La música y las canciones acompañan a los niños desde que nacen. Les cantamos y tatareamos para que se duerman, se calmen, jueguen o se diviertan. Las canciones son a menudo poesías con melodía, tienen ritmo, repetición y rimas y por eso gustan tanto a los niños. 

Si les cantamos tanto, ¿por qué no les leemos más poesía? La poesía tiene enormes beneficios cognitivos, intelectuales y emocionales para todo el mundo. También para los niños. Y los poemas para niños, como estos que hemos seleccionado, suelen ser textos cortos, lo que nos permite mantener su atención y su concentración durante el tiempo que dure la lectura. 

Los beneficios de la poesía para los niños

Leer poesía estimula el aprendizaje, les proporciona más vocabulario y potencia su memoria a través de la rima y la repetición. Los poemas para niños desarrollan su imaginación y creatividad, potencia su pensamiento abstracto y despierta su sensibilidad artística.

Además, la poesía tiene un potente beneficio emocional para los más pequeños. La poesía es emoción, cuando les leemos poesía estamos abriendo un espacio mágico para que expresen sus sentimientos.

En los poemas para niños pueden ver historias y personajes que viven experiencias similares a las suyas, poniendo palabras a lo que sienten y validando sus emociones. Les hablamos en su lenguaje, con referentes que pueden entender y que sienten cercanos.

Cuando les leemos poemas para niños se relajan, el ritmo y la métrica les hace respirar más lentamente, como pasa con las canciones. 

Poemas cortos para niños y niñas

Nos sobran los motivos para leerles poemas, desde pequeños y seguir haciéndolo cuando son mayores. Un hábito que no perderán nunca, y que les acompañará para siempre. 

Os proponemos 20 poemas para niños y niñas que nunca olvidarán

La rosa blanca - José Martí

Cultivo una rosa blanca
en junio como enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.

Un hermoso poema del poeta cubano José Martí que nos habla de la amistad, la generosidad y la falta de rencor.

El lagarto está llorando - Federico García Lorca

El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer
su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay, cómo lloran y lloran,
¡ay! ¡ay! cómo están llorando!

Aunque esta obra de Lorca a primera vista parezca un simple poema infantil, tiene también un significado más profundo y aborda temas como el envejecimiento, el amor perdido y la tristeza por las pérdidas.

El puente – Amado Nervo

¡Qué hermoso se ve el puente
de piedra sobre el río!
Abajo, la corriente,
arriba, el caserío.
¡Qué hermoso se ve el puente
de piedra sobre el río!

El poeta y escritor mexicano Amado Nervo escribió diversos poemas para niños como este que reflexiona sobre la naturaleza, la construcción humana y la armonía.

Una historia - Manuel F. Juncos

Oculta en el corazón,
de una pequeña semilla,
bajo la tierra una planta,
en profunda paz dormía.

-¡Despierta! -dijo el calor.
¡Despierta! -la lluvia fría.

La planta, que oyó el llamado,
quiso ver lo que ocurría;
se puso un vestido verde
y estiró el cuerpo hacia arriba.
De toda planta que nace,
ésta es la historia sencilla.

Un bonito poema que cuenta la historia simple, pero hermosa, de una semilla que se transforma en una planta. Puede verse también como una metáfora del desarrollo humano, en el que los desafíos (el calor y la lluvia) nos impulsan a crecer.

El pequeño elfo - John Kendrick Bangs

Una vez me encontré con un pequeño elfo,
allá abajo, donde crecen los lirios.
Le pregunté por qué era tan pequeño,
y por qué no crecía.

Frunció ligeramente el ceño y con sus ojos
me miró de pies a cabeza.
"Soy tan grande para mí", dijo,
"como tú eres grande para ti".

Un poema breve que explora los temas de la perspectiva, la autoaceptación y la individualidad a través de una conversación con un pequeño elfo.

