El asfalto brasa, el aire pesa y el ventilador no da abasto. El calor en la ciudad ya se ha vuelto insoportable y el verano solo ha hecho que empezar. Apetece un plan que te refresque, que huela a verde y a algo diferente.
Si vives en Madrid o en los alrededores de la capital, te propongo una escapada a la sierra, a San Agustín de Guadalix, a solo 30 km de la ciudad, para realizar una ruta circular por en medio de un bosque fresco y junto a un río, donde, además, te podrás refrescar bajo las cascadas más bonitas de la Comunidad.
Cómo llegar a las cascadas de guadalix
Nos levantamos, cargamos el coche con mochila, bebida, bocata y cámara, y en unos 30 minutos ya estamos aparcando en el polígono industrial El Raso (salida 36 de la autovía A‑1).
Desde allí nos dirigimos a pie hasta el Área Recreativa de los Patos, el punto de partida y final de esta ruta circular de unos 6–8 km que no requiere condiciones físicas especiales.
Arranca nuestra caminata remontando el río Guadalix por su margen derecha; ese cauce que nace en la Sierra de Morcuera y que en este tramo corre por en medio de un bosque de ribera espectacular, patrimonio de la Red Natura 2000, donde puedas admirar los alisos, chopos, fresnos y sauces llorones.
Nos acompaña el murmullo del agua, el crujir de las hojas secas y, de vez en cuando, el canto rasgado de un petirrojo o jilgueros moviéndose entre las ramas. En la orilla, me fijo en retamas, rosales silvestres, escaramujos y majuelos; una explosión de vida silvestre que te pide que te descalces y practiques un baño de bosque para cargar tus pilas.
Primer hito: la Cascada de Becerra
Tras cruzar un puente de madera precioso que cruje bajo tus pies y te llena de emoción, llegamos al Charco del Aliso, una poza brillante rodeada de verde.
A escasos metros, aparece la cascada de Becerra: un saltito de agua cristalina que desciende generoso, formando bancos de espuma en la piedra. Un bocado de frescor increíble. Nada te impide que la disfrutes a fondo bañándote, pero si no llegas muy muy temprano es más que probable que te encuentres con decenas de personas con las mismas ideas que tú.
La joya de la corona: la Cascada del Hervidero
Seguimos por la pista de grava que recorre junto al canal de Isabel II. Pasamos por estructuras antiguas: un sifón de 1857, tubos oxidados que aún transportan agua y vestigios hidráulicos del siglo XIX. Poco después llegamos al Puente de San Antonio: metálico, con barandilla oxidada, colgado como una malla sobre el río.
Desde el Puente de San Antonio bajamos con cuidado unos escalones de piedra tallados en la roca, algo estrechos y empinados, ¡ojo con resbalones!, para llegar a la joya de esta ruta: la Cascada del Hervidero.
Tiene una doble caída que parece diseñada por un ingeniero de parques de aventuras, pero no, es una creación de la naturaleza. Un chorro cae verticalmente, mientras que el otro se desliza entre las rocas, algo más tranquilo. La poza que se forma abajo es profunda y traslúcida, perfecta para refrescarte.
De vuelta a la pista, desandamos parte del camino y bajamos por el amplio Carril de las Mentiras. Casi sin darnos cuenta, llegamos de nuevo a la Laguna de los Patos.
Dos consejos: el primero, como la ruta no está señalizada, llévate un mapa o el track de Wikiloc; el segundo, haz la ruta de lunes a viernes y lo más temprano que puedas para no encontrarte con demasiada gente.
Por cierto, como no todo el mundo es tan educado y respetuoso como tú, te encontrarás con basuras. Puedes llevarte una bolsa para ir recogiendo y dejar una huella positiva de tu paso, a la vez que das un ejemplo a los demás.
Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre estilo de vida saludable, únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.
Descarga gratis el eBook "Recetas antiinflamatorias" elaborado por los expertos de Cuerpomente con los mejores platos y consejos para combatir la inflamación y ganar salud.