El incienso se obtiene de las gomorresinas, que se extraen practicando una incisión en la corteza del tronco, normalmente del árbol africano y asiático del género Boswelia. Son de color blanco y se coagulan al contacto con el aire, transformándose en unos granos amarillentos, quebradizos, que cuando se queman emanan un aroma penetrante y muy relajante.

Proyectar el humo aromático hacia el firmamento ha constituido uno de los rituales más repetidos en la historia de la humanidad. ¿Qué beneficios tiene? ¿Cómo elegir el incienso?

Propiedades medicinales del incienso

El incienso se usa en aromaterapia como purificante, reconstituyente y tónico estimulante y balsámico.

Se indica en trastornos nerviosos, irritación nerviosa, palpitaciones y, como se ha señalado, para favorecer la meditación y la concentración.

Pero su uso terapéutico más destacable es como expectorante en afecciones respiratorias, como ataques asmáticos leves, catarros, procesos gripales, alergias de primavera, laringitis y bronquitis.

El aceite esencial de incienso se indica también para eliminar manchas de la piel, combatir la sequedad y las arrugas, sobre aftas y llagas bucales, y por su poder antiinflamatorio en dolores artríticos, bursitis y neuralgias.

Su uso por vía interna debe ser vigilado por un médico especialista, aunque por su potencial toxicidad no se recomienda.

El olíbano se aplica en extracto estandarizado, con un contenido de entre 40 y 65% de ácido boswélico, en inhalaciones para afecciones respiratorias y en emplastos para problemas dermatológicos.

Tipos de incienso y presentaciones

El incienso, cuando se quema de forma directa, se prende en un receptáculo o incensario; luego se apaga la llama para que siga humeando y se vaya consumiendo. Se comercializa bajo diferentes presentaciones:

  • Varitas: son las más comunes. Suelen ser finas varitas de bambú recubiertas de incienso prensado. Se utilizan mucho en los rituales religiosos de la India y China.
  • Bastoncillos: se forman con la pasta de incienso, sin varilla. Son muy frágiles y muy comunes en Japón.
  • Conos: se trata de la resina en polvos prensada, mezclada a veces con esencias y plantas medicinales. Arde rápido y es muy aromático.
  • Espiral: el incienso puede arder durante horas sin extinguirse.
  • Polvos: a veces se combinan con sustancias aromáticas.
  • Lágrimas o gotas: se vierten en un incensario con agua.
  • Resina pura: el incienso se deposita sobre un lecho de brasas de carbón o una placa de metal ardiente.
  • Maderas aromáticas: modelo utilizado en Japón para la tradicional ceremonia del Koh.

Hoy día se encuentran inciensos de muy diversas clases, y muchas veces se trata de formulaciones mixtas y complejas de resinas y aceites esenciales que no siempre merecerían ser consideradas como auténticos inciensos.

Variedades de incienso y para qué utilizarlas

El auténtico incienso, según los expertos, es el que se obtiene de unos árboles africanos y asiáticos del género Boswelia. Uno es el Boswelio corteri, conocido también por olíbano, originario del este de África y sur de Arabia, y otro no menos apreciado es el Boswelio serrato o Solai guggol, común en la India.

Es un árbol de porte mediano, caducifolio, con las hojas compuestas, y flores blancas o rosas. Crece de forma natural en barrancos y desfiladeros.

Junto al olíbano, otros inciensos, esencias o resinas muy utilizados son:

Mirra: la resina aromática

  • Usos terapéuticos: odontalgias, infecciones bucales, afecciones respiratorias, asma, dolores artríticos.
  • Usos mágicos: alejar los malos espíritus y las energías negativas; en brujería, para deshacer hechizos.

Copaiba: bálsamo del Brasil, la resina y el aceite esencial

Enebro y cada: el aceite esencial

  • Usos terapéuticos: problemas dermatológicos, dolor de muelas, inflamaciones osteoarticulares, neuralgias, contracturas musculares, edemas.
  • Usos mágicos: como purificador y depurativo.

Cedro: el aceite esencial obtenido del leño

  • Usos terapéuticos: afecciones respiratorias, infecciones urinarias, problemas dermatológicos.
  • Usos mágicos: para estimular la meditación y la espiritualidad.

Benjuí: la resina gomosa

  • Usos terapéuticos: tensión nerviosa, estrés, afecciones respiratorias y problemas dermatológicos.
  • Usos mágicos: para fortalecer las facultades mentales y la clarividencia.

Copal: gomorresina que se obtiene del tronco por incisión

  • Usos terapéuticos: dolores de cabeza, afecciones respiratorias.
  • Usos mágicos: en rituales curativos con chamanes.

Laurel: el aceite esencial obtenido de las hojas

  • Usos terapéuticos: indigestiones, mal sabor de boca, gases, afecciones respiratorias, estomatitis, inflamaciones articulares, neuralgias.
  • Usos mágicos: para potenciar las habilidades creativas, purificar y depurar.

Sándalo: aceite esencial obtenido por destilación del leño

  • Usos terapéuticos: afecciones urinarias y respiratorias, problemas de mala circulación sanguínea, hipertensión arterial, heridas cutáneas, dolores dentales y aftas.
  • Usos mágicos: para potenciar la espiritualidad y como protección contra el mal de ojo.

Hay más aún: resina de pino, ámbar, salvia, gálbano, goma arábiga, jazmín, mástic, cinamomo, bálsamo de Perú, elemí, colofonia, alcanfor, loto, cacao, canela, etc.

Origen del uso del incienso

Consciente de la muerte y necesitado de trascendencia el ser humano ha sentido ya desde los albores de la civilización la urgencia de comunicarse con lo sobrenatural y de ahondar en sí mismo.

Como los dioses debían de residir en las alturas, hacia ellas dirigía el hombre sus súplicas con todo tipo de ceremonias, que incluían ofrendas animales o vegetales al calor de las llamas o la luz de las velas.

Se conocen muestras de tal práctica en representaciones simbólicas halladas en tablillas de la antigua Babilonia, que se remontan a 1.700 años antes de Cristo.

En el antiguo Egipto, unos 1.300 años antes de la era cristiana, era costumbre quemar mirra y otras resinas como ofrenda a los dioses en una ceremonia muy ritualizada conocida como kyphi, que se realizaba a la puesta del sol.

El incienso aparece en la mitología griega y romana. En la Biblia se encuentran muy diferentes pasajes que recogen el uso del incienso, como en el caso de la ofrenda que los reyes Magos de Oriente hacen al Niño Jesús, consistente, como se sabe, en oro, incienso y mirra.

Y lo mismo cabe decir de los textos ayurvedas de la India clásica, donde el uso de inciensos estaba muy extendido.

Aún hoy día su uso se mantiene como una firme tradición en muchos puntos del globo, desde China, donde se quema para ahuyentar los "malos espíritus" y purificar la atmósfera y el alma, al Tíbet, Tailandia, Japón o Méjico.

En la Edad Media en la Catedral de Santiago de Compostela el uso de incienso permitía neutralizar los malos olores que desprendían las aglomeraciones de peregrinos, pero también era un componente esencial de la liturgia, como lo sigue siendo en los monasterios del cristianismo ortodoxo.

La quema de incienso se mantiene como uno de los pilares de la práctica espiritual, a fin de propiciar la atmósfera adecuada para la meditación o la oración.