La rúcula es un alimento muy delicado. Después de cosechada, solo se mantiene unos pocos días antes de que se marchite y pierda su aroma. Si la cultivas tú misma, las hojas siempre llegarán a tu plato frescas y en su punto óptimo. Otra ventaja es que evitarás que sean demasiado ricas en nitratos porque no hace falta que utilices fertilizantes nitrogenados.

Cómo se cultiva la rúcula

Debido a que casi nada puede salir mal al cultivar rúcula (Eruca vesicaria), nos encontramos ante una planta de jardín de fácil cuidado que también es adecuada para principiantes.

Un lugar soleado, bien drenado, pero siempre húmedo ofrece las condiciones óptimas para una rica cosecha de rúcula. Si no tienes un jardín, puedes cultivarla en el balcón en una jardinera o en una maceta. Puedes sembras las semillas en cualquier momento entre marzo y septiembre.

Si tienes otras plantas en tus tiestos, jardineras o en el huerto, puedes sembrar la rúcula al lado de la lechuga, el apio y la cebolla, pero también se lleva bien con muchas otras verduras.

Cosechar la rúcula

La rúcula es la verdura de hoja perfecta para los “jardineros perezosos” o para aquellos que tienen poco tiempo, porque una vez sembradas, las hojas se pueden cosechar varias veces y volverán a crecer una y otra vez hasta el final de la temporada.

Puedes cultivar las hojas aún más fácilmente eligiendo la rúcula salvaje, una variante perenne que brota cuanto más a menudo se cortan las hojas.

El momento de la cosecha también influye en el contenido de nitratos de la rúcula. Las hojas se deben cosechar después de haber recibido unas horas de sol, solo por la tarde o por la noche. El sol estimula el metabolismo de la planta para que consuma parte del nitrato almacenado durante el día.

¿La rúcula puede ser tóxica?

Qué pregunta tan extraña podrían pensar algunos, pero no está del todo injustificada, porque las organizaciones de protección al consumidor advierten regularmente contra la contaminación excesiva por nitratos de la rúcula y otras lechugas y verduras de hoja.

Para evitar el problema, es aconsejable dar preferencia a la rúcula cultivada al aire libre y las cultivadas ecológicamente o cultivarlas uno mismo. Cuando se cultivan en invernadero y se utilizan fertilizantes artificiales nitrogenados, como son habituales en la agricultura convencional, el contenido de nitratos es particularmente elevado.

Recetas con rúcula

La rúcula es muy versátil en la cocina y se puede utilizar tanto como ensalada de hojas o como hierba culinaria. Debido a que las hojas tiernas se marchitan rápidamente y pierden su aroma, es mejor usarlas frescas y crudas.

Ensalada de espárragos verdes con rúcula

Ingredientes (para cuatro raciones):

  • 500 g de espárragos verdes
  • 100 g de rúcula
  • 100 g de tomates cherry o fresas
  • 50 g de parmesano rallado o parmesano de almendras vegano
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Zumo de medio limón
  • 1 cucharadita de mostaza
  • 1 cucharada de miel o un sustituto de miel vegano
  • pimienta
  • sal

Elaboración:

  1. Retira los extremos leñosos de los tallos de los espárragos y, cuando la piel se note muy firme, retira las dos pulgadas inferiores y corta los tallos en trozos de tamaño mediano. Si utilizas espárragos blancos, pélalos como de costumbre, cocínalos al dente y también córtalos en trozos.
  2. Mezcla el zumo de limón, el aceite de oliva, la mostaza, la miel, las especias y las hierbas picadas al gusto con un batidor y marina los espárragos en la mezcla.
  3. Corta los tomates o las fresas en trozos pequeños y añádelos a los espárragos con la lechuga limpia y el queso. Mezcla brevemente y deja reposar durante al menos 30 minutos.

Pesto de nueces y rúcula básico

La siguiente receta de pesto de nueces se implementa en unos minutos y se puede modificar fácilmente con todo tipo de ingredientes.

Ingredientes (para un tarro pequeño de 220 gramos):

  • 130 g de nueces
  • 30-50 g de parmesano o para un pesto vegano 1-2 cucharadas de levadura de cerveza u otro sustituto de parmesano vegano
  • 100 ml de aceite de oliva virgen extra
  • ½ manojo de rúcula
  • 1 cucharadita de romero
  • 1 diente de ajo
  • 1 cucharadita de sal
  • pimienta al gusto


Elaboración:

  1. Tuesta las nueces en una sartén sin aceite hasta que empiecen a desprender una suave fragancia tostada. Deja que las nueces tostadas se enfríen un poco.
  2. Pon todos los ingredientes excepto la pimienta y la rúcula en una picadora y mezcla hasta obtener una pasta uniforme.
  3. Agrega gradualmente la rúcula y sigue mezclando hasta que la pasta de nueces se adapte a tu gusto. Sazona al gusto con sal, pimienta y, si es necesario, un poco de aceite vegetal.

El pesto casero de nueces estará listo para servir y se mantendrá alrededor de dos semanas si se mete en un tarro limpio y esterilizado con tapa de rosca.

Combina perfectamente con ñoquis y pasta (casera) y también es adecuado para untar o aderezar seitán o albóndigas vegetales.

Es mejor usar siempre una cuchara limpia para retirar el pesto y cubrirlo con una capa de aceite de oliva antes de guardarlo en el refrigerador. De esta manera, no se introducirán gérmenes que puedan estropear la preparación.