Las bebidas refrescantes dulces son perjudiciales para la salud, tanto las endulzadas con azúcar como las que recurren a los edulcorantes. En los supermercados, este tipo de bebidas llenan metros de estanterías e incluyen limonadas, bebidas de cola, tónicas, tés helados, bebidas energéticas...

Mucha gente todavía cree que si algo fuera dañino estaría prohibido y no podría comprarlo en el supermercado, pero esta opinión es un error.

Tanto el azúcar como los edulcorantes son perjudiciales

Los refrescos azucarados o edulcarados dañan la salud de varias maneras. Para empezar, tanto si contienen azúcar como edulcorantes no aportan nada más, es decir, no contienen nutrientes, por lo que no aportan nada.

En el caso de que el endulzante sea azúcar se habla de "calorías vacías" (sin micronutrientes), algo que solo puede contribuir al sobrepeso, la obesidad, la diabetes y la inflamación del organismo, que puede traducirse en una serie de problemas.

Las bebidas energéticas en lata suelen rondar las 225 kcal; las limonadas y naranjadas, alrededor de 200 kcal y las bebida energéticas en latas extra grandes (500 ml) proporcionan unas 350 kcal, lo que se corresponde con el 15 % del requerimiento diario de energía.

Las bebidas azucaradas aumentan el riesgo de muerte

En abril de 2021, el Journal of Public Health publicó un metaanálisis en el que se evaluaron 15 estudios de cohortes con un total de más de un millón de participantes.

El consumo de bebidas azucaradas condujo a un riesgo un 12% más alto de muerte por cualquier causa y un riesgo un 20% más alto de muerte cardiovascular prematura.

Curiosamente, los resultados de las bebidas endulzadas con edulcorantes fueron muy similares y el riesgo de muerte cardiovascular prematura incluso aumentó en un 23 por ciento.

El peligro aumenta linealmente, lo que significa que cuantas más bebidas se consumen, mayor es el riesgo de mortalidad.

Cómo afecta el azúcar al organismo

Otro estudio, que vio la luz en marzo de 2021, involucró a 17 voluntarios, hombres jóvenes activos en el deporte, que tomaron sucesivamente placebo y una bebida con sacarosa (azúcar común).

Los investigadores les pidieron que tomaran 4 vasos de la bebida que aportaba en total unos 300 g de azúcar diarios. Por otra parte, se controló que su dieta fuera equilibrada para comprobar el efecto del exceso de azúcar (los investigadores quería comprobar no solo los efectos de las bebidas azúcaradas, sino el de la dieta con demasiados azúcares añadidos).

Como era de esperar, cuando tomaron la bebida placebo no se registraron cambios en sus variables metabólicas. En cambio, cuando tomaron el exceso de azúcar, después de solo 15 días, se produjeron los siguientes cambios en su estado:

  • Los participantes habían ganado un promedio de 1,3 kg de peso.
  • Su IMC aumentó en 0,5 puntos.
  • La circunferencia de su cintura aumentó en 1,5 cm.
  • Su colesterol (el valor LDL) aumentó de 19,54. a 25,52 mg/dl.
  • Sus triglicéridos aumentaron de poco menos de 79 a 115 mg/dl.
  • Su presión arterial también aumentó.

Al mismo tiempo, su rendimiento atlético se redujo:

  • La absorción máxima de oxígeno (VO2 máx.) o aptitud cardiorespiratoria cayó de alrededor de 48 a 41. Este valor describe la capacidad de transportar oxígeno a los músculos. Cuanto mayor sea el valor, en mejor condición física se encuentra la persona.
  • La frecuencia cardíaca máxima también disminuyó, de 186 a 179
  • El tiempo de ejercicio también disminuyó.
  • El agotamiento por ejercicio aumentó.

A partir de estos datos, lo que sucede a una persona si continúa consumiendo un exceso de azúcar durante años solo puede ser imaginado.

En el caso de las bebidas con edulcorantes no calóricos, los efectos negativos se producen sobre todo por su acción negativa sobre la microbiota intestinal (¡No te fíes de los edulcorantes artificiales!).

Referencias científicas: