Con los días más largos y la llegada del buen tiempo es el momento ideal para empezar a descubrir cómo queremos disfrutar de los próximos meses.

Para ello podemos ponernos como reto el preparar un pequeño huerto en nuestra casa: cualquier espacio al sol puede bastarnos para tener en nuestro hogar una planta aromática o una pequeña maceta de hortalizas.

Estas son algunas de las plantas  aromáticas que podemos cultivar fácilmente en una ventana o balcón, y cómo podemos aprovecharlas en la cocina o para fabricar nuestros propios remedios naturales.

8 plantas aromáticas que puedes cultivar fácilmente

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RUCULA. Rúcula

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Foto: Anna García

Rúcula

Las hojas de rúcula añaden una nota amarga a las ensaladas. Son muy vitamínicas: 100 g aportan el 14% de la vitamina A que se precisa al día, el 25% de la vitamina C y hasta un 50% del ácido fólico.

Se toman a la vinagreta con pasas y nueces y combinan bien con germinados de soja, tomates rellenos, col lombarda, en platos de arroz y pasta.

Le encantan los ambientes luminosos, precisa de poca agua y no se deben rociar las hojas, solo el sustrato, que ha de ser poroso.

Se cosecha antes de que florezca. Las hojas se pueden congelar, guardadas en bolsas de plástico.

OREGANO. Orégano

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Foto: Anna García

Orégano

El orégano es una planta mediterránea, acostumbrada al sol y la sequía, que en cambio no soporta las heladas.

Se cultiva con las semillas o con esquejes. Necesita suelos ricos en materia orgánica y que sean porosos para facilitar el drenaje, pero no se debe regar en demasía: cada 10 días en invierno y cada tres en verano.

Tiene un aroma intenso, algo picante, muy adecuado para aderezar ensaladas, guisos, platos de pasta y por supuesto, las pizzas.

Es rico en esencia y flavonoides. Facilita la digestión y ayuda a combatir gases, mal aliento y flatulencias.

Albahaca

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Foto: Anna García

Albahaca

La albahaca es fácil de cultivar, pero se debe hacer pasado marzo, pues no soporta las heladas. Le gusta la media sombra, con ratos de sol, y se ha de regar con abundancia.

Como interesan las hojas, se cortan los brotes superiores para evitar que florezca.

Se suele utilizar fresca, en ensalada, para condimentar tomates y berenjenas o como ingrediente de la salsa al pesto o de la sopa pistou. Su intenso aroma en seco se vuelve más áspero.

Salvia

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Foto: Anna García

Salvia

Las hierbas provenzales no están completas sin la salvia, un condimento intenso empleado para aderezar platos de pasta y guisos. Picada se incorpora a ensaladas y sopas de verdura.

Hay pocas fragancias más intensas que la de la salvia y tenerla en casa es un privilegio.

Necesita suelos ligeros, permeables y estar muy expuesta al sol. Se cultiva por semillas en primavera o por esquejes en otoño, y hay que dejar un espacio de unos 40 cm entre un plantón y otro.

Se usa como planta digestiva, antiespasmódica, relajante muscular y odontálgica.

Menta

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Foto: Anna García

Menta

La menta no puede faltar en el balcón, porque dará mucho juego en la cocina. Pero al ser una planta invasora puede propagarse a las otras macetas.

Agradece la sombra y le gustan los suelos húmedos pero no encharcados y hay que regarla casi a diario en verano.

Se usa tanto fresca como seca, pues no pierde su intenso aroma. Acompaña numerosas recetas, da sabor a las macedonias y a otros postres, y se toma en infusión digestiva y con el té verde.

Despierta el apetito, es digestiva y combate el dolor de vientre, los gases y las jaquecas. 

TOMATE-CHERRY. Tomate cherry

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Foto: Anna García

Tomate cherry

Contar con una provisión del diminuto tomate cherry siempre a mano es una buena forma de alegrar las ensaladas. Son muy jugosos, de sabor algo dulce, explotan al morderlos y son ideales también para integrar en pinchos y canapés.

Crece sobre suelos orgánicos, bien drenados, de riego casi diario. Ha de contar con unas seis horas de sol al día y requiere pocos cuidados.

Se precisa de estacas o alambres para que la planta gane altura. A veces se alza hasta 2 metros si la maceta es grande.

Se poliniza por el viento o por los insectos.

Perejil

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Foto: Anna García

Perejil

El perejil es un condimento que nunca falta en la cocina. Contiene dosis altas de vitamina C, A, hierro, calcio y potasio. Actúa como un buen diurético, facilita la digestión y evita los gases y el mal sabor de boca.

La planta precisa de suelos profundos y húmedos, a media sombra. Se cultiva por semillas en primavera o bien en agosto si se quiere tener planta fresca en invierno. Éstas pueden germinar hasta dos o tres años más.

Con arroz, en sofritos o rebozados, los usos del perejil son incontables. La ensalada tabulé original se hace con cuscús y el perejil picado fino encima.