En los estantes de los supermercados cada vez hay más productos enriquecidos con proteínas, como batidos lácteos, yogures, quesos, panes, etc. Es un reflejo de una tendencia que se manifiesta sobre todo en las redes sociales, donde muchos influencers recomiendan aumentar la ingesta de proteínas.

Sin embargo, este consejo no suele remediar una deficiencia, pues en la población española no hay deficiencia de proteínas, de hecho, la ingesta media de proteína esta desde hace décadas por encima de las recomendaciones para cada grupo de edad.  

Un estudio reciente de la Universidad de Pittsburgh ha demostrado ahora que más proteínas no siempre es mejor. Un equipo de investigación de la facultad de Medicina identificó el límite máximo que no se debería superar si no se quiere perjudicar al corazón.  

estudios que muestran los riesgos del exceso de proteínas

Un equipo de investigación dirigido por el doctor Babak Razani ya demostró en 2020, en estudios con animales, que el exceso de proteínas en la dieta aumenta el riesgo de arteriosclerosis –estrechamiento y endurecimiento de los vasos sanguíneos– en ratones.

En el trabajo actual de la Universidad de Pittsburgh, los científicos aclaran los detalles del complejo mecanismo por el cual la ingesta elevada de proteínas podría aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular y establecen el nivel de ingesta a partir del cual se produce el efecto dañino.

Para ello se realizaron experimentos con humanos y con células animales y humanas en el laboratorio. 

Los experimentos con personas sanas revelaron la secuencia en que las células inmunes del cuerpo se activan después de consumir una comida demasiado rica en proteínas. A partir de un momento determinado, el suministro de proteínas puede activar una vía de señalización en las células inmunitarias que altera su función normal.

Luego, los investigadores simularon condiciones similares en ratones y macrófagos humanos. Se trata de células inmunitarias que reaccionan de forma especialmente sensible a los aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas. Estas células también juegan un papel crucial en el desarrollo de la arteriosclerosis. Los macrófagos se encargan, entre otras cosas, de limpiar los “desechos celulares”. Si no realiza esta tarea correctamente, se acumulan residuos en las paredes de las arterias y se forma la placa que las endurece. 

a partir de 25 g de proteínas en una comida el riesgo aumenta

En sus experimentos, los investigadores identificaron un aminoácido clave que desencadena el mecanismo dañino de los macrófagos.

Cuando en una comida se consumen más de 25 g de proteína, el aminoácido leucina promueve las vías metabólicas asociadas con la arteriosclerosis. Hay que tener en cuenta que 150 g de ternera ya aporta 30 g de proteínas.

La leucina se encuentra en mayor proporción en alimentos de origen animal, como la carne de ternera, los huevos y la leche.

El estudio también establece que cuando las proteínas proporcionan más del 22% de la energía (calorías) también aumenta el riesgo de estrechamiento de las arterias debido a los depósitos de placa.

¿Qué significan estos resultados en la práctica?

Los resultados del estudio sugieren que hay limitar la ingesta de proteínas y elegir alimentos que no proporcionen las mayores cantidades de leucina, especialmente en personas que ya sufren enfermedades cardíacas y vasculares. En este sentido, son preferibles las fuentes vegetales de proteínas, como las legumbres. 

Razani señala que se necesita más investigación sobre este tema. Es importante aclarar si existe un aporte óptimo de proteínas, un “punto óptimo” por así decirlo, para maximizar los beneficios de las proteínas, por ejemplo, favorecer el desarrollo muscular y al mismo tiempo evitar el mecanismo que daña el corazón.

Referencias científicas:

  •  Zhang, X., Sergin, I., Evans, T.D. et al. High-protein diets increase cardiovascular risk by activating macrophage mTOR to suppress mitophagy. Nature Metabolism
  •  Zhang, X., Kapoor, D., Jeong, SJ. et al. Identification of a leucine-mediated threshold effect governing macrophage mTOR signalling and cardiovascular risk. Nature Metabolism