitarás bandejas alveoladas o algún recipiente con drenaje. Una buena mezcla de componentes para componer un sustrato ideal de siembra es: 50% de fibra de coco, 40% de lombricompost y 10% de perlita.
Coloca una semilla de brócoli por alveolo a 2 cm de profundidad. La profundidad de siembra depende del tamaño de la semilla: una regla sencilla de recordar es colocar la semilla en el sustrato a una profundidad el doble de su diámetro. Así, la pequeña plántula enraizará y tendrá energía suficiente para alcanzar la luz del sol y empezar a fotosintetizar cuando se terminen sus reservas.
Cuándo trasplantar el brócoli
A los 30 días de la siembra, conviene realizar un repicado a una maceta para facilitar el crecimiento del pequeño brócoli.
A los 50 días, ya suelen alcanzar los 15-18 cm y presentar entre 6-8 hojas.
Para trasplantar el brócoli a tierra, el plantel debe estar bien desarrollado y vigoroso. Elige un lugar soleado. Si lo trasplantas a un lugar donde reciba pocas horas de sol directo, se desarrollarán mucho sus hojas y poco la cabeza. Lo ideal es cultivar con 40 cm de separación entre plantas y 50 cm entre las líneas marcadas en el bancal.
Una excelente opción es plantar lechugas entre los brócolis. Cosecharás las lechugas cuando los brócolis ya necesiten más espacio para su desarrollo.
Si lo cultivas en un macetohuerto, los contenedores deben tener una profundidad mínima de 30 -40 cm.
Cómo trasplantar el brócoli
Haz un pozo de unos 15-20 cm. Coloca en el fondo compost bien maduro, una capa delgada de tierra suelta y el plantel. Completa con más tierra fina hasta cubrir el cuello y la base del tallo hasta la primera hoja.
Este aporcado o calzado extra será un gran soporte, pues una ráfaga de viento bien podría tumbar la planta. Con las dos manos abiertas alrededor del brócoli, haz una leve presión para liberar el exceso de aire del suelo. Coloca alrededor una cubierta de paja y riega para completar la tarea.
Cuándo cosechar el brócoli
Cuando la cabeza esté bien firme y azulada (a los 5 o 6 meses de la siembra), córtala con un cuchillo. Este corte estimulará el crecimiento de brotes laterales, que darán cabezas más pequeñas y un poco más fibrosas, pero aprovechables.
Sus flores amarillas, cuidadosamente cortadas, puedes usarlas en las ensaladas, a las que aportarán un toque de color y dulzor.
Cuidados esenciales del brócoli
Ten en cuenta estas claves a la hora de plantar brócoli:
- Suelo: No pide mucho, pero debe estar trabajado, por el gran sistema radicular. Le va bien el aporte periódico de compost.
- Luz: A pleno sol, sobre todo las variedades invernales.
- Riego: Requiere poco riego, salvo en inviernos muy secos. Un sistema gota a gota es ideal.
- Asociaciones: Son buenas compañías cebollas, puerros, lechugas y caléndulas.
No tires el tallo del brócoli
Si retiras la parte externa más dura, los tallos del brócoli son también aprovechables. El centro blanco y tierno cortado en forma de bastones o de rodajas se puede hervir o bien cocinar al vapor.
El sulforafano, un antioxidante con poder antiinflamatorio, está en mayor concentración en el tallo que en la cabeza del brócoli.