Alexia de la Morena es experta en neuromarketing aplicado al consumidor. Divulgadora, autora, docente y conferenciante, colabora con varios equipos multidisciplinares en investigaciones relacionadas con la neurociencia.

Acaba de publicar junto a Gemma Sala Grau el libro Secretos de tu cerebro: Claves para la neurofelicidad y el neurocoaching(Kairós). En él se apuesta por un mejor conocimiento sobre los mecanismos que permiten o inhiben el cambio cerebral como forma de mejorar el desarrollo personal a todos los niveles: aumentar la felicidad, reducir el estrés, potenciar la creatividad, o mantener una vida equilibrada son algunos de los objetivos a los que se pueden aplicar sus "neurotips".

Su libro habla de la neurofelicidad. ¿Qué diferencia el novedoso concepto de neurofelicidad del de felicidad al que solíamos hacer referencia?
La felicidad es esencial es nuestras vidas, además de ser una actitud que nos va a hacer tener calidad de vida o, al contrario, tener la sensación de que nuestra vida no mereció la pena.

Conocer nuestras emociones y reacciones es clave para identificar aquellas cosas que nos hacen felices y cuáles no. Por ello, en la actualidad trabajamos con el concepto de la Neurofelicidad con el fin de ayudar a las personas a sacar su máximo exponencial con su felicidad; gracias a que ya podemos conocer qué cosas nos hacen sentir plenitud y cuáles nos generan desdichas para poder trabajar en un plan de acción personal.

Entender nuestra mente se convierte en el primer paso para disfrutar de una mayor calidad de vida.

Mientras el lector está leyendo esta entrevista…¿Está cambiando su cerebro?
Me encantaría decir que sí. El cerebro es el órgano más importante de nuestro cuerpo y se encuentra en evolución constante como consecuencia de que está preparado para salir adelante en cual situación del día a día y momentos de supervivencia.

Si nos referimos a cómo por ejemplo trabajar con el cambio cerebral o lo que denominamos neuroplasticidad cerebral, esto lo conseguimos tan sencillamente poniéndonos nuevos retos y sobre todo saliendo de la rutina. Cuando estamos constantemente teniendo los mismos hábitos, el cerebro de hecho comienza a destruir neuronas y se van muriendo lentamente las neuronas gliales, que son aquellas que activamos y renovamos con la motivación, la curiosidad, el aprendizaje de algo nuevo.

Entonces, ¿nuestra felicidad es nuestra responsabilidad? ¿Cualquiera puede ser feliz en cualquier circunstancia?
Sin lugar a dudas es nuestra responsabilidad. De nuestra mente depende el ser feliz o no, no de nuestras circunstancias. Es decir, se sabe que no podemos controlar las situaciones, más aún en nuestro entorno que vivimos en la constante incertidumbre, sin embargo, no son los hechos que nos ocurren si no cómo nosotros los percibimos y nos enfrentamos a ellos lo que marca si somos felices.

Hay que aprender además a ser resilientes, es decir, aprender a caer, y volver a levantarse de 0, y sobre todo aprender a evolucionar. Hemos venido a este mundo a ser felices y vivir el presente. El ritmo de vida impuesto que llevamos en el día a día es cierto que no ayuda, pero es necesario crear esos micromomentos de calma y bienestar para estar centrados y ser felices. El mínimo sería darnos permiso a nosotros mismo 1 hora al día.

En el libro exponemos técnicas de microdesconexión y conexión como la técnica 3x8 para ser feliz, así como 'Sólo por hoy', para darnos esas concesiones que necesitamos y sobre todo romper la rutina.

¿Cómo podemos aprovechar la neuroplasticidad a nuestro favor?
Estudiando cosas nuevas. No tienen por qué ser complicadas, sino aquellas que nos gustarían o son hobbies. Asimismo, haciendo cosas tan sencillas como aplicar la multisensorialidad a nuestro día a día, siendo los sentidos los más importantes y protagonistas para conectar con la calma, la concentración, la inspiración y la felicidad.

Una actividad muy sencilla de entre las que proponemos en el libro para conectar nuestro cerebro y evitar la dominancia lateral, es decir, la tendencia a proceder siempre de la misma manera, es lavarse los dientes o comer con la otra mano.

Aunque esta neuroplasticidad a veces puede jugar en contra. En su libro hablan del efecto Flynn, un efecto negativo en el cerebro por causas ambientales… ¿Por qué es importante la neurogénesis? ¿Qué sirve para estimularla y qué otras cosas la perjudican?
El Efecto Flynn afirma que cada generación es un 0,3 más inteligente que la anterior. No hay más que ver a los niños como a su edad parecen tener más destrezas que nosotros.

Sin embargo, en estos nuevos tiempos, es necesario, ser conscientes de que el empleo de los móviles no genera mayor inteligencia, dado que nuestro cerebro está hiperestimulado, sin fuerzas para un pensamiento que requiera mayor capacidad de análisis.

¿Cómo afectan las situaciones de infelicidad al cerebro?
Nos afectan enormemente, por ejemplo, cambian los químicos cerebrales. Además, el cerebro tiene circuitos que, cuando son desadaptativos, las neuronas solo van por ahí y se no fortalecen otras zonas del centro.

Es el caso de los pensamientos negativos que nos rondan, nos vienen todo el rato a la cabeza y están en cada momento más de 10 segundos. El 75% de nuestros pensamientos pasados vienen de días anteriores, por lo que depende de nosotros y es nuestra tarea poder cambiarlos.

Cuando estamos con un monotema mental, hacer una actividad física, por ejemplo, puede ayudar a romper el bucle.

¿El cerebro es un órgano social? ¿Cómo lo han comprobado?
Sí; necesitamos, como seres sociales, interactuar con los demás. Un ejemplo se ve claramente en los bebés: a mayor estimulación social, más despiertos están y más rápido desarrollan sus habilidades motrices y sensoriales. La interacción social en el ser humano juega un papel muy importante en el desarrollo cognitivo, como confirma la teoría de Teoría del desarrollo cognitivo de Lev Vygotski (1988).

En el libro aseguran que cualquier actividad que no implique una pantalla genera mayor felicidad. ¿Por qué?
Existe un estudio sobre Felicidad de la Universidad de Pensilvania (2012) en el que se dividieron al azar en dos grupos de más de 143 estudiantes. En uno de estos grupos limitaron el tiempo que pasaban en Facebook, Instagram y Snapchat a 10 minutos por día en cada plataforma. En el otro grupo usaron las redes sociales con normalidad durante un periodo de tres semanas. Se demostró que eran más felices los que menos utilizaban las redes sociales.

Son necesarios los momentos de microdesconexión para recargarnos y volver con más fuerza.

Cuéntenos un secreto del cerebro que ni siquiera imaginamos.
Se activa con las emociones positivas, sobre todo escuchando música; y, por ejemplo, haciendo el amor.

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