Lucir un pelo bonito no es solo cuestión de genética, tiene mucho que ver con lo que hacemos… y con lo que no hacemos. Por mucho que creamos que lo estamos cuidando, hay errores muy habituales que pasan desapercibidos, pero pueden tener consecuencias desastrosas para tu melena, ya sea porque la resecan, porque propician la fragilidad del cabello o porque agravan problemas ya existentes (como la caspa, el cuero cabelludo graso…).

La peluquera Olga G. San Bartolomé ha explicado en sus redes cuáles son los 5 errores que ve todos los días y que, como experta en cabello, jamás se permitiría a sí misma ni a nadie. Veamos cuáles son y por qué hay que evitarlos.

1. Frotar el pelo con la toalla

Este es uno de los errores más comunes y que tal vez nos pasan más desapercibidos. ¿Quién no se ha frotado vigorosamente el cabello con la toalla para secarlo más rápido? Es muy fácil pensar que frotando el cabello le restamos humedad y es cierto que lo dejamos más seco, pero también más frágil.

cada cuánto lavar las toallas
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No pasa nada por secarlo suavemente con la toalla; el problema viene cuando lo frotamos fuerte, como si no hubiera un mañana. “Frotar el cabello con fuerza con la toalla puede romperlo y aumentar el encrespamiento”, asegura la experta.

Entonces, ¿cuál es la forma correcta de hacerlo? “Lo ideal es retirar el exceso de agua presionando suavemente con la toalla o usar una toalla de microfibra para envolverlo y dejar que absorba la humedad sin agredir el cabello”, señala.

2. Aplicar calor al cabello sin usar protector

El calor directo sobre el cabello (por el uso de plancha o secador a muy alta potencia) elimina la hidratación natural del cabello y puede dejarlo seco, quebradizo y con una mayor propensión a romperse. Es, además, un daño acumulativo, que no se recupera hasta que el cabello vuelve a crecer.

Precisamente por este motivo la especialista recomienda usar un protector térmico antes de aplicar calor en el cabello. Los hay en diversos formatos: spray, crema… sea el que sea el que prefieras, que no te falte.

En otro post anterior, San Bartolomé ilustraba también la necesidad de usar protector térmico con una pregunta muy reveladora: ¿Dejarías tu piel al sol sin protector solar? ¡Pues lo mismo con tu pelo!”.

3. Usar cualquier tipo de champú

Otro error frecuente es usar cualquier tipo de champú sin saber (o sin tener en cuenta) si es el adecuado para tu cuero cabelludo. En el mercado hay muchos champús diferentes, formulados para las diferentes necesidades del cabello y el cuero cabelludo: para cabello graso, seco, rizado, con caspa… No elegir el que se adapta a tus necesidades puede hacer que tu pelo se vea sucio antes de tiempo o esté reseco y encrespado.

Mujer lavándose el cabello
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Si tienes dudas sobre qué champú es el más adecuado para ti, tu peluquero o peluquera de confianza puede ayudarte a determinar cómo son tu cuero cabelludo y tu pelo y cuál es el tipo de producto que necesitan.

4. Dormir con el cabello mojado

Todas lo hemos hecho alguna vez, especialmente en verano, cuando las altas temperaturas hacen que no apetezca nada usar el secador. Sin embargo, el cabello mojado hace que el cabello esté temporalmente más propenso a estirarse y, con la fricción con la almohada, aumenta el riesgo de que se rompa, se enrede y se abran las puntas. Además, dormir con el cabello mojado resultará en un cabello mucho más encrespado por la mañana. Secarlo es uno de los principales consejos para cuidar del cabello mientras duermes.

Por otro lado, la humedad en la almohada favorece la proliferación de microorganismos, que también pueden afectar al cuero cabelludo y a la piel. Aunque te dé pereza secarlo, es otro motivo importante por el que es imprescindible hacerlo antes de ir a la cama.

5.  Pensar que más producto es mejor

Tendemos a pensar, tanto al hablar de cabello como de cremas para la cara o cualquier tipo de producto, que cuanta más cantidad o cuántos más productos diferentes, mejor será el resultado. Pero no siempre es así. A veces añadir más producto de la cuenta puede tener el efecto contrario y dejar el cabello peor de lo que estaba.

Usar demasiados productos puede apelmazar el cabello, ensuciarlo antes de tiempo o incluso hacer que pierda volumen y movimiento”, señala Olga G. San Bartolomé.

En la mayoría de casos, menos es más, en especial si lo que queremos es que nuestra melena respire y tenga un aspecto natural. “Lo ideal es aplicar la cantidad justa y siempre adaptada a tu tipo de cabello”, concluye.

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