La zeolita es una tierra mineral que ha utilizado en muchas áreas de la industria y la agricultura desde hace mucho tiempo debido a sus propiedades químicas y físicas muy especiales. La tierra mineral también es muy adecuada para el ablandamiento del agua y el tratamiento de aguas residuales.

En forma de cápsulas o polvo, la zeolita también se comercializa como agente desintoxicante y de limpieza del colon. Gracias a su estructura porosa y buenas propiedades de intercambio iónico, la tierra mineral puede unirse a sustancias no deseadas en el intestino y favorecer su eliminación con las heces.

El intercambio iónico significa que los iones de la zeolita (por ejemplo, iones de sodio, potasio, calcio o magnesio) se liberan, mientras que, los iones de metales pesados tóxicos son absorbidos.

Sin embargo, dado que la zeolita es un compuesto de aluminio (es un aluminosilicato), se repiten las voces que alertan de los peligros de la zeolita afirmando que no es apta para el consumo interno, ya que carga el cuerpo con aluminio, lo que por supuesto sería contraproducente para la desintoxicación y entrañaría ciertos riesgos.

¿Es segura la zeolita?

Frontiers in Pharmacology publicó en 2018 una revisión sobre los efectos en la salud y la seguridad de las arcillas minerales basadas en clinoptilolita (es decir, zeolita) cuando se usaban, por ejemplo, para la desintoxicación.

A menudo se afirma que el entorno ácido del estómago podría disolver el aluminio de la tierra mineral. Esto es correcto, según el estudio: el aluminio se disuelve en ciertas cantidades de la zeolita y, por lo tanto, también se puede detectar en las heces.

 

El aluminio de la zeolita no entra en la sangre

Sin embargo, el aluminio no parece entrar en el torrente sanguíneo ni acumularse en el cuerpo, como han demostrado tanto un estudio en ratas como un estudio en atletas.

En el estudio de atletas, 52 recibieron 1,85 g de zeolita o un placebo diariamente durante 12 semanas. Se comprobaron varios marcadores antes de iniciar la toma y después de transcurridas las 12 semanas. Se encontró que los niveles de zonulina (un marcador del síndrome del intestino permeable) mejoraron significativamente en el grupo de zeolita.

Los niveles de IL-10 aumentaron en este grupo. IL-10 es una sustancia mensajera en el cuerpo que inhibe las reacciones inmunitarias excesivas y, por lo tanto, también puede proteger contra los procesos autoinmunes. Y no hubo aumento en los niveles de aluminio en la sangre.

Zeolita natural y sintética

El aluminio solo ingresa al torrente sanguíneo cuando se administra zeolita producida sintéticamente (la llamada zeolita A). Esto se debe a que la zeolita A es generalmente menos estable que la zeolita natural.

Las zeolitas naturales, de hecho, redujeron la carga de aluminio en la sangre y los huesos en el estudio de ratas mencionado anteriormente; en cambio, el contenido de aluminio en la sangre aumentó después de la administración de una zeolita sintética. La EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) también hace referencia a un estudio (con vacas) en el que se utilizó zeolita A en sus advertencias sobre tierras minerales.

El silicio reduce la biodisponibilidad del aluminio

Aunque en el estómago se libera aluminio de la zeolita natural, lo hace formando parte de un compuesto con silicio y este reduce la biodisponibilidad (capacidad para ser absorbido) del metal.

El agua rica en silicio (o el silicio como suplemento dietético) también se considera un medio para eliminar el aluminio del cuerpo humano.

Por lo tanto, la zeolita natural con autorización sanitaria para el consumo humano no contribuye a la contaminación por aluminio, sino que ayuda a eliminarlo.

¿Cómo se toma la zeolita?

Aunque no existen suficientes estudios para avalar el uso de la zeolita,  y no se han comprobado sus propiedades desintoxicantes en estudios con personas, se suele recomendar comenzar con un cuarto o media cucharadita de zeolita natural una vez al día disuelta en un vaso de agua sin gas. Esta cantidad se puede ir aumentando gradualmente hasta tomar dos cucharaditas enteras disueltas, en dos vasos de agua, al día.

El tratamiento se realiza durante un periodo de 10 días a 3 semanas. Luego se puede hacer una pausa y continuar. Siempre es preferible tomar la zeolita bajo el control de un profesional de la salud.

Referencias científicas: