Los microplásticos y nanoplásticos invaden la tierra, el mar y el aire de todo el planeta con consecuencias nefastas para el medioambiente y para la salud. Un estudio ha comprobado que prácticamente todos los hombres cargan con partículas de plástico en sus testículos, lo que puede producir consecuencias en su salud sexual y reproductiva.

Desde principios del siglo XX hemos estado utilizando productos de plástico sin miramientos. Buena parte de todo lo que se ha fabricado y se continúa fabricando con este material se acaba convirtiendo en micropartículas invisibles, pero la ciencia se ha mantenido despreocupada de las consecuencias. 

Prácticamente no existían estudios sobre su efecto en el sistema reproductivo humano y, en concreto, sobre la calidad del esperma. Por eso, científicos de la Universidad de México se propusieron cuantificar y caracterizar la prevalencia y composición de los microplásticos en los testículos de perros y hombres, e investigar las posibles asociaciones con el recuento de espermatozoides y el peso de los testículos y el epidídimo (el pequeño órgano que produce el semen, situado sobre cada uno de los testículos).

Hay plástico en todos los testículos

El equipo científico dirigido por el doctor Xiaozhong Yu recopiló datos sobre la presencia de 12 tipos de plástico en 47 pares de testículos caninos y 23 humanos. Además, registraron variables como el peso de los órganos reproductivos o el recuento de espermatozoides. Los resultados indicaron que en todos los testículos, en los de los perros y mucho más en los de los humanos, había microplásticos, pero con una variabilidad significativa entre individuos.

  • Los niveles medios de microplásticos totales fueron 122,63 µg/g en perros y 328,44 µg/g en humanos.
  • Tanto los humanos como los caninos exhibieron proporciones relativamente similares de los principales tipos de polímeros, siendo el polietileno (PE) el más abundante.
  • Además, se observó una correlación negativa entre polímeros específicos como el policloruro de vinilo (PVC) y el polietilentereftalato PET y el peso de los testículos. Es decir, cuantos más microplásticos, menos peso, lo que indica un posible efecto del material sobre el desarrollo de los órganos reproductores masculinos.

Los microplásticos podrían reducir la producción de esperma

Estos hallazgos resaltan la presencia generalizada de microplásticos en el sistema reproductivo masculino con posibles consecuencias en la fertilidad masculina, según los investigadores, que han expresado preocupación por el futuro de las próximas generaciones.

En declaración al diario The Guardian, los autores del estudio afirmaron que los resultados les sorprendieron. Antes de empezar, incluso dudaban de que los microplástios pudieran penetrar en los tejidos de los testículos. Cuando les llegaron los resultados de los testículos de los perros se alarmaron, pero se asustaron aún más cuando vieron cuánto plástico había en los de los hombres.

El doctor Yu explica que los plásticos y especialmente el PVC pueden liberar una gran cantidad de químicos con efecto disruptor endocrino que interfieren con el proceso por el cual se producen los espermatozoides.

Es sabido que a lo largo de las últimas décadas se ha ido reduciendo el recuento de espermatozoides. La presencia de microplásticos en los testículos podría ser una de las causas, junto con la exposición a disruptores a través de los alimentos cultivados con pesticidas o el uso de productos cosméticos, higiene personal y limpieza que incluyen disruptores en su composición.

Cómo se puede reducir la exposición a microplásticos

Los microplásticos, por supuesto, no se encuentran solo en los testículos, un lugar ciertamente recóndito. También se han encontrado, por ejemplo, en la sangre. Muy probablemente son ubicuos en el organismo tanto de los hombres como de las mujeres y con el tiempo se irán descubriendo los efectos de su presencia en cada órgano. Por eso interesa a todas las personas reducir todo lo posible la exposición, así como la contribución a este tipo de contaminación ambiental. 

  • Reduce el consumo de agua embotellada. Un litro y medio de agua embotellada contiene casi un cuarto de millón de fragmentos de nanoplásticos, según un estudio realizado por investigadores de las universidades de Columbia y Rutgers (Estados Unidos). También se halla, en meos cantidad, en el agua del grifo, por lo que es recomendable beberla después de pasarla por un buen filtro.  
  • Limita el consumo de raíces. Las patatas o las zanahorias son muy saludables, pero las raíces y tubérculos pueden acumular más microplásticos que otras partes de las plantas, como los frutos o las hojas. Los microplásticos llegan a las tierras con los abonos procedentes de depuradoras.
  • Evita el marisco. Al parecer, los mejillones y otros mariscos filtradores podrían ser los alimentos con una mayor proporción de plásticos. 
  • No uses envases de plástico. Cambiar los envases de plástico por otros de vidrio, metal o cerámica para guardar alimentos podría ayudar a reducir la exposición.
  • Evita la ropa de fibra sintética. Buena parte de la contaminación con microplásticos es debida a la liberación de particulas con el uso y con cada lavado de la ropa de poliéster y otras fibras sintéticas. Prefiere siempre el algodón, el lino o las fibra elaboradas a partir de la celulosa vegetal. 
  • Quita el polvo y limpia con regularidad. Parte del polvo doméstico puede estar compuesto por microplásticos que pueden disperarse en el aire y ser respirados. Por lo tanto, limpia y aspira con regularidad utilizando una aspiradora con filtro de alta eficiciencia HEPA.