¡Cómo ha cambiado el amor! Aunque el mundo sin móviles ni redes sociales ocupó solo los primeros años de mi adolescencia, recuerdo el encanto de enviar notitas al chico que te gustaba, llamar por teléfono para planificar una cita y el disfrute de las largas tardes de verano sin reels, likes ni matches.

Toca ponernos nostálgicas, porque la psicología revela que algunas de esas tradiciones en pareja que las personas mayores practican al inicio de sus relaciones no solo no deberían haber pasado de moda, sino que además pueden ser muy beneficiosas para el vínculo romántico. Te animamos a probar estas cuatro que, aunque están en desuso, tienen probadas ventajas para el amor.

Escribir notas de amor a mano

Las cifras hablan por sí solas. Solo el 11% de los jóvenes (entre 8 y 18 años escribe a mano en su tiempo libre. El 36% casi nunca lo hace. Así lo revelan las estadísticas del National Literacy Trust (Reino Unido). En el caso de los adultos, las estadísticas europeas indican que el 50% sigue escribiendo a mano a diario. Otro 20% lo hace al menos una vez por semana.

Todas estas cifras indican lo que seguro sospechabas: escribir a mano es un placer en decadencia. Y no debería. Está demostrado que es muy beneficioso para nuestra mente, en muchos sentidos.

Pero en esta ocasión queremos hablar del amor, y en el amor la paciencia, lo hecho a mano, el cariño que se dedica a estas notitas que solo los más románticos seguimos escribiendo, tiene muchos beneficios. Y es que, como revela un estudio realizado en la Universidad de Houston, escribir cartas de amor mejora la salud emocional, libera estrés y fortalece la conexión emocional que comparten el remitente y el receptor.

La teoría del afecto refuerza esta idea, puesto que los actos de afecto, como los mensajes escritos, que requieren de atención y esfuerzo, se asocian con una mayor felicidad en la relación, mejor autoestima de sus miembros, menor estrés y mejor salud mental.

 

Hacer una presentación formal a la familia

La relación que tienes con la familia de tu pareja se vincula a una mejor salud mental y física, menor ansiedad, mejor función cardiovascular y hasta con una vida más larga. Tanto para ti, como para la persona que has decidido compartir tu vida.

Es por eso que las presentaciones formales pueden ser claves para el éxito de la relación. Ese momento en el que ambas familias se reúnen, y se convierten en una más grande, mejora los vínculos, expande las redes relacionales y establece un entorno más sano en el que la felicidad puede abrirse camino. Y es que las relaciones sociales, revelaba la Universidad de Harvard con su estudio del Desarrollo Adulto, son claves para el bienestar emocional y la felicidad.

Llamar por teléfono en lugar de enviar mensajes

Mientras la generación Z se resiste a levantar el teléfono, y hasta desarrolla fobia a contestar al teléfono, lo cierto es que toda una generación confiaba en la llamada como el método más efectivo para comunicarnos a larga distancia. Y deberíamos volver a hacerlo, dice la psicología.

Una investigación realizada en la Universidad de Texas, por ejemplo, encontró que las llamadas telefónicas generan mayor cercanía entre las partes que los mensajes de texto. En buena medida, se debe a que se producen menos malentendidos y se añaden componentes de la comunicación no verbal, como el tono de voz o los sonidos que emitimos mientras hablamos, que no son palabras (carraspeos, murmullos y hasta pausas entre palabras).

Los expertos de otros medios especializados, como Psychology Today y Greater Good, coinciden en que hablar por teléfono fomenta la “regulación emocional”, reduce malentendidos y aumenta la intimidad.

De hecho, la llamada telefónica está ganando popularidad como forma auténtica de comunicación, frente a los mensajes. Así lo prueba un estudio de la UCLA que confirma que la conexión que se experimenta de mayor a menor en las interacciones en persona, videollamada, llamada y, en último lugar, mensajes de texto.

Planificar citas formales

Ahora las relaciones son en su mayoría más informales. “Fluimos”, quedamos para tomar algo, dar un paseo, irnos conociendo. Te suena todo esto, ¿verdad? Pero antes, la primera cita era algo muy formal e importante. Y tras ella solían venir otras tantas, e incluso se instalaban como tradición con el paso de los años.

Esto, revela un estudio publicado en NCBI, promueve una mayor cercanía emocional en las parejas, y favorece que la cosa funcione a largo plazo. Incluso cuando ya nos alejamos de los primeros años de la relación, las actividades nuevas y planificadas, como las citas especiales, favorecen la pasión, reducen el aburrimiento y mejoran la satisfacción en las relaciones.

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