El mundo de los sueños es algo que nos intriga desde siempre. Para los antiguos, los sueños eran ventanas que nos permitían acceder a los deseos de los dioses, o que nos permitían adivinar lo que vendría en el futuro. Ahora sabemos que, en realidad, los sueños se producen en nuestro cerebro. Esto, sin embargo, no hace que sean menos asombrosos o que nos causen menos curiosidad.

De este tema hemos podido hablar, largo y tendido, con el Dr. Rahul Jandial, neurocirujano y neurobiólogo, que publica con Diana su ambicioso ensayo, ¿Por qué soñamos? En esta entrevista que concede a Cuerpomente, nos devela algunos de los misterios del mundo de los sueños. Si quieres saber qué significa lo que sueñas, por qué no recuerdas algunos sueños o incluso si los sueños pueden predecir el futuro, tendrás que seguir leyendo.

¿Por qué soñamos?

-Esta pregunta es especialmente ambiciosa, pero también es la que encabeza el título de su libro. ¿Por qué soñamos?
La respuesta simple es que soñamos, en mi opinión, para mantener la complejidad de nuestras emociones y de nuestra creatividad viva. En el cerebro se aplica la ley de lo utilizas o se atrofia. Entonces, si solamente mantenemos las partes del cerebro que nos permiten ir al metro o por la autopista, muchas partes del cerebro desaparecerían. En la seguridad del sueño, las emociones, la sexualidad, las situaciones sociales, la imaginación pueden ser libre. Y entonces se mantienen. Cuando volvemos a despertar, podemos funcionar sin perder esa capacidad de ser creativos y de tener profundidad emocional.

Y defiendo que es así porque, cuando dormimos, el cerebro no está descansado. El cerebro está vivo, está utilizando muchísima glucosa y generando muchísima electricidad en dos regiones en particular, la región emocional del cerebro y la red imaginativa. Así que mi hipótesis de por qué soñamos viene de las áreas del cerebro que se activan cuando soñamos.

-Entonces, ¿los sueños, de alguna forma, pueden ayudarnos a gestionar las emociones?
Hay quienes defienden que el sueño sirve como una especie de terapia nocturna, porque hay personas que se sienten mejor por la mañana después de haber tenido algún tipo de sueño en particular. Puede ser terapéutico el sueño, pero creo que es muy complejo.

Nunca le pediríamos al cerebro despierto que hiciese de terapeuta para el nocturno. Algunas personas tienen pesadillas o trastornos de estrés postraumático. Y creo que eso, claramente, no es terapéutico.

Así que creo que los sueños son un estado hiperemocional, que a veces puede ayudar y a veces puede hacer daño. Y simplemente tenemos que prestar atención.

 

 

El significado de los sueños

-¿Los sueños se pueden interpretar? ¿Tienen un significado como tal?
En mi opinión, tal y como lo que yo entiendo los sueños, hay algunos están muy claros. Si estás nervioso por dar un discurso, por ejemplo, y es lo que sueñas, no necesitas interpretación. O, por ejemplo, si eres cirujano oncológico, es posible que tus sueños estén muy relacionados con la intensidad que vives en la sala de operaciones, mientras estás despierto. Los sueños universales, los neuróticos o las pesadillas no necesitan interpretación. Yo creo que sirven como forma de desarrollar la mente de un niño, tal y como desarrollamos la capacidad de andar o de hablar. Y, por lo tanto, a lo mejor, si tenemos muchos pensamientos durante el día, pueden aparecer ahí y no tienen por qué tener significado.

El cerebro lo que hace es ir creando cosas que no tienen por qué tener significado. Pero si hay un sueño que explorar, o si hay un sueño al que nos aferramos, de nuevo, es un sueño hiperemotivo o hipervisual…  Ahí sí que estamos ante una especie de atajo hacia la mente, una forma de ver la mente, que solamente puede crear tu propio cerebro mientras duerme.

-Entonces eso de los significados universales, no funciona, ¿no?
Los significados de un sueño para ti y para mí siempre serán distintos. Puede ser un símbolo, pero no puede ser universal, porque tu cerebro es solo tuyo. Está recogiendo tus ideas y tus recuerdos y creando algo para ti, para que lo veas tú.

E incluso si no tiene sentido, hará que te pares un momento y te des cuenta de que puede haber algo, un susurro o un destello de tu cerebro durmiente, que puede ser algo para importante para ti.

Por ejemplo, hay personas sanas que empiezan a tener pesadillas cuando son adultos. Son personas que se sienten bien con respecto a su vida, pero esos sueños pueden ser, a lo mejor, un aviso que solamente puede ofrecer el cerebro mientras duerme, de que algo va mal, aunque el cerebro despierto no lo haya notado.

