Ya sean ositos de goma, chocolates, caramelos, refrescos, bollería... los azúcares añadidos están en el menú diario, lo que puede tener un impacto negativo enorme en la salud.

El azúcar provoca flatulencias, diarreas y dolores abdominales

Demasiado azúcar puede alterar el delicado equilibrio entre bacterias en el intestino y provocar una serie de alteraciones en la digestión.

Dolor de barriga, diarrea o flatulencias son solo los primeros síntomas de que algo no va bien en la microbiota y de que las bacterias y hongos "malos" están tomando el control.

Los productos ultraprocesados ricos en azúcar a menudo también poseen un alto contenido de grasa, lo que puede aumentar las consecuencias dañinas.

El exceso de azúcares añadidos se relaciona con mayor riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares e inflamción, que a su vez aumenta el peligro de desarrollar enfermedades neurológicas y cáncer.

Así afecta cada tipo de azúcar a tu intestino

1. Glucosa

Si la glucosa pura llega al estómago, ya no tiene que descomponerse allí. El azúcar ingresa al intestino delgado, donde pasa a través de la mucosa intestinal hacia la sangre.

La glucosa llega a la sangre, va aumentando su concentración y el páncreas libera insulina para llevar el azúcar a las células donde se usa como energía.

Demasiada glucosa pura afecta al intestino y al metabolismo del azúcar en el cuerpo. En los intestinos puede provocar flatulencia y diarrea.

Si hay demasiada azúcar en la sangre, el páncreas se ve abrumado por la producción de insulina, lo que puede provocar resistencia a esta hormona, alteración precursora de la diabetes.

Además, el "subidón de energía" dura poco tiempo después de la ingesta, y viene seguido de un bajón en la concentración y el rendimiento.

2. Galactosa

Este monosacárido tiene que llegar hasta el hígado para convertirse en glucosa y poder ser utilizado como fuente de energía por las células. Es muy bien tolerado por el sistema digestigo, por lo que no produce efectos negativos en los intestinos.

Sin embargo, si se comen demasiados alimentos que contienen galactosa, puede provocar diarrea.

En el caso de una enfermedad metabólica hereditaria, los afectados carecen de la enzima alfa-galactosidasa y el organismo no puede procesar la galactosa. Los afectados pueden desarrollar ictericia, apatía y disfunción hepática desde bebés.

3. Fructosa

En cantidades normales, la mayoría de las personas tolera bien la fructosa.Las personas con intolerancia a la fructosa no pueden digerirla adecuadamente y sufren flatulencias y diarrea.

Pero incluso en personas sanas, el consumo excesivo de fructosa puede provocar síntomas de este tipo. Si este consumo elevado es habitual puede favorecer el hígado graso no alcohólico.

Es buena idea apostar por la fruta baja en azúcar y evitar los alimentos precocinados que a menudo contienen fructosa añadida.

4. Sacarosa

Es el azúcar de mesa convencional, que se compone de glucosa y fructosa, y como estos, puede afectar al intestino.

La intolerancia al azúcar de mesa o sacarosa produce dolor abdominal, calambres estomacales, diarrea y vómitos. Los afectados carecen de la enzima sacarasa-isomaltasa, que descompone el azúcar en el intestino delgado.

5. Lactosa

En su forma original, la lactosa –el azúcar de los productos lácteos– no puede ser absorbida por la mucosa intestinal. Para absorberla es necesario que actúe la encima lactosa, que es producida por las células mucosas del intestino delgado.

Sin embargo, un buen número de personas –en España, casi una de cada tres– no producen suficiente lactasa, lo que les hace intolerantes a la lactosa. Al no descomponerla sirve de alimento a las bacterias intestinales del intestino grueso y sus productos de desecho desencadenan síntomas como diarrea, dolor abdominal y flatulencia.

6. Maltosa

No se conocen trastornos metabólicos o efectos en los intestinos de la maltosa. Este azúcar se encuentra en pocos alimentos y solo se produce en pequeñas cantidades cuando se digieren los almidones.

¿Dónde se encuentra el azúcar?

En las culturas occidentales, el azúcar refinador es omnipresente en la dieta. Café azucarado, dulces como refrigerio y refrescos en lugar de agua forman parte de la vida cotidiana de muchas personas. En muchos casos, el azúcar se encuentra oculto en salsas, productos lácteos, conservas y ultraprocesados.

Incluso los productos preparados salados contienen cada vez más azúcar industrial. Este azúcar aparece en la lista de ingredientes con los el azúcar a menudo no se escribe como tal en la lista de ingredientes del alimento.

Las designaciones comunes son:

  • (Monosacárido) Glucosa / Dextrosa / Glucosa / Jarabe de glucosa. La glucosa es el azúcar más común y está en casi todos los ultraprocesados.
  • (Monosacárido) Galactosa. Se encuentra en leche y alimentos a los que se ha añadido lactosa.
  • (Monosacárido) Azúcar de frutas / fructosa. Se encuentra en fruta, miel, alimentos procesados
  • (Disacárido) Azúcar de mesa / sacarosa / azúcar de remolacha / azúcar de caña. Está en dulces, productos de conveniencia, bebidas dulces.
  • (Disacárido)Azúcar de leche / lactosa. Se encuentra en leche y alimentos procesados
  • (Disacárido) Azúcar de malta / maltosa. Está en la cerveza, patatas y pasta.
  • (Polisacáridos) Almidón. Se encuentra en patatas, cereales, arroz, maíz y cereales integrales.

De esta manera, entre una cosa y otra, la persona promedio consume el equivalente a 30 terrones de azúcar, es decir, alrededor de 90 gramos al día.

Esta cantidad es casi cuatro veces la ración diaria recomendada de 25 gramos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas cantidades masivas se traducen rápidamente en un excedente de calorías, lo que lleva a la obesidad y otras muchas enfermedades.

¿Es el azúcar adictivo?

Aunque el azúcar activa el centro del placer del cerebro, como todas las cosas que nos gustan, no se ha demostrado que el azúcar puro sea tan adictivo como la cocaína, por ejemplo.

Pero el azúcar, y sobre todo la combinación de azúcar y grasa, resulta muy atractiva a la mayoría de personas. Tiene una explicación biológica evolutiva: estamos diseñados para aprovechar las fuentes alimentarias de energía. Esto no era un problema hace miles de años, cuando estas fuentes eran escasas, pero lo es ahora cuando llenan las estanterías de los supermercados.

Alternativas al azúcar añadido

En lugar de productos con azúcares añadidos podemos consumir:

  • Fruta entera y especialmente la que contienen más nutrientes concentrados, como las bayas.
  • Carbohidratos complejos, como los que se encuentran en cereales integrales, patatas enfriadas y legumbres.
  • Verduras de todas las formas y colores.