El coco es una joya nutricional. Bajo en carbohidratos y lleno de fibra, minerales, antioxidantes y otros nutrientes esenciales, se ha asociado con el control del azúcar en sangre y se le otorgan propiedades antibacterianas, por citar solo algunas de sus bondades.

Además, es una fruta de la que se aprovecha todo (la pulpa, la grasa, la cáscara…), pero de entre todos los productos que nos regala destaca el agua de coco, una bebida isotónica natural con muchos beneficios para la salud.

¿Qué es el agua de coco?

El agua de coco es el delicioso líquido que hay en el hueco interior de los cocos (Cocos nucífera) jóvenes y verdes, de entre 5 y 6 meses. No hay que confundir el agua de coco con la leche de coco, un líquido totalmente diferente que se obtiene a partir de la pulpa exprimida de los cocos.

La función del agua de coco es nutrir el coco mientras este madura, un proceso que suele durar entre 10 y 12 meses. Un coco de tamaño medio suele contener aproximadamente una taza de agua.

Está compuesta, prácticamente en su totalidad, por agua (un 94% de su contenido), pero también contiene algo de grasa y una gran cantidad de minerales.

En su forma natural, el agua de coco ya tiene un sabor dulce, por lo que no es necesario añadirle azúcar. Aun así, hay algunas marcas que lo hacen, por lo que conviene fijarse bien en el etiquetado. También hay que vigilar que el agua de coco que compremos no contiene ningún tipo de aditivo y que no proviene de un concentrado, pues sus cualidades saludables se verían reducidas.

Propiedades y beneficios del agua de coco

En los últimos años, el agua de coco ha ganado mucha popularidad gracias, sobre todo, a que es una bebida isotónica natural. Además. el consumo de agua de coco se ha asociado a la salud cardiaca, al control de los niveles de azúcar en sangre y a la salud renal.

Es rica en electrolitos y una excelente opción para rehidratarse o remineralizarse en cualquier momento, pero especialmente después del ejercicio. Los electrolitos son minerales que, además de cumplir funciones específicas importantes, ayudan al mantenimiento del equilibrio adecuado de líquidos en el cuerpo. El agua de coco contiene electrolitos como el potasio y el magnesio, muy beneficiosos para reponer los que se han perdido durante el ejercicio.

Asimismo, el potasio es esencial para el buen funcionamiento de los nervios, los músculos y el corazón y se ha visto que ayuda a reducir la presión arterial en personas con presión arterial alta. El magnesio, por su parte, es necesario para regular la función muscular y nerviosa, los niveles de azúcar en la sangre y la presión arterial, entre otras funciones. También contiene calcio, esencial para la salud ósea.

Por otro lado, su riqueza en antioxidantes puede ayudar a combatir el estrés oxidativo, que puede dañar las células y aumentar el riesgo de enfermedades.

Cómo tomar el agua de coco

Puedes tomar el agua de coco directamente del coco u optar por agua de coco envasada, fijándote bien en que sea libre de azúcar y aditivos, como hemos mencionado antes.

El agua de coco sola ya resulta muy refrescante y deliciosa, especialmente si la tomas fría. Pero también puedes mezclarla con frutas o condimentos para crear sabrosas bebidas. A continuación, te damos dos ideas para inspirarte.

Agua de coco con fresas y menta

Es un mocktail delicioso y refrescante, para prepararlo solo necesitas:

  • Un vaso de agua de coco (250 ml)
  • 150 g de fresas
  • Zumo de una lima (o de un limón)
  • Hielo
  • Un par de hojas de menta fresca

Preparación:

  • Limpia bien las fresas y trocéalas.
  • Añade el agua de coco, las fresas troceadas y el zumo de lima al vaso de la licuadora y lícualo durante 30 segundos.
  • Viértelo en un vaso.
  • Aplasta un poco las hojas de menta para liberar sus aceites esenciales y añádelos, junto con el hielo.

Agua de coco con naranja

Una bebida rica en vitamina C muy fácil de preparar.

  • Un vaso de agua de coco (250 ml)
  • Una naranja
  • Zumo de medio limón
  • Hielo (opcional)

Preparación:

  • Exprime la naranja y el medio limón.
  • Mezcla los zumos de naranja y limón con el agua de coco y viértelo en un vaso.
  • Añade el hielo. Si queda muy ácido, puedes añadir una cucharadita de sirope de agave.