Lo que debemos comprender es que el sueño no es descanso. El cerebro cuando está soñando tiene mucha actividad, está procesando tus recuerdos y todo lo demás. Da igual si es una ventana muy transparente o si está empañada, al final es la única ventana que tenemos hacia el cerebro. El cerebro está activo 24 horas al día y está generando tu mente, y tu mente está ahí todo el tiempo. Es el biohack definitivo, si podemos pensarlo así.

¿Y cómo podríamos utilizar esta información para mejorar nuestro bienestar?

Es una pregunta complicada, pero creo que, a lo mejor, puede servirnos para recordar que, en medio de la locura de la vida, quizá no lo estás llevando todo bien. Es algo que verás si empiezas a tener pesadillas, por ejemplo.

En segundo lugar, te puede recordar en la mañana que dediques un momento más para pensar en tus sentimientos, o en tus emociones.

Y tercero, algo muy práctico, es entender la ventana de salida del sueño. Esos 15 minutos en los que pasamos del sueño a la vigilia, es un estado mixto en el que podemos tener más ideas creativas, así que a mí me gusta anotar esas ideas, en vez de ir a por el teléfono o meterme en Instagram. Intento retener esos pensamientos residuales que llegan a la puerta de los sueños. A lo mejor no son todas buenas ideas, a veces no, pero mis mejores ideas sí que suelen venir a esa ventana.

Lo que espero, definitivamente, es que nadie vuelva a decir aquello de “ah, ha sido solo un sueño” al despertar. Los sueños no son aleatorios, así que nunca son solo un sueño.

Sueños lúcidos, precognitivos y otros mitos

-Uno de los capítulos de tu libro lo dedicas a los sueños lúcidos. Para que quienes nos lean entiendan, ¿qué son los sueños lúcidos?
Al principio pensé que esto no iba a tener ninguna base científica, la verdad, pero le he dedicado dos capítulos porque hay mucha ciencia detrás.

Hablábamos del cerebro en sueño y en vigilia, y esas ventanas de entrada y de salida, y luego hablamos del cerebro dormido. Pero hay personas que son capaces de volver a la conciencia en mitad del sueño, no en las transiciones, sino en mitad.

Es decir, la mayoría de los sueños están como en el espejo retrovisor. Pero hay personas son capaces de tener un sueño lúcido, que se viven como si los vieras por la luna del coche. Ahora ya se ha demostrado, científicamente, que estas personas mantienen activa la red ejecutiva, que es la dominante mientras estamos despiertos.   Esto hace que, en un sueño lúcido, las personas se den cuenta de que están soñando. Y entonces ahí vuelve un poquito esa red ejecutiva. Y suele ser algo muy positivo, hay personas que dicen que incluso son capaces de controlarlo, y han conseguido comunicar cosas con código MORSE, usando el parpadeo de los ojos.

Es algo que podemos comprobar, además. No puedes fingir que te está pasando, lo sabemos poniendo electrodos y midiendo la actividad cerebral.

-¿Por qué hay personas que no recuerdan lo que sueñan?
Mi teoría es que en general se nos olvidan para no confundir los sueños con la vida real, para poder estar bien durante el día. Creo que lo que hacen los sueños es alimentar nuestra mente despierta, pero no queremos confundirla. Pero, esto debe quedar claro, todas las personas soñamos, e incluso si no recuerdas de forma profunda tus sueños, tu cerebro durmiente es igual de fuerte.

Hay mucha gente que asegura haber sido capaz de soñar algo antes de que sucediera. Lo típico de soñar que ha fallecido alguien y a las semanas esa persona fallece. ¿Hay algo de científico en esto?

Yo no he encontrado nada. Creo que se trata un poco de conectar los puntos. No hay forma clara de predecir los números de ganadores de la lotería ni nada de eso. Pero sí que hay una sensación, ¿no? De que a lo mejor has tenido un sueño muy intenso, o unos sueños muy intensos, y después pasa algo intenso. Y encontramos las conexiones.

Así que no voy a decir: “no, no es posible tener sueños precognitivos”. Pero tampoco quiero que parezca que tengo todas las respuestas. Simplemente, intento abrir ventanas hacia la ciencia de los sueños para la gente que siente curiosidad y que no volvamos a decir que “ha sido solo un sueño”. Pero en lo que respecta a los sueños pronósticos, yo no he encontrado pruebas todavía. Pero no quiere decir que no pueda ocurrir.

-¿Es cierto que mientras dormimos podemos memorizar cosas? ¿Cómo influye el sueño en el aprendizaje?
No hay cifras, pero sí que hay encuestas en que la gente estudia, y se toman algunos descansos, una siesta, y parecen recordar mejor. O duermen y luego tienen mejor regulación emocional. No siempre sucede, depende de del momento por el que estés pasando en tu vida. No es tan sencillo. Si te has traumatizado hace poco, a lo mejor dormir te da miedo.

Pero parece que sí que hay un proceso en el que dormir puede ayudar con la consolidación de los recuerdos y con la regulación emocional. Pero eso no es el motivo por el que dormimos. Son simplemente cosas que pasan mientras dormimos.

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