Rima LXVII: Qué hermoso es ver el día - Gustavo Adolfo Bécquer

¡Qué hermoso es ver el día
coronado de fuego levantarse
y a su beso de lumbre
brillar las olas y encenderse el aire!

¡Qué hermoso es, tras la lluvia
del triste otoño en la azulada tarde,
de las húmedas flores
el perfume aspirar hasta saciarse!

¡Qué hermoso es cuando en copos
la blanca nieve silenciosa cae,
de las inquietas llamas
ver las rojizas lenguas agitarse!

¡Qué hermoso es cuando hay sueño
dormir bien… y roncar como un sochantre…
Y comer… y engordar… y qué desgracia
que esto sólo no baste!

Este poema de Gustavo Adolfo Bécquer reflexiona sobre la belleza de la naturaleza y los placeres simples, aunque nos recuerda también que los seres humanos tenemos necesidades más profundas que van más allá de los simples placeres.

A los verdes prados - Lope de Vega

A los verdes prados
baja la niña;
ríense las fuentes,
las aves silban.
A los verdes prados
la niña baja;
las fuentes se ríen,
las aves cantan.

Este poema breve y musical de Lope de Vega, uno de los poetas más importantes del Siglo de Oro español, que retrata una escena de alegría y armonía en la naturaleza.

Pensamientos felices - Robert Louis Stevenson

El mundo está tan lleno de cosas que
estoy seguro de que todos deberíamos ser felices como reyes.

Un verso breve que invita a apreciar la abundancia de cosas maravillosas, interesantes y agradables que hay en el mundo.

Era un niño que soñaba - Antonio Machado

Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.

Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía…
¡Ahora no te escaparás!

Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!

Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.

Un hermoso poema en el que Antonio Machado nos habla del paso a la madurez y reflexiona sobre la pérdida de la inocencia, el despertar a la realidad, y el carácter efímero de los sueños.

Del trópico - Rubén Darío

Qué alegre y fresca la mañanita!
Me agarra el aire por la nariz:
los perros ladran, un chico grita
y una muchacha gorda y bonita,
junto a una piedra, muele maíz.

Un mozo trae por un sendero
sus herramientas y su morral:
otro con caites y sin sombrero
busca una vaca con su ternero
para ordeñarla junto al corral.

Sonriendo a veces a la muchacha,
que de la piedra pasa al fogón,
un sabanero de buena facha,
casi en cuclillas afila el hacha
sobre una orilla del mollejón.

Por las colinas la luz se pierde
bajo el cielo claro y sin fin;
ahí el ganado las hojas muerde,
y hay en los tallos del pasto verde,
escarabajos de oro y carmín.

Sonando un cuerno corvo y sonoro,
pasa un vaquero, y a plena luz
vienen las vacas y un blanco toro,
con unas manchas color de oro
por la barriga y en el testuz.

Y la patrona, bate que bate,
me regocija con la ilusión
de una gran taza de chocolate,
que ha de pasarme por el gaznate
con la tostada y el requesón.

Darío celebra en este poema la vida en el campo y la naturaleza. A través de diversas escenas asociadas a la rutina matutina en el campo nos retrata una atmósfera alegre y vibrante y hace un homenaje a la belleza de las cosas simples.

Los ratones - Lope de vega

Juntáronse los ratones
para librarse del gato;
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
librarse mejor podrían.

Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo
y encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?

Pegasos, lindos pegasos (poema de Antonio Machado)

Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera.

Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.

En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.

¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!

Los sueños (poema de Antonio Machado)

El hada más hermosa ha sonreído
al ver la lumbre de una estrella pálida,
que en hilo suave, blanco y silencioso
se enrosca al huso de su rubia hermana.

Y vuelve a sonreír porque en su rueca
el hilo de los campos se enmaraña.
Tras la tenue cortina de la alcoba
está el jardín envuelto en luz dorada.

La cuna, casi en sombra. El niño duerme.
Dos hadas laboriosas lo acompañan,
hilando de los sueños los sutiles
copos en ruecas de marfil y plata.

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