“He visto tantas rupturas por culpa de la suegra”, me dice Lara Ferreiro, psicóloga, en esta breve entrevista que comparte con Cuerpomente. Porque nos hemos hecho una pregunta que resuena entre muchas mujeres que buscan pareja. ¿Cómo debería llevarse tu chico con su madre? ¿Es malo que la quiera más que a nada? ¿Es peor que la odie de forma visceral? ¿Cuál es la relación perfecta que tu pareja debería tener con tu suegra?
Lo mismo se aplica a mujeres y sus padres, explica Ferreiro. “Digamos que lo importante es la relación con el género opuesto a quienes somos”, asegura la autora de Ni un capullo más (Grijalbo). Y aunque pueda sonar a tontería, la psicóloga asegura que este es uno de los puntos clave de lo que ella llama “el casting del amor”. “El famoso ‘¿cómo te llevas con tu madre’ debería ser una pregunta clave a la hora de elegir pareja”, asegura. Y con esa intención, vamos a descubrir qué significa que pareja se lleve genial o falta con su madre (o su padre).
El casting del amor
Elegir bien a tu pareja puede ahorrarte muchos problemas en el amor. Saber que estás con la persona adecuada te da la seguridad de que te vas a ahorrar ciertos problemas, como los que Ferreiro comparte con nosotros en esta entrevista. “Una paciente me contó que cortó con su pareja porque estaban teniendo sexo, y de repente vino la madre, abrió la puerta y los pilló en pleno acto íntimo. Fue la gota que colmó el vaso”, explica la psicóloga. Si no quieres que te pase lo mismo, harías bien en hacer caso a sus recomendaciones.
Y es que sí, hay una relación ideal que una persona sana debería tener con su madre. “Que no la idealice, pero tampoco la odie”, explica la experta, “lo ideal sería que la aceptase con matices”. Todo lo contrario, a ello… Digamos que no acaba demasiado bien.
El hombre con mamitis
El primer tipo de hombre del que nos advierte Lara Ferreiro, al que dedica una sección en su libro, es al que ella denomina “el hombre con mamitis”. Este que encaja en la descripción de lo que Freud postulaba como “complejo de Edipo”. “Es un hombre que está enamorado de su madre de forma inconsciente”, nos explica la psicóloga. En mujeres, sucedería justo, al contrario, estarían inconscientemente enamoradas de su padre, “y a eso se le llama complejo de Electra”.
Este tipo de pareja pueden desencadenar relaciones de pareja bastante conflictivas, y por desgracia, son muy comunes. “En mujeres, las características de su padre se reflejan en su pareja en un 46% de las veces. Y en hombres, sucede un 76%. Es decir, que los hombres buscan más a su madre en sus parejas. Además”, continua, “el 30% de los hombres reconoce haber tenido cierto grado de toxicidad en la relación con su madre”.
El tipo de apego que se forma en estas relaciones, nos explica Ferreiro, es de tipo ansioso. “Tu madre no te ha dejado explorar, tienes mucha ansiedad y vives las relaciones de pareja desde ahí, desde la ansiedad”. En la edad adulta, esto se refleja en una relación en la que “llama a su madre a todas horas, le consulta cualquier decisión, la madre siempre opina”. El resultado, asegura la psicóloga, es que acabaréis siendo “como un trío. Una trieja. Una relación de tres. Porque hay una simbiosis emocional todo el rato”.
La suegra y todo lo demás
Además del clásico problema de la suegra, nos explica la psicóloga, este tipo de hombres suelen ser inmaduros y filofóbicos. Es decir, “tienen miedo al compromiso porque en el fondo van buscando siempre a una madre, no a una pareja, y ninguna es tan buena como su madre”.
A esto, explica la experta, se le puede añadir un problema adicional de tipo sexual. “Los que están enamorados de su madre suelen tener disfunción eréctil, y en la cama tienen bastantes problemas. Es algo curiosísimo”, resalta Ferreiro, “pero es así. Como que no suelen funcionar mucho en la cama porque, según teorías freudianas, tienen que resolver el tema con su madre”.
El hombre peleón
El siguiente tipo de hombre que es mejor evitar, nos explica Ferreiro, es el que se lleva fatal con su madre. Recordemos que también se puede aplicar a una mujer que se lleva fatal con su padre.
En estos casos, señala la psicóloga,la evidencia apunta que cuando hay una relación muy mala entre un hombre y su madre, puede llegar incluso a desencadenar situaciones de maltrato en la pareja. Así que tenemos que tener mucho cuidado con este tipo de perfiles.
“El peleón”, describe la psicóloga, “es el que tiene una relación hiperconflictiva, llena de reproches, control, manipulaciones, chantajes emocionales, no se hablan durante meses. Luego vuelven a hablarse y repiten el bucle”. Este tipo de relaciones son signo de una “relación super inestable emocionalmente y un apego muy desorganizado”.
Esto, si no se trabaja en terapia de forma adecuada, puede dar lugar a “relaciones tóxicas, celos, conductas pasivo-agresivas. De hecho, el 70% de las personas con este tipo de apego van a tener una relación tóxica o más a lo largo de sus vidas”, expone Ferreiro, “es una pandemia”.
El hombre herido
Hay un tercer tipo de hombre en cuanto a la relación que tiene con su madre, y es el que ha sufrido “una ruptura total con su madre. No se llevan”. Este tipo de perfiles, nos explica la experta, que también se pueden dar en mujeres que han cortado totalmente su relación con su padre, están “marcadas por el abandono y por el rechazo, con heridas emocionales no resueltas, que dificultan mucho el tener una buena autoestima”.
Esto, si no se trabaja en terapia, puede repercutir sobre las relaciones. “Si alguien está muy dañado, se va a reflejar en sus relaciones”. Por lo general, esto se convierte en un complejo del salvador o la salvadora. “Intenta salvar a su pareja, para de alguna forma reparar el vínculo con su madre. Se meten en relaciones marcadas por las drogas, las adicciones, o situaciones muy complicadas”.
El hombre ideal
No existe nada parecido a la pareja ideal. Todos tenemos nuestros más y nuestros menos, pero para Ferreiro sí que existe una respuesta correcta a la pregunta que nos hacíamos al comienzo. ¿Cómo te llevas con tu madre?
Lo primero que debemos observar, explica la psicóloga, es “cómo habla de su madre, si la idealiza, la desprecia o la acepta con matices”. Si la odia completamente, advierte, estamos ante un hombre potencialmente misógino, “y ese odio contra las mujeres lo va a cargar también hacia ti”.
La segunda pregunta es, ¿cuánto peso emocional debe tener en su vida diaria? Y la respuesta, expone Ferreiro, es que “lo normal es que tenga presencia, pero no hiperpresencia. A lo mejor una vez a la semana vas con él y con su madre, con su familia, coméis los domingos. Pero la madre no tiene por qué tener llaves del piso y abrir cuando estéis vosotros dentro sin permiso”.
El tercer punto, muy importante, es “observar si sabe poner límites a su madre”. Algo que, según la psicóloga, es clave para la relación a largo plazo. “Es importante también si toma sus propias decisiones o no”. Todo esto de los límites es esencial, porque puede ahorraros disgusto en el futuro en cosas tan sencillas como en las Navidades o las vacaciones. En estas situaciones, lo ideal es “que no haya obligación ni chantaje emocional para estar con la madre todo el rato”.
Es decir, estar con un hombre (o mujer) que, teniendo una buena relación con su madre (o padre) sepa mantener “parcelas de privacidad”, en la que la relación sea horizontal y de interdependencia sana.
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