Algunas personas se preguntan cómo limpiar el intestino de heces y gases. El yoga posee una técnica de limpieza del colon que consiste en ir bebiendo agua y conducirla hacia el intestino mediante unos sencillos ejercicios hasta que se expulsa por el ano.

Cómo limpiar el intestino de heces y gases con yoga

Las posturas invertidas de yoga (como Sirshasana o Sarvangasana) desbloquean el estancamiento energético y sanguíneo a nivel de todo el aparato digestivo, produciendo una agradable sensación de bienestar.

El método en cuestión se denomina Shank prakshalana. Es sencillo y, además de limpiar el colon a fondo, elimina integralmente los sedimentos del tubo digestivo.

Las únicas contraindicaciones son sufrir una úlcera gastroduodenal activa u otras afecciones agudas de la mucosa del tubo digestivo o padecer disentería, diarrea, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa u otras enfermedades graves. Eso sí, lo más recomendado es realizar esta práctica con la supervisión de un especialista médico.

PREPARATIVOS

El mejor momento para hacerla es por la mañana, en ayunas, y requiere poco más de una hora, por lo que un día festivo resulta ideal para ello.

Se pone agua a calentar y se añade una cucharadita de postre rasa de sal por cada vaso.

PROCEDIMIENTO

Se bebe un vaso de agua salada caliente. Y a continuación se realizan los movimientos que se describen más adelante.

Se bebe otro vaso y se vuelve a realizar toda la serie de movimientos, y así sucesivamente, alternando la toma de agua con los movimientos. De ese modo el agua pasa al intestino delgado sin provocar sensación de plenitud.

Después de beber seis o siete vasos se siente el impulso de evacuar. Primero las heces son normales, luego más blandas y, posteriormente, líquidas y amarillentas.

Tras esta primera visita al lavabo es preciso beber más vasos de agua caliente salada, efectuar los movimientos y volver a evacuar. Se hacen nuevos ciclos hasta que el agua sale tan clara como entró, lo que, según el grado de incrustación del colon, puede requerir la ingestión de diez a quince vasos de agua.

LOS 4 EJERCICIOS

Esta serie de movimientos conduce el agua a través del tubo digestivo. La serie completa requiere poco más de un minuto.

EJERCICIO 1

La posición de partida es: pies separados 30 cm, los dedos de las manos entrelazados, las palmas hacia arriba y la espalda bien recta.

A continuación, sin girar el tórax, se inclina éste primero hacia la izquierda y después hacia la derecha.

Este doble movimiento, que se debe repetir cuatro veces, abre el píloro, de modo que a cada inclinación una parte del agua va del estómago hacia el intestino delgado.

EJERCICIO 2

La posición de partida es la misma.

Se extiende el brazo derecho horizontalmente y se dobla el izquierdo hasta que el pulgar e índice de la mano izquierda lleguen a la clavícula derecha. Se dirige el brazo extendido atrás, efectuando una rotación del tronco, tratando de llegar lo más lejos posible, y siguiendo el movimiento con la mirada, de manera que la cabeza también gire.

Sin detenerse, se vuelve inmediatamente a la posición de partida y se ejecuta el movimiento hacia el otro lado.

Este doble movimiento se repite cuatro veces.

EJERCICIO 3

Nos colocamos como si fuéramos a hacer flexiones de brazos pero arqueando al máximo la espalda hacia atrás. Sólo tocan el suelo los dedos de los pies y las palmas de las manos. Los pies están separados unos 30 cm.

Se gira la cabeza, los hombros y el tronco hasta que se vea el talón opuesto. Sin detenerse, se vuelve rápido a la posición de partida y se repite hacia el otro lado. El conjunto se realiza cuatro veces. Los ejercicios 2 y 3 hacen avanzar el agua por el intestino.

EJERCICIO 4

Permite conducir el agua a través del colon.

La posición de partida es en cuclillas, con los pies separados 30 cm, los talones colocados hacia el exterior de los muslos (no bajo las nalgas), y las manos sobre las rodillas, que están separadas unos 50 cm.

Hay que girar el tronco y colocar la rodilla izquierda en el suelo, delante del pie opuesto. Las palmas empujan alternativamente el muslo derecho hacia el lado izquierdo y el izquierdo hacia el derecho dejando que se comprima una mitad del vientre para hacer presión sobre el colon.

Para acentuar la torsión del tronco y la presión sobre el abdomen hay que mirar hacia atrás.

Es importante comprimir primero el lado derecho del abdomen, para presionar el colon ascendente en primer lugar. Como los precedentes, este doble movimiento debe ejecutarse cuatro veces.

Después del lavado intestinal

Concluido el ejercicio hay que reposar y evitar el frío.

No conviene tomar ningún alimento en media hora, pero tampoco dejar el tubo digestivo vacío durante más de una hora, por lo que se debe comer algo. Esa primera comida estará formada por arroz blanco (la fibra del arroz integral puede irritar la mucosa del intestino), acompañado si se desea con zanahorias bien cocidas. Hay que tomar asimismo unos 40 g de mantequilla.

En 24 horas no conviene tomar yogur o queso, ni bebidas ácidas o fruta cruda.

El pan está permitido en la segunda comida.

Al día siguiente ya se puede seguir una dieta normal, preferiblemente vegetariana. Tras la limpieza se siente bienestar, aunque en la siguiente hora es normal ir al lavabo varias veces, hasta eliminar toda el agua.

Algunas personas sensibles precisan lubricar el ano con aceite de oliva pues la sal puede irritarlo.

No conviene beber ningún líquido antes de la primera comida, pero durante o después de ésta se puede beber agua o infusiones suaves (tila, menta, manzanilla... ).

Las deposiciones pueden reaparecer a las 24 o 36 horas, y suelen ser amarillentas como las de un niño.