Qué fácil es caer en la trampa de pensar que podemos controlarlo todo. ¿Cuántas veces te has descubierto a ti mismo pensando en cómo los demás deberían comportarse? Tu hijo no debería contestarte así, tu pareja debería haber puesto el lavavajillas, el vecino no debería dejar la basura en la puerta, el del coche no debería haberse saltado el STOP… ¿Sabes ya a que nos referimos?

La coach de vida Mel Robbins, autora del libro La teoría Let them. La clave está en soltar  (Cúpula), asegura que aquí está la verdadera razón por la que estamos siempre cansados, por la que sentimos que no tenemos tiempo para nada. “No tienes idea de cuánto tiempo y energía desperdicias por el comportamiento ajeno o tus expectativas de cómo quieres que sean las cosas”, compartía la experta en una entrevista para On Purpose. En estos casos, aprender a dejar de darle vueltas a todo es ganar en salud.

Una respuesta inesperada

Mel Robbins lanzaba a los oyentes una serie de preguntas: “¿Quieres saber por qué estás tan cansado? ¿Quieres saber por qué te sientes abrumado? ¿Quieres saber por qué estás estresado? ¿Quiere saber por qué no tienes tiempo para ti?”

Según la experta, todas estas preguntas tienen una respuesta en común: pasamos demasiado tiempo pensando en el comportamiento de los otros.

Vivimos rodeados de otras personas, por lo que es difícil que, a lo largo del día, los demás no hagan cosas que nos molesten. Pero si les damos demasiado poder, nuestra energía se agorará rápidamente.

No se trata de negar que los demás tengan un impacto sobre nuestro propio bienestar, sino de reconocer que, en la mayoría de los casos, el comportamiento de los otros no tiene nada que ver con nosotros. No es personal, y mucho menos está bajo nuestro control.

El problema de tu vida

“Es por el poder que das a las opiniones, emociones y conductas inmaduras de los demás”, continua Robbins en su entrevista, “es la forma en la que conviertes a las personas en un problema en tu vida”. Con estas palabras, la coach pone de manifiesto un problema añadido.

Ya hemos establecido que, sin duda, pasar demasiado tiempo pensando en algo que no podemos controlar, como el comportamiento de los demás, es una pérdida de energía innecesaria. Pero es que, en este caso en específico, tenemos un problema añadido. Así nos lo explica Robbins, que nos recuerda que “lo triste es que los demás deberían ser una gran fuente de felicidad, conexión, inspiración”.

El problema viene cuando los convertimos nosotros en un problema. Cuando no aprendemos, como explica la coach, a enfocarnos en lo que sí podemos controlar. Porque si no dejamos que los demás sean como son, y recuperamos ese poder que depositamos en ellos, no dejaremos de desperdiciar nuestro tiempo. Y, sobre todo, mejoraremos nuestras relaciones personales, que tan esenciales son para la salud mental y el bienestar emocional. 

Un sencillo ejercicio para recuperar el centro

Sobre este mismo problema nos habla la psicoterapeuta Nancy Colier en su libro, Deja de pensar tanto, en el que dedica un capítulo completo a aquellos pensamientos que ocupamos en los demás. En especial aquellos en los que las quejas, el resentimiento y la culpa nos hacen preguntarnos “¡¿qué le pasa al mundo?!”.

Ante estos casos, la psicoterapeuta recomienda un sencillo ejercicio que puedes poner en práctica para, como dice Robbins, aprender a diferenciar lo que sí puedes controlar de lo que no y dejar de perder tiempo intentando controlar a los demás.

Colier lo llama “momentos de decisión”, y es un ejercicio muy sencillo. “La próxima vez que vayas a revolcarte en el lodo de tus pensamientos”, escribe la autora, “detente durante un instante y toma una decisión distinta. Sigue estos pasos”.

  1. Toma conciencia de los pensamientos, pero no interactúes con ellos. “Recuerda que, si lo haces, sufrirás”, nos recuerda la experta, “lo sabes”.
  2. Rechaza tus pensamientos negativos y obsesivos en voz alta.  Diles: “No voy a hacerlo. No voy a prestar atención a estas historias”. Debes hacerlo “por más atractivos o creíbles que resulten”, nos aclara Colier.
  3. El siguiente paso es conectar con los sentidos. Para ello, dice Colier, “inspira hondo” y luego “centra tu atención en el sitio en el que tienes los pies apoyados”.
  4. Repite este ejercicio una y otra vez.

Para que sea efectivo y consigamos dejar ir este nudo de pensamientos sobre los demás, debemos hacer este tipo de ejercicios en cuanto detectemos los primeros pensamientos negativos. Así lo indica también Colier en su libro, que asegura que“cuanto más tiempo bullan tus pensamientos y expongan sus argumentos, más fácil será que te atrapen y que más te cueste luego salir del pozo”.

Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre estilo de vida saludable, únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.

Descarga gratis el eBook "El plan antiestrés: Regula tu cortisol" con los alimentos y los hábitos de vida que te ayudan a mantener unos niveles saludables de cortisol, la hormona del estrés.