Son muchas las cosas que podemos hacer con el tofu, pero además, si tenemos un poco de tiempo, podemos hacer nuestro propio tofu en casa. Es más fácil de lo que podrías imaginar y no se requieren muchos ingredientes.

Para preparar el tofu es necesario utilizar un agente coagulante, que aglutine las proteínas de la soja y las separe del suero. Los más habituales son el sulfato de calcio y el cloruro de magnesio, aunque también es muy práctico utilizar simplemente limón.

  • Sulfato de calcio. Es el primer coagulante mineral que se utilizó y el que se suele emplear para preparar el tofu de origen chino. Este coagulante no es otra cosa que yeso y lo emplea con frecuencia la industria alimentaria.
  • Cloruro de magnesio o nigari. En cambio, los japoneses prefieren hacer el tofu con cloruro de magnesio, una sal extraída del mar que se conoce como nigari. Este producto, con el aspecto de pequeños cristales blancos, deja un sabor agrio una vez disuelto en agua.
  • Limón. Cada vez es mas sencillo conseguir nigari en tiendas de productos biológicos, pero si lo preferimos podemos utilizar limón, una fruta que solemos tener siempre a mano y que es mucho más fácil de encontrar en cualquier supermercado.

Cualquiera de ellos nos puede valer para preparar tofu casero, pero brindarán consistencias distintas.

  • Con el sulfato de calcio se obtiene un tofu tierno, rico en calcio, pero quebradizo, ideal para dar ligazón a unas croquetas.
  • Si utilizamos el nigari, obtendremos un tofu dulce, algo más consistente y uniforme.
  • Si empleamos limón, obtendremos un tofu consistente y algo más ácido. Podemos compensar ese extra de acidez marinándolo con tamari, salsa de soja, salsa teriyaki u otras especias.
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La forma más sencilla de hacer tofu en casa

Si elaboras tu propio tofu con limón es preferible emplear un filtrado de soja lo más espeso posible.

Para prepararlo:

  1. Echa el jugo de un limón en un litro de leche de soja caliente (entre 50-60º C) y remueve la mezcla lentamente con una cuchara de madera.
  2. Después déjalo reposar durante media hora, aproximadamente.
  3. Finalmente introdúcelo en un cedazo, comprimiéndolo bien, para que pierda todo el suero y adquiera su consistencia.